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Nubes sobre el Mar

Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña

martes, 30 de diciembre de 2014

Como un libro abierto

Ser como un libro abierto significa ser una persona franca y directa, sin dobleces. Y siempre he procurado ser así. No me gustan nada las personas que dicen una cosa y hacen otra o incluso dicen cosas diferentes según su interlocutor. Alguna vez me he llevado la sorpresa de descubrir que, alguien que yo consideraba una persona sencilla, era realmente mucho más complicada de lo que parecía. Por eso siempre les insisto a mis hijos en que conocer a la gente por internet no te da una idea real sobre la persona. O incluso conocerlos en vacaciones o en un entorno cerrado donde no afloran todas sus características personales.

Sin embargo, un libro es como la familia de una persona, donde realmente le conocen porque le han visto en diferentes momentos y circunstancias y saben como reacciona. En el libro todo está a la vista. Yo sigo prefiriendo leer en papel. Me gusta la sensación de pasar las páginas, avanzar y llegar al final. Prefiero tener algo tangible. Por eso también publico mis blogs en papel. Además creo que es mejor para los ojos. Es como las fotografías. Si no las tienes papel, luego nunca las ves. El ordenador atesora muchas cosas pero no están a la vista.  Un libro no engaña. Por eso alguien que es como un libro abierto tampoco esconde nada. Cualquier puede ver cómo es.


lunes, 29 de diciembre de 2014

Como Pedro por su casa

Es una expresión que significa estar a gusto en un sitio. Yo me sentí así en cuanto pisé la casa del pueblo. Nos enseñaron cuatro o cinco y creo que ésta fue la última, pero nada más entrar me sentí como Pedro por su casa, como si siempre hubiera vivido allí. Fue eso lo que me convenció para elegir esa casa. Cada vez que voy me pasa lo mismo, que me siento cómoda allí a pesar de que todavía nos faltan muchas cosas y en invierno hace un frío tremendo. Yo soy muy de pálpitos, también con las personas. Cuando alguien no me gusta desde el principio es difícil que cambie de opinión. Hay feeling o no lo hay, me temo.

Y como esa sensación la tengo tan pocas veces, no es extraño que sea tan poco sociable. La lástima es que a veces no es mutua. Ha habido personas que me han impresionado para bien pero yo no he conseguido atraerlas del mismo modo. Muchas realmente. Gente con la que me gustaría tener más relación pero me esquivan.  Es una pena, pero la verdad es que tampoco es que me sobre mucho tiempo libre actualmente. Estar como Pedro por su casa es una sensación muy agradable de bienestar, de tranquilidad y paz. Ojalá todo el mundo pudiera sentirse así. También lo siento en la iglesia.




viernes, 26 de diciembre de 2014

Cantar las cuarenta

Significa decir lo que piensas, generalmente de manera directa y brusca. Es lo que hace alguien que ha estado mucho tiempo aguantando una situación desagradable y un día no aguanta más y lo dice. Yo creo que existen dos tipos de personas: los que suelen decir lo que piensan y los que se lo guardan todo y un día explotan. Yo de jovencita era de los segundos. Me callaba, me callaba y un día no podía más. Con el tiempo fui aprendiendo a decir todo en su momento. Creo que guardarse querellas es muy insano. Tampoco se trata de pasarse el día protestando, pero resulta mucho mejor hablar las cosas procurando no perder los papeles. Quien pierde los nervios, pierde la razón.

Cantar las cuarenta es una expresión que viene del juego de cartas el Tute, que me trae muchos recuerdos porque jugaba a eso con mi abuelo cuando era pequeña. Era muy entretenido. Más tarde dejé de jugar porque el hombre ya no llevaba bien las cuentas de las jugadas. Algo que lamento mucho es haber perdido esa comunicación con mi abuelo porque ya nunca más volvimos a estar tan unidos. Pero en fin, son cosas que pasan y la juventud es así de inconsciente. No valoras lo que tienes hasta que lo pierdes. De todas maneras creo que no se llega a conocer bien a una persona si no has convivido con ella cuando era joven. Lo demás es un conocimiento parcial.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

El sentido de la Navidad

Hoy en día para alguien que no tiene cultura religiosa resulta casi imposible entender cuál es el sentido de las fiestas de Navidad. A mí me gustaría tener la capacidad suficiente para explicar lo que se siente cuando se viven estas fiestas con sentido cristiano. La Fe te da una paz y un amor que no tiene nada que ver con lo que puedas sentir en tu vida cotidiana. Se trata de una sensación de que todo está bien a pesar de las circunstancias, que todo forma parte de un plan divino. Lo cual te ayuda a reconciliarte con el mundo e incluso con aquellos que no te aprecian o que piensas que hacen mal. Es el amor universal a todos y a todo.

Si amas a los que te aman, ¿qué mérito tienes?. Sabes que has dado un paso más cuando empiezas a compadecerte de tus enemigos, cuando de algún modo comprendes lo que hacen aunque no lo compartas. Cuando sientes alegría y dolor con todos los seres humanos, con toda la creación. Yo tengo un troll que suele entrar a decirme cosas inconvenientes aunque no las publico. Hacía mucho que no entraba y ya me tenía algo preocupada. En cierto modo creo que le he cogido cariño. Tener Fe no evita que te enfades o te desesperes algunas veces, pero sí te da la serenidad para aceptarlo. Ojalá toda la gente pudiera sentir lo mismo.

martes, 23 de diciembre de 2014

Cambiar de chaqueta

Me acuerdo de que eso estaba muy de moda allá por los años ochenta. Los mismos que habían estado llorando frente a la tumba de Franco, ahora decían que siempre habían estado en contra. Fue algo muy llamativo.  Cambiar de chaqueta es algo muy español. También se puede decir: arrimarse al sol que más calienta. Es algo que va absolutamente contra mi carácter en cambio. Ya digo que yo debí nacer en lugar equivocado. Ser consecuente y coherente me parece algo imprescindible en cualquier persona. Naturalmente se puede cambiar de opinión, pero sin que eso signifique volverse de pronto furibundo detractor de lo que antes defendías.

También se dice que no hay nada peor que un converso; es decir, una persona que ha cambiado de ideología y ahora ataca a sus antiguos compañeros. Es una especie de síndrome de Estocolmo. Les sucede mucho a los inmigrantes que, a fuerza de querer integrarse en su nueva sociedad, renuncian a su lengua, su tradición e incluso sus principios. Me parece una verdadera lástima. Porque si algo define a una persona es lo que ha vivido y, quien renuncia a sus orígenes, está renegando de parte de sí mismo. Yo desconfío enormemente de las personas que un día dicen una cosa y otro lo contrario. Son como veletas que en cualquier momento pueden volver a cambiar de dirección.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Caer en saco roto

Como he comentado últimamente, hace diez años yo me sentía muy satisfecha de la forma en que había cuidado de mis hijos, con mucha dedicación y cariño. Últimamente pienso que quizás estaba equivocada. Tengo un vecino con dos chicos gemelos de veintitrés años a los cuales no les hizo ni caso durante su infancia. Quiero decir que, estaban siempre con la abuela o con la cuidadora porque ambos padres trabajaban hasta tarde. Hoy son universitarios, practican kárate y uno al menos toca la guitarra. Son responsables, trabajadores y muy independientes. De hechos sus padres se han ido una temporada a Alemania y los han dejado en su casa solos.

Confieso que yo solía criticar a mis vecinos por lo dejados que según yo tenían a sus hijos. Ahora pienso que mis años de atención exclusiva a mis hijos cayeron en saco roto. Es decir, que apenas quedó nada de todo mi interés y mis esfuerzos. Como suele ocurrir apenas se acuerdan de su infancia. La pequeña no recuerda ni los viajes que hicimos juntos. Pero sobre todo, no quedó casi nada de mis consejos, de las conversaciones que teníamos, de los ratos juntos sin hacer nada especial. Esa comunicación, que yo juzgaba tan importante, acabó nada más en un conjunto de fotografías que ahora repaso mientras me pregunto dónde me equivoqué.

sábado, 20 de diciembre de 2014

A otra cosa, mariposa

Esta expresión me hacía gracia de joven. Se utiliza cuando das algo por imposible y decides no intentarlo más. Es decir, que lo descartas y empiezas algo diferente. Tiene un sentido desenfadado. Algo así deben pensar los periodistas que preparan las noticias, porque a veces te mezclan auténticas tonterías con temas muy serios y choca. También tienen por costumbre centrarse en un tema durante semanas, ya sea el ébola, la crisis, la corrupción o lo que toque. Y después de ese tiempo ya no se vuelve a nombrar, como si realmente la epidemia de ébola hubiera desaparecido en todo el mundo de repente. Ojalá fuera verdad.

Lo peor es que todos los canales cogen las noticias de la misma fuente y las repiten con las mismas palabras, salvo tal vez Telemadrid. De manera que sólo se habla de cuatro cosas y el resto del mundo, donde que yo recuerde hay muchos países, resulta que pasa desapercibido. Creo que deberían hacer un esfuerzo por hablar de otros lugares y de otras personas que tenemos totalmente olvidadas. Claro que lo que suele ocurrir es que no tienen dinero, ni petroleo, ni influencias y por eso no interesan a nadie. Pero, caramba, yo creo que un buen periodista tendría que ocuparse de todo lo que ocurre en el mundo y no sólo de lo que afecta a la economía.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Bajar la guardia

Es confiarse. Durante muchos años, toda mi niñez y parte de mi adolescencia, yo estaba a la defensiva. Nunca bajaba la guardia. Tenía mis razones que no voy a explicar aquí. No fue hasta que conocí a mi marido que empecé a quitarme la coraza y dejar aflorar mis sentimientos, sin miedo de que me hicieran daño. Bajar la guardia es dejar tu corazón a la intemperie, poner tus emociones sobre la mesa. Sin embargo, en general, yo soy una persona bastante desconfiada. Será porque desde siempre tengo cierta habilidad para intuir las intenciones de las personas. No es nada apetecible, sobre todo cuando aciertas habitualmente.

De manera que resulta realmente difícil que yo confíe ciegamente en alguien. Supongo que siempre ando buscando los resquicios y las contradicciones. Creo que sería mucho más feliz si pudiera entusiasmarme desde el primer momento con cualquier persona, idea o situación. Pero entonces ya no sería yo misma. Sé por experiencia que todas las monedas tienen dos caras. En cambio mi hija mayor es muy entusiasta con todo. Luego se acaba decepcionando con muchas cosas. Pero supongo que en el fondo le compensará el tiempo en que se ha emocionado. Me gustaría ser menos excéptica, pero creo que prefiero ahorrarme las decepciones.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Entre dos aguas

Ya lo he dicho alguna vez, pero me reafirmo en que no sé en qué posición me encuentro. Estoy en tierra de nadie. La gente con la que soy más afín ideológicamente me considera poco comprometida. Por ejemplo, entre los católicos no encajo porque no acepto ciegamente cualquier actitud del Papa como correcta. Entre la derecha, tampoco estoy de acuerdo con todo lo que ha hecho el PP. Así que, cuando estoy con unos critico a los otros y viceversa. Así es difícil hacer amigos. Siempre me ha pasado esto de no encontrar mi lugar y es que yo no me caso con nadie, no le ofrezco lealtad absoluta a nadie más que a mis seres queridos.

Sin embargo, sé que no es lo normal. Últimamente está en boga el tema de los forofos del fútbol, que venderían a su propia madre por un partido, que son capaces incluso de matar a alguien por rivalidad futbolística. Yo eso no lo entiendo porque no va conmigo. Aparte de que no me guste el fútbol, es que yo no me comprometo con ninguna causa (salvo tal vez la del aborto) y aun así no significa que acepte todos los postulados que lo acompañan. Así que eso de que a la gente le importe tanto un tema como el deporte es algo que me deja pasmada, aunque por otra parte me ayuda a comprender por qué existen tantos problemas irresolubles en el mundo.

Al tun tun

Viene a ser algo parecido a A tontas y a locas. Hacer algo al tun tun es hacerlo un poco A ojo, es decir a ver si hay suerte y funciona. Es propio de personas inconscientes o inmaduras. Creo que yo nunca he actuado así. Siempre he preferido no hacer algo a hacerlo de cualquier manera. Por ejemplo, podría haber elegido una carrera al tun tun. Había varias que me llamaban la atención, como filología alemana o árabe, psicología o periodismo. Pero al final pensé que, para ser una estudiante mediocre, mejor me buscaba algo práctico en lo que pudiera trabajar cuanto antes. Y me hice secretaria, como dos de mis cuñadas.

Luego resultó que lo del secretariado tampoco me llenaba y acabé de ama de casa. Nunca me lo hubiera imaginado. Pero no fue por descarte, sino que fue algo muy meditado. Simplemente lo probé y me gustó, y después de nacer mis hijos ya no quería hacer otra cosa que estar con ellos. A veces pienso que me equivoqué, porque tal vez quedarse en casa tampoco compensa a la larga, pero lo disfruté mucho durante un tiempo. Después decidí volver a mi primera vocación, que era estudiar idiomas, y en eso estoy. Lástima que el cerebro ya no me de para tanto. Me he dejado llevar un poco las circunstancias, pero nunca he hecho las cosas sin pensar.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

A vivir que son dos dias

Esto se puede interpretar de dos maneras: como que hay que aprovechar el momento, o en un sentido figurado refiriéndose a la gente que no piensa en el mañana. Yo suelo utilizar el segundo modo. Será porque no me gustan las personas inconscientes que, en cuanto tienen un euro corren a gastarlo en cosas que no necesitan. Yo siempre he sido muy austera. No me compraría un reloj de mil euros aunque pudiera. Me parece absurdo, si va a hacer el mismo papel que uno de veinte. La verdad es que no comprendo el mercado del lujo. Cuando entro en los grandes almacenes y veo la sección de los bolsos de piel creo que la gente se ha vuelto loca.

Hasta cinco mil euros se llegan a pagar por un bolso. Ni que tuviera música, wifi y no sé qué más incorporado. Aunque lo tuviera realmente no valdría tanto. Además es un artículo que se estropea y pasa de moda. Ni siquiera se revaloriza como un piso. Sin embargo, si lo venden es porque alguien lo compra, alguien que se siente mejor, más importante, más valioso, sólo por el hecho de lucir ese complemento. En el fondo es algo triste. Si yo tuviera que interpretar lo de A vivir que son dos días, precisamente diría que por eso hay que aprovechar para pasar tiempo con tus seres queridos y demostrarles tu cariño y, si puedes, hacer algo bueno por los demás.

martes, 16 de diciembre de 2014

Ahuecar el ala

Es una manera un poco chula de decir marcharse. Yo, con los años, me he hecho experta en ahuecar el ala. Será porque no me gustan nada las reuniones multitudinarias. No tengo problema en hablar de tú a tú incluso con desconocidos, pero en cuanto hay más de tres personas me agobio. Creo que es fobia social. Me bloqueo y no sé qué decir; yo que soy una fábrica de ideas. Así que de jovencita no tenía más remedio que asistir a esa clase de celebraciones, pero ahora que puedo elegir, eludo todas las que puedo. No me queda más remedio que seguir asistiendo a Nochebuena y Nochevieja, más que nada por las abuelas, que si no tampoco iría.

Yo soy de los que procuran quedarse en una esquina un poco al margen y, claro, así sucede que la gente suele tomarme por antipática, cuando la realidad es que sigo siendo tímida. Incluso en la clase de inglés procuro hablar lo menos posible a pesar de que no tengo problemas de expresión. Cerca ya de los cincuenta años, me temo que ya no tengo remedio. Si tengo que integrarme lo hago, pero prefiero evitarlo. Simplemente no me atrae, no me compensa. Será porque tampoco me entero muy bien cuando hablan varias personas a la vez, ni tengo voz para hacerme entender entre el ruido de fondo. Afortunadamente tampoco tengo una vida social intensa.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Los recortes o, de donde no hay no se puede sacar

En plena precampaña ya para las elecciones autonómicas y municipales resulta que la oposición no esgrime más argumento que los recortes en sanidad y educación. Pero lo absurdo del caso es que esos recortes no hubieran tenido nunca lugar si no fuera porque el Psoe de Rodríguez Zapatero nos llevó en ocho años del superavit a la ruina. Es decir, que la política de subvenciones de su gobierno fue precisamente la que tuvo la culpa de que estuviéramos al borde de la intervención económica de la Ue. Y es que hay algo muy evidente que parece que muchos no entienden: no se puede gastar más dinero del que se ingresa.

En España hemos sido la envidia del mundo por nuestro sistema sanitario, hasta el punto de que muchos extranjeros venían a operarse a nuestro país. Eso sólo era viable cuando sobraba el dinero. En el momento en que incluso las pensiones y los sueldos de los funcionarios empezaban a peligrar, no hubo más remedio que empezar a recortar prestaciones gratuitas. En la educación también se invertían cantidades ingentes de dinero, que sin embargo no servían para mejorar el nivel educativo. La clave está en invertir menos pero correctamente. La solución no está en gastar más dinero sino en saber dónde y cómo gastarlo.

A rey muerto, rey puesto

Expresión muy conocida que se refiere a que, cuando desaparece alguien inmediatamente se encuentra un sustituto. Eso me recuerda hoy a Isabel Pantoja. En España, y supongo que en otros países, existe mucho costumbre de endiosar a la gente y, cuando caen de su pedestal, entonces les olvidan y buscan otro a quien encumbrar. Hace poco ha entrado en la cárcel Isabel Pantoja por un supuesto delito de blanqueo de dinero de su ex pareja, que para mí no está nada claro. Pero resulta duro ver como los mismos que anteayer la adulaban hoy le dedican toda clase de improperios y se alegran de su desgracia.

Así somos. Pronto buscarán otro ídolo de barro para adorarlo y luego ponerlo verde cuando las cosas se tuerzan. Realmente creo que ser famoso no es nada apetecible. Puede que disfruten de privilegios especiales, pero siempre tienen la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza. En el momento en que cometan un error, saben que todo el mundo se les echará encima. Y me temo que no es más que envidia. Yo nunca he envidiado a la Pantoja y por eso ahora no tengo motivos para alegrarme tampoco. Simplemente me gustaría estar segura de que la justicia es igual para todos. Con eso sí que me daría por satisfecha, pero lo dudo mucho.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Cayetana de Alba, la mujer

Hace poco ha muerto la duquesa de Alba a los ochenta y ocho años de edad. Y de pronto las televisiones se llenaron de personas dispuestas a alabarla. Yo solía defenderla cuando se burlaban de ella esos mismos periodistas debido a su edad y sus extravagancias. Pero no me vale tampoco que ahora quieran ponerla como santa Cayetana. Hay mucha hipocresía en estos medios. Hablamos de una mujer que se rumorea que fue infiel a su primer marido; que no crió a sus seis hijos porque pasaba mucho más tiempo con sus amigos que con su familia. Que siempre hizo lo que le dio la gana sin importarle lo que opinaran sus propios hijos.

Una persona que dicen que era muy buena, como tantas otras mujeres anónimas que se han pasado la vida cuidando de los suyos. Que tenía muy buenos amigos. Yo también los tendría si les invitara con todos los gastos pagados. Que daba mucho dinero a la caridad. Yo doy poco porque no tengo más, pero doy todo lo que puedo. Que amaba a los animales pero era una defensora a ultranza de la tauromaquia. Que vestía muy original. Yo más bien diría que vestía de niña pequeña, pero todo el mundo le reía la gracia. Que enviudó dos veces. Eso les pasa a pobres y a ricos. En resumen, nada como morirse para que todos te alaben con o sin razón.


viernes, 12 de diciembre de 2014

A la vuelta de la esquina

Es una frase esperanzadora. Nunca sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina. Significa que las cosas pueden cambiar en cualquier momento, para mejor. Yo la verdad es que ya no espero muchos cambios en mi vida, y además me conformo con que no sean a peor. Pasados los cuarenta (de largo), no te queda ya mucho que planear o decidir. La mayor sorpresa que me he llevado ha sido la posibilidad de comprar una casa en el campo. La verdad es que lo había dejado por imposible hace tiempo. Por eso creo que pedir más ya es pasarse. Dejaré la vuelta de la esquina para otros que lo necesitan más que yo. Especialmente para los jóvenes.

Cuando el amor es lo que espera a la vuelta de la esquina es lo mejor que te puede pasar. Yo soy una romántica empedernida y me gustaría que todo el mundo a partir de cierta edad estuviera emparejado. Creo que no hay manera mejor de transitar por la vida que con un compañero de camino. Me da lástima cuando conozco gente que no lo tiene o lo han perdido; pero en fin, hay veces que no queda otra opción que seguir solo. No hay cosa que más me enternezca que ver una pareja de ancianos que se siguen queriendo. Eso es lo que deseo para mí y para mis hijos. Mejor que éxitos laborales o económicos. Un compañero para toda la vida.

Feminismo mal entendido

Yo comprendo que en su momento hubiera que luchar por la igualdad entre hombres y mujeres y en algunos países todavía sea muy necesario. Sin embargo, me molesta profundamente ese resentimiento y competitividad de que hacen gala algunas mujeres cuando se trata de este tema. Yo soy ama de casa por decisión propia y estuve trabajando casi dos años. Es decir, que he probado ambas opciones. Decidí que cuidar de mi familia me daba más satisfacciones que tener un futuro laboral. Así que comprendo perfectamente que nuestras abuelas y bisabuelas fueran perfectamente felices quedándose en casa a cuidar de sus hijos.

También es cierto que no pudieron elegir porque, teniendo un embarazo cada dos años, era difícil dedicarse a otra cosa. Pero eso no significa que estuvieran esclavizadas o que alguien les impidiera desarrollar su potencial humano. Simplemente eran otras circunstancias. Durante cientos de generaciones las mujeres no han tenido otro objetivo en la vida que casarse y ser madres, así que no podían echar de menos aquello que ni siquiera se habían planteado hacer. Está bien que ahora las mujeres puedan compatibilizar más o menos la familia con el trabajo, pero eso no significa que sea obligatorio o la única opción deseable.

jueves, 11 de diciembre de 2014

A fin de cuentas

Es algo que se dice como comienzo de una frase que contiene una conclusión. A fin de cuentas, quién soy yo para aconsejar a nadie, por ejemplo. Tiene un sentido como de resignación, sobre algo que se ha dado por imposible. Es como si al terminar las cuentas de un negocio ves que no es realmente rentable. Ése viene a ser el sentido. Yo también ando dándole vueltas como sabéis a si seguir con el blog o dejarlo definitivamente. A fin de cuentas, la verdad es que nunca he sabido ni sabré la repercusión real que tiene. Puede que sólo esté aquí desgañitándome virtualmente para cuatro personas, aunque las estadísticas digan lo contrario.

Porque internet es un mundo muy engañoso. Nunca sabes si los datos son reales o dependen de otros factores. No sabes tampoco si las personas con quienes hablan son quien dicen ser. Incluso, cuando recibes un correo, no puedes estar seguro de que no sea un timo. Habitualmente lo son. Así que, aunque el ciberespacio me ha dado muchas satisfacciones, no puedo hacerme ilusiones. Soy muy consciente de que si desaparezco pocos me echarían de menos. Después de todo es lo mismo que me ocurriría en el mundo real, así que no me extraña. Supongo que haciendo cuentas me ha compensado hasta ahora.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Encrucijada

No sé si será por la cercanía de las vacaciones pero estoy viendo que el blog no acaba de marchar. Mis seguidores habituales se han retirado un poco de internet, aunque tengo algunos nuevos. Es normal que la gente vaya cambiando sus prioridades y no es la primera vez que me pasa. Lo que ocurre es que ya no tengo ganas de salir a pescar más público. Además, los periódicos donde antes dejaba mis enlaces últimamente ya no los admiten. Supongo que hacen bien para evitar el spam, pero para mí es una faena. En cuanto a los buscadores, nunca he conseguido posicionarme bien. Se ve que no domino el sistema.

Así que esta semana me ha dado por publicar doble post, uno que ya tenía preparado y otro más personal y de ese modo entra más gente, aunque es un poco cansado. Puede que me acabe jubilando más pronto de lo previsto. Mi hija mayor vuelve a casa por Navidad un par de semanas, pero va a estar estudiando para los exámenes. También la pequeña estudia muchísimo. Y el mayor, ya sabéis sigue igual de relajado, me temo. Pensamos irnos al pueblo una semana, si el tiempo lo permite. Así que durante las fiestas este blog tendrá que conformarse con lo que tengo programado. Espero que sea suficiente para mantenerlo de momento.

A la buena de Dios

Significa de cualquier manera, en un sentido de inshalláh, es decir, que sea lo que Dios quiera. Vivir a la buena de Dios es llevar una vida desordenada, un poco improvisada. Es muy propio de esta época donde mucha gente no parece tener un objetivo claro más allá del mismo día que están viviendo. La necesidad de información inmediata y comunicación inmediata por medio de dispositivos electrónicos como las tablets o el móvil reflejan claramente esta sociedad en que la gente necesita estar al día de todo pero si profundizar realmente en nada. Placer inmediato, diversión basada en el consumo de alcohol, son otros síntomas.

Estar a la buena de Dios es no tener un proyecto de vida ni unos principios claros. No es de extrañar teniendo en cuenta el nivel de cultura general de nuestros jóvenes. Yo suelo ver Ahora caigo y más de una vez me quedo pasmada de que no sean capaces de contestar a cuestiones tan evidentes como quién fue el padre de Juan Carlos I, por ejemplo. Y es que, cuando ni siquiera se conoce el pasado, es difícil que se pueda tener ideas claras sobre el futuro. Como dice el humorista Goyo Jiménez, la Logse ha hecho un daño tremendo. Para los que no lo saben, se trata de la última ley de educación española. Siendo así, la situación tiene mal arreglo. No es raro que haya tanta gente a la buena de Dios.

martes, 9 de diciembre de 2014

Navidades laicas

Venía escuchando en la radio una emisora que, si no me equivoco, tiene que ver con la Cope, cuando pusieron el villancico ganador de un concurso. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que no hablaba de Jesucristo, ni de María ni de la Navidad. Por lo menos en la parte que yo escuché. En el centro comercial donde hago mis compras resulta que ponen villancicos en inglés, para que no se entienda la letra o bien en versión musical. De los adornos de las calles han desaparecido las estrellas de Belén, los angelitos y por supuesto todo símbolo religioso.

De modo que tenemos Navidades laicas. A mí me da mucha lástima pensar que haya tanta gente en España que carece de una mínima cultura religiosa. Porque realmente no se puede juzgar lo que ni siquiera se conoce superficialmente. El otro día en un concurso preguntaban por Noé y no les sonaba ni de la película. A mí estas Navidades descafeinadas no me dicen nada. Se han convertido en una excusa para ver a la familia y salir de fiesta y poco más. Cuando me acuerdo de la Navidad de mi infancia siento que se ha perdido algo realmente valioso, pero en fin, me temo que ya no hay marcha atrás. La vida sigue su curso.

Arrimar el hombro

Uf, esto es duro. Arrimar el hombro es lo contrario a lo que se hace en España donde todo el mundo tiene recetas para hacer las cosas pero nadie las hace. Es clásica la imagen de cinco obreros mirando una obra y uno sólo trabajando, generalmente el último contratado. El otro día leían en la misa la parábola de los talentos, que me parece una de las más significativas de la Biblia. Visto desde fuera resulta injusta la frase de "al que tiene mucho se le dará más y al que no, se le quitará lo poco que tiene". Pero naturalmente no se refiere a dinero, sino a capacidad de trabajo. Jesús afirma que tenemos que aprovechar nuestro potencial al máximo.

En eso se distingue el cristianismo de otras religiones donde más bien se incita a aceptar las cosas como vienen, en un fatalismo que no ayuda nada al desarrollo de la sociedad. Arrimar el hombro es lo que hace que las cosas funcionen. En ese sentido, no se debe considerar el trabajo como una maldición sino como una responsabilidad, ya que todos formamos parte del mismo equipo y cuando falla uno, fallan todos. Pero eso es más bien una mentalidad norteamericana. Aquí todos intentamos escaquearnos mientras sea posible. Y luego nos quejamos de que las administraciones no funcionan bien. Naturalmente están constituidas por ciudadanos españoles.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Como gato panza arriba

Dice una canción: me defiendo como gato panza arriba. Cuando un gato se pone así es para poder usar todas sus garras y sus dientes. Estar como gato panza arriba es estar a la defensiva. Ha habido épocas en mis blogs en que yo también me sentía así, cuestionada y atacada por todos los flancos. Ahora me parece mentira con la tranquilidad de que disfruto desde que quité los usuarios anónimos. Era tan fácil. Tenía que haberlo hecho antes. Sin embargo, me temo que perdí mucha audiencia al no alimentar ya debates ni tener que contestar a las críticas. Eso le daba una cierta vidilla al blog, pero desde luego no quiero volver a esa etapa.

Supongo que algunos se aburrieron y se fueron pero los que quedaron valían más la pena. Yo soy una persona muy tranquila y educada y, quien me conoce no se imaginaría que soy capaz de sacar tanta agresividad para defender aquello en lo que creo. En ese sentido yo también soy un poco gata, o más bien leona, especialmente si se trata de proteger a mis cachorros. Cuando eran pequeños, por desgracia, tuve que hacer uso varias veces de mis garras. Los tres sufrieron bulling en algún momento y el colegio no me fue de ayuda. Como me dijo alguien, yo también tengo un lado muy oscuro, pero no me gusta tener que usarlo.

sábado, 6 de diciembre de 2014

La verdadera pobreza en Navidades.

Dicen algunos informes que en España viven tres millones de niños pobres. Tal vez no se dan cuenta de que un niño pobre de aquí sería un niño rico en muchos lugares del planeta. Los que aquí llaman niños pobres suelen tener becas de colegio y de comedor y no pasan hambre. Puede que no tengan play station, o puede que sí... Cerca de mi casa hay unas viviendas sociales donde llama la atención la cantidad de antenas parabólicas de canales de pago para ver el fútbol. Que sus padres no tengan una nónima o un sueldo fijo no significa automáticamente que sean pobres. De hecho, hay quien tiene nómina y vive mucho peor. Todo es relativo.

Hay que tener cuidado con esta clase de noticias que alimentan los extremismos sociales. De hecho Cáritas suele darlas por estas fechas. Pero yo soy voluntaria de Manos Unidas y no me vale que me hablen de pobreza en estos casos. Un niño que come tres veces al día no es pobre, aunque no pueda permitirse comprar una merienda. Seamos  serios. Yo crecí en una familia de clase media con cuatro hermanos y estuve heredando la ropa y los libros hasta que ya no me sirvieron más. Entonces era lo normal. Antes de sacar conclusiones hay que comprobar cuál es el nivel de normalidad, y sobre todo no dar opción a que alguien utilice los datos para sus propios fines.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Como títere sin cabeza

Andar como títere sin cabeza es parecido a ir a tontas y a locas, es decir no saber muy bien lo que se hace. Yo lo suelo utilizar cuando tengo muchas cosas que hacer y poco tiempo. Dicen que las mujeres podemos hacer muchas cosas a la vez. No es mi caso. Hacerlas las hago pero no bien. Recuerdo que cuando trabajaba tenía una labor muy agobiante, con las cartas, el teléfono, los fax... (era secretaria) e intentaba abarcarlo todo pero no conseguía hacerlo tan bien como hubiera querido. Prefiero dedicarme a una cosa cada vez y hacerlo lo mejor que me sea posible. De hecho, suelo repetir la frase: si haces algo hazlo bien o no lo hagas.

La excepción tal vez sería la comida, que la suelo hacer lo más rápido y sencilla posible, pero eso tiene una explicación física. Me duelen las piernas si estoy mucho de pie y además las comidas elaboradas me sientan mal. Así que no me compensa esforzarme más, para desgracia de mi familia.:) La verdad es que yo no suelo andar como títere sin cabeza, porque me organizo el tiempo de manera que no tenga que darme demasiada prisa. Si voy a la compra, por ejemplo, no pongo la lavadora. De este modo es raro que me "pille el toro". Como podéis comprobar yo utilizo muchísimas expresiones en mi vida diaria, también cuando hablo.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Agua de borrajas

Parece ser que la borraja es una especie de lechuga pero con poco sabor, por eso se dice agua de borrajas de algo que no tiene sustancia. Como Podemos. En política ya está todo inventado desde tiempos de los griegos y este partido se supone que aporta algo novedoso, cuando la verdad es que te están disfrazando el comunismo de siempre como si fuera otra cosa. Podemos empezó siendo un movimiento ciudadano pero, al poco tiempo, ya se vió quién llevaba la batuta realmente. Algunos ingenuos siguen pensando que son apolíticos o que han inventado algo. Pero basta ver las propias declaraciones y actos de Pablo Iglesias para ver de qué pie cojea.

Con el puño izquierdo en alto cantando la Internacional, en un congreso de partidos comunistas, departiendo con simpatizantes de presos de eta e incluso relacionándose con Irán. Su andadura no puede ser más significativa. Ahora podrá alegar lo que quiera porque aún no es nadie, no tiene ni escaño. Pero las hemerotecas atesoran todos los datos para quien quiera verlos. Espero que este experimento político acabe en agua de borrajas como corresponde. Si no es así, Dios nos pille confesados. Para quien quiera ver el resultado de propuestas como la de Podemos, ahí tiene el ejemplo de Venezuela entre otros muchos.

Regalos de Navidad

Antes incluso de empezar diciembre ya tenemos en la televisión todas las campañas de publicidad para incitarnos a comprar regalos a mansalva. Cuando mis hijos eran pequeños yo tenía la consigna de: sólo tres regalos importantes y luego cosas menudas que encargaran los parientes. Al llegar al colegio los profesores tienen la mala costumbre de preguntarles qué les han regalado y aquello se convertía en una competición a ver quién tenía mayor número de regalos, de manera que mis hijos se sentían un poco mal. Yo lo siento por ellos, pero creo que es mejor así. El exceso de regalos caros sólo consigue que no se disfrute de nada.

En cuanto a los adultos, empieza el festival de colonias y complementos. Recuerdo que llegó un momento en que ya no me cabían más cosas en casa. Afortunadamente ahora tengo dos para repartir. Aun así en algún lugar del trastero debe haber todavía una caja de colonias porque yo no las uso. Para mí, tener que inventar regalos nuevos cada año era una pesadilla. Por suerte, hace ya un par de años que los niños crecieron y dejamos de hacer regalos a todos (ocho hermanos, diecisiete sobrinos). Aquello era una ruina y un sinsentido. Así que ahora, cuando veo los anuncios en Navidad me siento aliviada de pensar que eso ya no va conmigo.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Ni contigo ni sin tí

Se dice de la gente que no sabe estar sola pero luego anda todo el día discutiendo. Se suele referir especialmente a las parejas. Parece mentira pero hay algunos matrimonios que parecen totalmente incompatibles y sin embargo duran bastante. Resulta que les gusta eso de contestarse mal y reñir por cualquier tontería, para luego poder tener gloriosas reconciliaciones. Yo conocí una pareja así, aunque luego acabaron de muy mala manera, y no me extraña. Yo soy todo lo contrario, una persona que amo la paz y la tranquilidad. No la tuve con mis hermanos en casa de mis padres y ahora me temo que tampoco la disfruto mucho con mis hijos.

Pero con mi marido sí. Creo que él tiene la misma necesidad de disfrutar un ambiente relajado y tranquilo. Además los dos hemos tenido ya ocasiones sobradas de comprobar que la vida es demasiado corta para pasarla pleiteando. Así que de algún modo nos hemos propuesto aprovechar cada momento. Lástima que alrededor no se den las condiciones idóneas. Es poner el telediario, por ejemplo, y perder toda la relajación. Nuestro remanso de paz interior es un oasis en el desierto. Nos ha costado mucho conseguirlo y yo ya no lo cambio por nada. Que otros busquen emociones fuertes en la vida diaria. Yo elijo contigo.

martes, 2 de diciembre de 2014

Violencia y fútbol

Era de esperar la muerte de un forofo que ha ocurrido hace poco en España. Desde los medios de comunicación se fomenta este enconamiento en el deporte y muy especialmente en el fútbol. Hay programas especialmente virulentos donde se incita a las aficiones unos contra otros. El otro día mismo en Qué tiempo tan feliz asistí a un espectáculo que me chocó mucho. Una concursante de Tu cara me suena mini se enfrentaba con El arrebato, porque uno era del Sevilla y la otra del Betis. Mientras a la presentadora le hacía gracia el asunto, se veía como la niña se lo tomaba demasiado en serio. Y eso que los dos equipos son de la misma ciudad...

Yo no entiendo nada de fútbol, ni me importa, pero no me sirve que se de la excusa de que la gente está frustrada y por eso se desahoga con eso. Si tienen dinero para pagar las entradas del partido y su smartphone, no estarán tan mal. El deporte siempre ha sido un medio para soltar adrenalina, pero no podemos permitir que la violencia se convierta en costumbre. En el pueblo donde yo vivo también he oído alguna vez que alumnos de diferentes institutos quedaban para pegarse. Las personas no dejamos de ser animales y los bajos instintos están a flor de piel. Por eso, los medios de comunicación tienen la responsabilidad de no avivar el fuego.

Lo que faltaba para el duro

Una expresión que se oía mucho en mi casa. Lo que faltaba para el duro se refiere a la moneda de cinco pesetas que se conocía como duro, y viene a ser como la gota que colma el vaso. Es decir, que cuando ya crees que las cosas no pueden ir peor surge algo que lo complica todo. En mi caso, puedo decir que, lo que faltaba para el duro, es tener a mi hija pequeña en segundo de Bachillerato. Porque el mayor me ha dado muchos problemas ya, y la mediana unos cuantos gordos, pero la pequeña hasta ahora era un remanso de paz. Las cosas han cambiado este año, no sé si por el Pau o por la edad, pero ahora tengo tres hijos problemáticos.

El otro día leía un par de blogs donde hablaban de las bonanzas de la maternidad y no quise comentar porque no quería decepcionarlas. Es cierto que criar un bebé y un niño pequeño es una delicia aunque resulte agotador. Verlos descubriendo el mundo y haciéndose autónomos. Pero luego se hacen mayores y empiezan a contestar mal, a llevarte la contraria, a trampear... Vamos, que tienes menos trabajo pero muchas más preocupaciones. Yo me quedaba con la etapa anterior, con sus noches en vela y demás. Es cierto que resulta agradable ver como se hacen hombres y mujeres y se hacen cargo de sus vidas, pero, caramba, se suda sangre entretanto.

lunes, 1 de diciembre de 2014

De vuelta

Ya estoy aquí tras mi mes sabático. Os he echado de menos. Vuelvo cargada de energía para dar y tomar. No hemos recibido todavía el dinero de la beca de mi hija, pero al menos este mes tiene paga extra. La semana pasada me temo que salté la gimnasia. Espero que esta vez lo consiga. Mi huerto ya tiene plantitas de girasol, zanahoria, rábanos y pimientos. La vida sigue. Espero que estéis todos bien y que nos sigamos viendo virtualmente.

He publicado un post nuevo a continuación.

Capeando el temporal

Estáis perdidos. :). He pasado de los refranes populares a las expresiones españolas y he encontrado un filón sin explotar. Así que ahora me voy a dedicar una temporada a este nuevo hobby. Como siempre, aprovecho la expresión como introducción para el tema que deseo tratar. Capear el temporal se refiere a entenderse con una situación difícil, más bien en el sentido de esperar a que pase por sí mismo. Así que se puede decir que es lo que hace Rajoy habitualmente en España. Cuando surge algún conflicto procura mantenerse aparte y dejar que las aguas sigan su curso. Esto provoca que a menudo le acaben criticando los suyos.

Yo no sé si es una buena política, pero desde luego le va a costar muchos votos, especialmente en lo que se refiere a la reforma del aborto. Porque capear el temporal tiene que ver con intentar quedar bien con todo el mundo y el resultado suele ser que no se contenta a nadie. En el tema del referendum de Cataluña puede que haya sido una postura sensata, pero también está dejando que algunos se hagan ilusiones respecto a sus posibilidades reales. A corto plazo, puede que funcione, pero a largo plazo puede ser peor el remedio que la enfermedad. La verdad es que yo no soy de ponerme de lado. Yo siempre encaro el temporal de frente.