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Nubes sobre el Mar

Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña

martes, 31 de enero de 2012

Efectos secundarios

Desde hace años, cada cierto tiempo soy objeto de campañas de desprestigio en internet. No saben que en el fondo de hacen un favor. Porque esas personas que entran con intención de criticarme, principalmente por ser una defensora de la Iglesia Católica, se encuentran algo distinto a lo que buscaban. Pensaban encontrar a alguien belicoso y altanero, y en su lugar hay una esposa enamorada, una madre preocupada por sus hijos, una hija que sufre mucho por sus padres ancianos y enfermos. Una mujer de mediana edad que repudia el pecado, pero no al pecador; que sólo pretende vivir en paz, contar su opinión sobre las cosas y hacer amigos con inquietudes parecidas a las suyas. Alguien que está seguro de muy pocas cosas.

Así que algunas de esas personas que buscaban un monstruo acaban quedándose por aquí indefinidamente. Se enganchan a mi blog, e incluso al otro (que tiene un número de lectores superior a éste) y supongo que acaban comprendiendo en cierto modo mi punto de vista, aunque no lo compartan. Y es que en el fondo todos somos seres humanos en busca de compañía y afecto, detrás de las ideologías, las religiones o la ausencia de ellas. Y tengo que reconocer que yo escribo más para ellos que para mis seguidores habituales, ya que constituyen todo un reto para mí. Al fin y al cabo, yo lo único que intento en la vida es ser una buena persona, aunque a veces no lo consiga.

lunes, 30 de enero de 2012

La amistad

No he sido bendecida con ese don. A lo largo de mi vida conté con personas que consideraba mis amigas pero que, con el tiempo y las circunstancias, desaparecieron y al parecer ya no me recuerdan, aunque yo sí a ellas. Supongo que es culpa mía (no podría ser de otra manera), tal vez porque siempre digo lo que pienso, tal vez porque no he estado allí cuando me necesitaban, o porque soy demasiado exigente. El caso es que cuando la gente habla de lo importante que es la amistad en su vida a mí me suena a algo extraño. Hay gente a la que considero amigos porque nos llevamos bien cuando coincidimos, pero no consigo tener una relación cercana y continua con ninguno de ellos.

No es que me importe demasiado. Yo estoy centrada al cien por cien en mi familia, pero pienso que el día de mañana, cuando mis hijos hagan sus vidas, tal vez echemos de menos alguien más con quien relacionarnos. Tuve lo más parecido a una amiga íntima hace años, pero, cuando se separó de su marido de mala manera, decidí romper toda relación, porque no me gustó nada cómo había llevado las cosas. Tengo una amiga, pero que vive lejos y tiene una vida complicada; y otra que tiene seis hijos y, evidentemente, no le sobra tiempo para mucho más. También tengo otras conocidas con vidas muy ocupadas por sus trabajos. Nunca sabré si el problema soy yo o las circunstancias. El caso es que me ha dado por pensar que si me muero, muy pocas personas vendrían a mi funeral. Me olvidaba decir que hoy es mi cumpleaños y espero pocas llamadas...

viernes, 27 de enero de 2012

La alimentación de los niños

Parece ser que ahora venden una especie de magdalena de chocolate que contiene los nutrientes esenciales que debería tomar un niño; así que me imagino que está hecha con pescado, verduras y alguna cosa más para disimular. No me parece nada bien. Los niños deben acostumbrarse cuanto antes, no sólo al sabor, sino al aspecto y la textura de todo tipo de alimentos. Lo ideal es que antes de los tres años ya hayan probado de todo, si no tienen ninguna alergia alimentaria. Ya sé que es más cómodo tirar la toalla y darles de comer macarrones y filete todos los días, o procurar que en el colegio coman correctamente y luego no darles en casa más que caprichos, pero eso no funciona así.

No digo que todos los días tengamos que torturarlos con cosas que no les apetecen tampoco..., pero de vez en cuando conviene seguir insistiendo y no disfrazar las comidas de lo que no son. El paladar acepta habitualmente con agrado los dulces y el tomate frito, pero le cuesta más encontrarle el gusto a sabores  diferentes. Pero ese aprendizaje es cuestión de tiempo. Todos lo hemos seguido de pequeños cuando la palabra "no" no se admitía en casa. Yo procuro evitar alguna cosa en particular que alguno detesta, pero como excepción a la norma de que lo que se pone en el plato se come; más cantidad, o menos, pero no se deja sin probar. Es la única manera de educar el apetito. En mi casa no tiramos comida.

jueves, 26 de enero de 2012

Contigo

Cuando me despierto y coges mi mano, siento que nada malo puede pasarme; y si me pasa, sé que tú estarás a mi lado dándome fuerzas para soportar lo que venga. Cuando estás lejos, hemos llegado a tal simbiosis, que siento que me falta la mitad de mí misma y no vuelvo a estar completa hasta que no regresas conmigo. Cuando me miras, me siento la mujer más bella de la tierra y ya no importan mis achaques ni mis imperfecciones, porque contigo sólo cuenta lo que no se ve. En tus ojos siento el amor que me llena y me hace comprender el mundo, la vida y la eternidad, porque sólo con el amor alcanza todo su sentido. Cuando estamos juntos sé que Dios existe y está a nuestro lado.

Luego miro a nuestros hijos y siento que son lo mejor que hemos hecho en nuestra vida, que son el fruto de nuestro cariño, nuestra entrega incondicional, nuestra historia juntos. Cuando las niñas me cogen la mano y me abrazan pienso que no hay nada en el mundo que pueda estropear esos momentos. Incluso cuando la realidad me derrumba y me hace sentir en un túnel oscuro, sé que no estoy sola, que a la salida me estáis esperando y por eso no pierdo la esperanza. Aunque ya no viviera más y no consiguiera nada más en la vida, sólo con veros sé que tengo todo lo que necesito. Siento que mi vida ha valido la pena por llegar a este momento y por las personas a las que he amado.

miércoles, 25 de enero de 2012

Actividades extraescolares

Siguiendo con el tema del stress, hay muchos padres que se quejan de que, después del trabajo, tienen que llevar a sus hijos a las actividades extraescolares. Sin embargo, esto es un problema de concepto. Los niños ya van al colegio ocho horas diarias, donde estudian inglés habitualmente y hacen deporte. No necesitan  aprender o practicar más; porque además, si sobrepasan el nivel de sus compañeros, corren el riesgo de aburrirse en clase. A veces se trata más que nada de mantener a los niños entretenidos por la tarde y que los padres tengan tiempo para realizar esas obligaciones que se autoimponen en la casa, en el gimnasio o de cualquier otro tipo; en lugar de pasar tiempo con sus hijos, que es mucho más importante.

Sin embargo, los niños necesitan descansar, jugar y también aburrirse, no hacer nada. Hoy en día tenemos también niños estresados por un exceso de actividad. No me parece mal que hagan alguna cosa dos veces por semana. (Algo que no tengan en el colegio). Pero hay niños que encadenan varios cursos al día y no tienen tiempo ni siquiera para estudiar o hacer los deberes. Creo que mucha culpa del fracaso escolar viene también de esto. Mis hijas van a clase de piano y el chico estuvo yendo a dibujo varios años. Tienen que ser cosas además que les gusten y las elijan ellos. Además las actividades cuestan también dinero que puede hacer falta para otras cosas. No nos compliquemos la vida sin necesidad.

martes, 24 de enero de 2012

Slow life

Tengo que reconocer que cultivo esto con entusiasmo, aunque suene contradictorio. Lo que ocurre es que no es sólo una costumbre sino toda una filosofía de vida. Por ejemplo, yo no voy a la compra a diario; voy una vez a la semana y compro casi todo, de manera que además me lo traen a casa. Hay que ver la cantidad de tiempo que se pierde a diario en labores que no son imprescindibles. A riesgo de que me llamen cochina (que no sería lo peor), por ejemplo, tampoco limpio el polvo todos los días. La limpieza es una labor interminable y poco fructífera; ya que a las pocas horas la casa vuelve a estar llena de suciedad. La verdad es que yo espero a que esté sucio antes de limpiar. Prefiero pasar más tiempo con mi familia.

No hago comidas muy elaboradas porque no me compensa el tiempo que se pasa cocinando para luego consumirlo en media hora. Además, la verdad es que los guisos me sientan mal. Tampoco lavo la ropa a diario. Espero a que se junte un montón y lleno la lavadora. Para ello naturalmente en casa no permito que me echen a lavar la ropa que sólo han utilizado una vez, a no ser que se haya manchado. De ese modo también tranquilizo a mi conciencia ecologista en cuanto al excesivo gasto de agua y detergentes, que contaminan el medio ambiente. Yo tampoco me lavo la cabeza a diario. Estoy convencida de que eso estropea el pelo, por lo menos en mi caso. En fin, espero que no seáis muy duros conmigo.;)

lunes, 23 de enero de 2012

A última hora

Estas Navidades estuve pensando que a la gente le gusta pasarlo mal. Si no, no entiendo por qué dejan todas las compras para el último momento. El día 30 de diciembre por la tarde estaba el supermercado a rebosar. Pero es que el género fresco sube mucho de precio y se puede encontrar congelado con la misma calidad; o comprarlo y congelarlo hasta un mes antes. La tecnología permite ahora esas opciones. Sin embargo, creo que hay personas que prefieren ir a última hora para hacer largas colas, perder horas de su tiempo y pagar más caro. De este modo, siguen un ritual más de las fiestas, el de acabar cansados y estresados antes de empezar. No digamos ya los que piden los regalos de los Reyes la misma noche del evento...

Hay veces que no queda más remedio que hacer todo deprisa y corriendo, y mal; pero deberíamos intentar que fueran cada vez menos. Planificarse con tiempo ahorra muchos disgustos. Esto de vivir rápido parece una interpretación del Carpe Diem bastante nociva. La vida de algunos se ha convertido en una sucesión de acontecimientos ligados al consumismo y el stress. Llenan su vida de obligaciones ineludibles que no les dejan tiempo para disfrutar de su propio ocio. A menudo, son las propias actividades lúdicas o teóricamente agradables (como ir a un salón de belleza o al gimnasio) las que les están robando el tiempo sin que se den cuenta. Es como quien quiere ganar más dinero para tener una casa más grande, donde casi nunca está. Corren tanto que se les olvida vivir la vida.

jueves, 19 de enero de 2012

Lo que temíamos

Ha muerto mi cuñada, la del cáncer. La verdad es que estaba ya en una situación irreversible, después de quince años de enfermedad. Pobrecilla. Descanse en paz.

No me acuerdo

Estoy dudando sobre si mis clases de idiomas han servido para algo. Es como si los conocimientos estuvieran archivados en un lugar de mi cerebro al que no tengo acceso. Cuando leo en francés lo entiendo muy bien, pero cuando se trata de recordar palabras no me vienen a la cabeza. En cuanto al alemán, con el nivel que he alcanzado, creo que ahora sería incapaz de hablarlo. A veces me salen palabras sueltas como segeln, que significa navegar a vela; no es que sea algo muy práctico. Pero lo que es mantener una conversación o comprenderla está más allá de mi capacidad en este momento. Lo único que mantengo fresco es el inglés, supongo que por la música que escucho.

Del árabe apenas me quedan unas palabras. Con la cantidad de horas que les he dedicado, me da rabia pensar que parece ser que ya soy demasiado mayor para retener nada. El caso es que me gusta ir a la clase de francés pero, cuando intento aprender vocabulario nuevo, se me escurre de la memoria sin que pueda hacer nada por evitarlo. Así que me hice un Tac y un electroencefalograma y parece ser que no me sucede nada que justifique esta situación. Supongo que acabaré este curso, aunque no estoy segura de aprobarlo, y luego pasaré a otra cosa. Tal vez vuelva al Taichi, que no supone tanto esfuerzo mental. Aunque lo cierto es que también hay que memorizar movimientos...

martes, 17 de enero de 2012

Los DINK. Un mundo sin niños

Acabo de leer en La Farola un artículo sobre un nuevo grupo social que parece que se está extendiendo rápidamente en muchos países. Son los Dink: double income, no kids. Es decir, dos sueldos y sin hijos. Son los matrimonios en que trabajan los dos, generalmente en una buena posición social y no quieren renunciar a sus privilegios. Es decir, que prefieren utilizar su dinero para el ocio, viajar, comprar cosas y divertirse y no están dispuestos a sacrificar su tiempo o su dinero formando una familia. No puedo negar que tener hijos supone un esfuerzo físico y económico considerable, pero compensa con creces. Hay una alegría que sólo se puede experimentar conviviendo con niños.

Que dan guerra, no te dejan dormir, a veces sacan malas notas o se ponen enfermos..., pero los ratos buenos son maravillosos. Luego crecen y te queda el orgullo de ver a ese hombre o mujer que has ayudado a madurar, desde que iba descubriendo el mundo hasta que ya está a tu nivel. E incluso aunque pase de ti, no puedes dejar de sentir que es algo tuyo, que has contribuido al futuro. Renunciar a tener hijos de forma voluntaria me parece algo incomprensible, habiendo tanta gente al contrario que intentan desesperadamente tenerlos y no pueden. Supongo que se explica por la cultura del ocio y de la realización personal. Sin embargo, sospecho que al cabo de los años se acaben arrepintiendo de su decisión.

lunes, 16 de enero de 2012

Sentimientos

Me cuesta escribir sobre lo que siento, pero es necesario para mi paz de espíritu. Prefiero tocar otros temas más asépticos y que además no me suelen traer comentarios negativos. Por cierto, que se nota cuándo están de exámenes los universitarios y la edad de mi detractores en consecuencia. No acabo de salir adelante. Creo que lo mío es algo más físico que psicológico. Las pastillas ayudan pero no pueden con todo. Además no veo que las cosas vayan a mejorar a corto plazo. Lo de mis padres no tiene solución evidentemente y en cuanto a mi cuñada, la última vez que la vi me sorprendió que pudiera seguir viviendo por el aspecto que tenía. Pero además ahora tengo un cuñado en la Uci desde hace diez días. Vaya comienzo de año...

Luego está lo de mi hijo que, sin querer explicar demasiado este tema, digamos que su ideología es opuesta a la mía. Pero eso no es lo que me preocupa, sino que le lleva a un desinterés generalizado hacia su formación, su futuro y todo lo que no sea futbol o política. Pasan los años y, lo que pudo ser una rebeldía de adolescente, ya no resulta tan comprensible llegando ya a los veinte años. Tampoco tiene ninguna intención de trabajar. Por suerte, mis hijas están en el polo opuesto, pero cada cual se labra su propio porvenir y lo que es el de mi hijo lo sigo viendo muy negro. La Fe ayuda y no dejo de rezar. Sin embargo, los tiempos del Señor son diferentes a los nuestros y no sé si llegaré a ver algunos cambios.

viernes, 13 de enero de 2012

Turismo y tercer mundo

Hace tiempo escribí un artículo sobre lo poco beneficioso que resultaba el turismo para algunos países receptores. Como de costumbre en ese blog, no lo entendieron. Era la época de las vacas gordas, cuando todo el mundo se endeudaba con varios créditos personales para poder viajar cada puente lo más lejos posible. Era también en tiempo de la especulación inmobiliaria, cuando todo el que podía pedía una hipoteca para comprar pisos baratos, venderlos más caros y sacar beneficio. Entonces les parecía muy lógico y normal ese comportamiento, mientras a mí me parecía inmoral, cuanto menos, e insostenible. Me da un poco de vergüenza presumir de gurú, pero yo entonces ya lo tenía clarísismo.

Acabo de leer un artículo especializado sobre el efecto del turismo en algunos países. Los grandes resorts y complejos hoteleros generalmente sólo benefician a sus propietarios y a los empleados que contratan, que muchas veces son extranjeros. En los lugares donde se instalan no suelen respetar el ecosistema ni la escasez de recursos. Se da el caso de que cuenten con piscina climatizada, mientras la población local no tiene agua corriente o electricidad. Cuando está sobreexplotado o ya no interesa, lo abandonan a su suerte y buscan un nuevo "paraíso" a la carta. Muchos paquetes turísticos te muestran sólo las maravillas de los países que quieres visitar, pero te ocultan intencionadamente sus injusticias y sus miserias.

jueves, 12 de enero de 2012

Tiempo de calidad

Recuerdo que hace muchos años ya que escribí sobre esto y me dijeron que era fácil hablar pero no compatibilizar el trabajo y la familia. Eso que llaman tiempo de calidad para estar con la pareja y los hijos me parece una estafa. Porque, para empezar, poca calidad puede haber cuando se llega cansado del trabajo a las siete de la tarde o más. El fin de semana a menudo se dedica a visitas familiares o salidas con amigos. Así que el llamado tiempo de calidad se limita a la hora de la cena y el momento de acostar a los niños. Por supuesto que no es suficiente, por mucha buena voluntad que se le quiera echar. Hay que estar con los niños cuando te necesitan, no cuando tú buenamente puedes.

Aunque hay gente a quien le resulta imposible llegar antes del trabajo, yo estoy convencida de que hay un momento en la vida en el cual todavía se puede elegir. Porque hay gente que aguanta un trabajo que realmente no le gusta porque no soporta quedarse en casa. La cuestión económica es relativa. Con tanta crisis, la gente siguen viajando mucho y las terrazas de los bares están a rebosar en cuanto sale el sol. También siguen comprando ropa de temporada y móviles de última generación. Quiero decir que a veces se trata de establecer prioridades: ganar menos dinero puede significar renunciar a muchos pequeños lujos, pero el tiempo que pasas con los tuyos no tiene precio.

miércoles, 11 de enero de 2012

Salvadores del mundo

La humanidad como tal tiene millones de años de existencia. La historia desde que la conocemos unos cinco mil años. Todo este tiempo nos ha llevado a ir evolucionando por el método de prueba y error. Pasamos de ser nómadas y cazadores a sedentarios agricultores y ganaderos. Formamos las primeras aldeas, que con el tiempo se convirtieron en comunidades y países. Probamos todas las formas de gobierno, desde el matriarcado o el consejo de ancianos, hasta la monarquía absoluta, la dictadura y la democracia. Se supone que hemos ido aprendiendo de graves errores, aunque de vez en cuando alguien vuelva a tropezar con la misma piedra, o algunos se nieguen a evolucionar.

Sin embargo, últimamente, resulta que han surgido otra vez en nuestro país y como fenómeno global un grupo de personas que se consideran en posesión de la verdad, que pretenden cambiar el sistema a base de derruirlo y volver a empezar. Gente que se opone al capitalismo, los bancos y las leyes del mercado. No sé si hace falta que recuerde que esas cosas nos han traído al estado de bienestar que disfrutamos en general. Esos visionarios, llamense 15m, democracia real o como sea, creen que han descubierto la pólvora a estas alturas. No han aprendido nada de los experimentos anteriores que existieron, que pretendieron volver a empezar desde cero y cuyos resultados podemos leer en los libros de historia.

Hitler, Marx, Mao, y otros menos conocidos, pero igual de letales, ya intentaron renovar el sistema a su manera. En Corea del Norte todavía sufren las consecuencias. No nos dejemos llevar por consignas ilusorias. Como dice el dicho: Dios nos libre de las personas con buenas intenciones, que de los malos ya me ocupo yo solo.

martes, 10 de enero de 2012

Reservado del derecho de admisión

Un blog es como una casa. Se puede dejar la puerta abierta para que pase quien quiera, pero si esa persona te molesta, también le puedes echar. Por estar abierto al público no deja de ser una propiedad privada. Hay quien sigue sin entender esto. Realmente, ni siquiera debería dar explicaciones pero sigo cayendo en esa trampa. Luego sólo consigo que me critiquen más. En fin, cada uno es como es. Para insultar en un blog no hace falta decir palabrotas. Por ejemplo, llamar a alguien cobarde, pusilánime y quejica, son descalificaciones personales que tampoco se admiten. Es más, se puede insultar sin necesidad de decir ninguna palabra negativa. Hay ironías, sarcasmos, dobles sentidos y simples declaraciones que a veces hacen más daño que las palabrotas. Yo también sé contestar así, pero procuro contenerme y no hacerlo.

De todas maneras, cuando alguien entra en un blog con la intención de atacarlo, no sirve de nada intentar razonar sobre lo que es o no admisible en los comentarios. Eso se nota enseguida. Las personas que simplemente no están de acuerdo suelen guardar las formas y utilizan otro lenguaje. Al estar este blog unido a otro, muy polémico, me temo que nunca me libraré de esta clase de problemas. En resumen, no tengo ninguna obligación de aprobar los comentarios, incluso aunque no incluyan palabras malsonantes. No tengo por qué contestar a cuestiones de las que ya he hablado en multitud de ocasiones. No tengo que dar explicaciones sobre mis actitudes personales, mis acciones o mis ideas. El que acepte todo esto, es bienvenido, y el que no, ya sabe que sus comentarios van a acabar en la papelera de reciclaje.

lunes, 9 de enero de 2012

Vaya comienzo de año

Tenía pensado un tema para escribir y la verdad es que me da mucha rabia cuando olvido algo así, por eso suelo llevar una libreta encima, pero el otro día no lo apunté. En fin, ya saldrá en algún momento. Creo que era algo sobre lo que ya había escrito hace años y es que me quedan pocos temas por tocar. El comienzo de año ha sido bastante desastroso. Empezando por la muerte de un tío de mi marido, enfermo de alzheimer y a continuación el ingreso en el hospital de un cuñado por insuficiencia renal aguda. Como eso sea un aviso de cómo viene el año 2012, a mí que me den de baja que me quedo en el año anterior... Total, que mi marido se pasa el día de hospital  y yo apañándomelas sola.

Así que tampoco me extraña mucho que no se me ocurra ya sobre qué escribir y es que tengo la cabeza en otro sitio, pero esto también es un tema para un post. El otro día le decía a mi psicóloga que me gustaría tener una relación normal con mi familia (la de origen), y ella me contestó algo muy sensato, que lo que yo realmente desearía sería tener una familia normal, y eso es imposible de conseguir a estas alturas. Es que a veces uno se empeña en luchar contra los elementos. Intenté que al menos mis hijos estuvieran unidos y eso tampoco lo he conseguido en una tercera parte. Al final te acabas dando cuenta de que las familias normales escasean mucho. Aquel que la tenga puede considerarse afortunado.

sábado, 7 de enero de 2012

Un lugar para soñar. La película

Ayer estuve en el cine viendo esta película y me gustó mucho. Es la historia de un padre viudo que compra un viejo zoo para volver a ponerlo en marcha. Supongo que no desvelo nada, ya que eso sale en el trailer. Tiene un hijo adolescente y una niña pequeña. La película ahonda en su pasado, en sus relaciones familiares y sus sueños. Es amena, emotiva y apta para todas las edades. La recomiendo.

Colonias y sexo

He sufrido durante estos días la proliferación anual de anuncios de colonias, los cuales suelen ir dirigidos, según parece, a jóvenes de ambos sexos desinhibidos y muy agraciados físicamente. No me explico nunca como las feministas no protestan sobre este tipo de publicidad. Tal vez porque las mujeres han pasado de ser sujeto pasivo en los anuncios a parte muy activa de los mismos. Ahora la promiscuidad sexual se presupone en ambos casos y también la posibilidad de acabar acostándose con un desconocido simplemente porque te gusta el aroma de su colonia, ya que esa es la base intelectual de esta clase de publicidad, y cada año crece y se reproduce más y más. Se ve que funciona.

Yo que no he sido nunca de usar colonias, no me explico cómo hay tanto negocio detrás. Supongo que es un regalo cómodo de hacer y sin complicaciones. Luego, el agraciado utiliza el envase un par de meses y se queda olvidado en algún rincón de un armario, y así hasta el año que viene. Sin embargo, yo creo que debería limitarse este tipo de anuncios al menos fuera de la franja horario teóricamente protegida para los niños. Además, la mayoría de ellos ofrecen una imagen de la mujer como alguien predispuesto al sexo, como una hembra perpetuamente en celo. Qué fue de la igualdad, de la capacitación profesional, de la independencia y tantos otros temas con que nos bombardea la ideología de género. Cuando entra el dinero, todo desaparece.

jueves, 5 de enero de 2012

Los cambios

Hay veces que uno se pasa la vida deseando que cambien las cosas y no puede evitar sentir miedo a la dirección de esos cambios, ya que siempre se puede ir a peor. Una vez más el año nos hace replantear objetivos y pensar si vamos por el camino correcto. Hace un año decidí dejar el tai chi y dedicarme al francés. Ahora no sé si he acertado. Las clases me gustan pero me está costando más de lo que esperaba, y mi salud se resiente por la falta de ejercicio. Las dos cosas no las puedo hacer. Yo tengo un límite de energía muy bajo y a partir de cierto esfuerzo físico y mental empiezo a resentirme por todas partes. Al cabo de los años una ya se conoce a sí misma bastante bien.

Tal vez el momento de tomar decisiones sea más septiembre que enero. Ahora es más época de pensar si elegiste lo correcto. Un balance de resultados que en mi caso siempre da negativo en los mismos temas, pero empiezo a pensar (ya desde hace tiempo) que no voy a ver el final de esos problemas. Con todo y con la ayuda inestimable de los medicamentos creo que ya voy aprendiendo a aceptar las cosas como vienen. (Toco madera). Vivir la vida al día sin plantearse mucho más es para mí todo un esfuerzo mental. Así que ahora procuro centrarme nada más en este mes de enero que comienza y esperar que al menos la situación general vaya mejorando poco a poco para todos.

miércoles, 4 de enero de 2012

Electrodomésticos de usar y tirar

Ya he contado alguna vez que tengo una nevera de veintitres años (toco madera), un coche de veinticuatro y un lavavajillas de dieciocho. Esta mañana precisamente me llevé un susto porque pensé que el último se me había roto y sé que ya no los fabrican tan buenos, ni mucho menos. Pero lo peor no es que no puedan fabricarlos, sino que no quieren. Parece ser que los fabricantes producen electrodomésticos de mala calidad con la clara intención de obligarnos a comprar uno nuevo cada cuatro o cinco años. A mí eso me parece profundamente inmoral. Más ahora que sabemos el perjuicio que supone para el medioambiente tanta cantidad de chatarra y residuos que a menudo no se pueden eliminar o reciclar.

Pero es peor el caso de los teléfonos móviles y demás dispositivos electrónicos, ya que parece ser que contienen componentes a base de materiales muy escasos y difíciles de conseguir, como es el caso del coltán, para cuya extracción se utilizan niños. Por el control de estos minerales en países remotos se han producido incluso guerras y mucha gente vive sin los más elementales derechos humanos en condiciones de trabajo pésimas. Todo ello para que nosotros podamos tener un móvil de última generación cada año. Yo, ya sabéis que me niego y sigo con el mismo. Deberíamos exigir a las grandes empresas que fabriquen productos duraderos y sostenibles; y la única manera de hacerlo es no comprándoles los nuevos.

martes, 3 de enero de 2012

Por qué sigo aquí

A lo largo de cinco años he acabado cerrando los comentarios en dos blogs y borrando otro. No llevo bien que me ataquen de forma desmesurada por mi forma de pensar. Sin embargo, sigo aquí, tal vez porque pienso que ésta es una de las pruebas que me corresponde afrontar en la vida. También porque tengo la esperanza de que, de cada cien personas que entran a criticarme, al menos uno se quede pensando en lo que digo y llegue a comprenderme. Sólo por ése habrá merecido la pena soportar que algunos deseen mi muerte y la de mis seres queridos. Es como el cordero del rebaño extraviado, que el pastor deja a todas las ovejas en el corral para ir a buscarlo y no ceja hasta encontrarlo.

Dios escribe derecho con renglones torcidos. No sé de quién es la frase pero es una gran verdad. Lo que está claro es que no le toca la lotería al que no ha comprado ningún décimo. Tampoco podría convencer a nadie callada desde mi sillón. Aunque, a estas alturas de la vida, me temo que mi poder de convicción es insignificante, si no lo intento no me quedo tranquila. También hago reflexiones sobre temas variados y cuento problemas personales; los cuales aprovechan evidentemente mis opositores para atacarme donde más me duele. Pero no sé hacerlo de otra manera y de este modo espero empezar el año 2012 y continuar mientras me sienta con fuerzas para ello.

domingo, 1 de enero de 2012

Cuestión de expectativas

Ayer oí en la radio lo más sensato que he oído en años sobre el día 31 de diciembre, que no es más que otro día igual que el 30 o el 1 de enero. El problema es que lo cargamos de obligaciones por así decirlo, pretendemos que cumpla con unas expectativas que no le corresponden. El día de fin de año reúnes en una habitación a quince personas que no tienen nada que decirse durante todo el año y seguirán sin hablar. Los problemas siguen existiendo, los enfermos siguen sufriendo, las incomprensiones no se superan y, si tienes la suerte de ir a una fiesta, lo más probable es que acaben todos borrachos. El día de fin de año no produce milagros, sólo nos hace crear falsas esperanzas en el futuro.

No dudo que haya personas que lo hayan pasado estupendamente ese día (sin ayuda del alcohol), rodeados de cariño y amistad. Pero no es mi caso por lo menos en los últimos veinte años. Así que esta vez procuré ir descargada de falsas expectativas, y supongo que lo llevé un poco mejor. Las circunstancias de nuestra familia tampoco ayudan a la alegría, pero sí podrían habernos llevado a una mayor unión. No fue el caso. Los que tienen ideas extrañas seguirán teniéndolas en este año que recibimos; los que tienen problemas económicos, esperemos que salgan del bache; aquellos cuya salud no tiene ya arreglo sólo aspiran a seguir viviendo. No pongamos en el año 2012 demasiadas ilusiones y así no saldremos defraudados.