Si hay algo que llevo fatal de toda la vida es la hipocresía. Yo voy siempre de cara con la verdad por delante, me cueste lo que me cueste. Eso me ha acarreado multitud de disgustos en mi vida pero no sé actuar de otra manera. Como dice la mamá de Tambor en Bambi, si no tengo nada bueno que decir mejor me callo. A eso es todo a lo que llego por evitar problemas. Sin embargo, me temo que hay mucha gente que practica esa táctica de tirar la piedra y esconder la mano, que me parece de lo más ruin. Como ocurre con los políticos que pretenden dar imagen de moderados cuando no lo son, y ya todo el mundo sabe de quién hablo.
Lo de tirar piedras me recuerda a la lapidación, que es una práctica de aplicar una sentencia de muerte muy cruel que todavía existe en buena parte del mundo. Entre los antiguos judíos era algo muy habitual y se sigue practicando en muchos países árabes. Y es que en el fondo estos dos pueblos tienen mucho más en común que lo que les separa. Yo he estudiado un poco de árabe y se parece bastante al hebreo. También sus costumbres, especialmente en lo que se refiere a la vestimenta y a la situación de la mujer son muy similares teóricamente. El matrimonio concertado sigue siendo habitual. De manera que no se entiende que se lleven tan mal. Debe ser como el refrán que dice: gallegos y asturianos, primos hermanos.
Se trata de un intento de volver a empezar en el mundo de los blogs. Pretende ser de nuevo un diario personal donde volcar reflexiones y compartir experiencias.
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Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña
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viernes, 14 de agosto de 2015
miércoles, 29 de julio de 2015
Tomar la sartén por el mango
Tomar cartas en el asunto. Significa actuar en una situación que no te agrada. Cuando ves y oyes cosas con las que no estás de acuerdo tienes dos opciones: pensar en otra asunto o tomar la sartén por el mango. Yo hace mucho tiempo que me decidí por la segunda postura, aunque tal vez no tenga mucho mérito porque es mi manera de ser. Soy incapaz de abstraerme mirando las nubes pasar, como Zapatero. Me gusta mucho la naturaleza pero los problemas nunca se van de mi cabeza. Cuando mis hijos eran pequeños y tenían problemas en el colegio muchas veces tuve que tomar cartas en el asunto, le pesara a quien le pesara.
Tal vez por eso, al hacerse mayores, decidí acometer otras tareas más globales con resultado irregular. A estas alturas todavía estoy sopesando si ha sido un éxito o un fracaso, pero lo que tengo claro es que volvería a hacer otra vez lo mismo. No soy persona de quedarme callada ante las injusticias. Hay veces incluso que me tengo que morder la lengua en la calle para no llamar la atención a algunos padres. El otro día en una tienda dos niños de no más de tres y cuatro años no hacían más que pegarse y nadie les decía nada. Pues si ya lo tienen por costumbre sólo irán a peor. El respeto es esencial para la vida. Sin embargo no dije nada. Ya no soy la que era.
Tal vez por eso, al hacerse mayores, decidí acometer otras tareas más globales con resultado irregular. A estas alturas todavía estoy sopesando si ha sido un éxito o un fracaso, pero lo que tengo claro es que volvería a hacer otra vez lo mismo. No soy persona de quedarme callada ante las injusticias. Hay veces incluso que me tengo que morder la lengua en la calle para no llamar la atención a algunos padres. El otro día en una tienda dos niños de no más de tres y cuatro años no hacían más que pegarse y nadie les decía nada. Pues si ya lo tienen por costumbre sólo irán a peor. El respeto es esencial para la vida. Sin embargo no dije nada. Ya no soy la que era.
sábado, 6 de junio de 2015
Se me ha ido el santo al cielo
Se refiere a olvidarse de algo. A mí me pasa continuamente. Desde pequeña soy muy despistada y con el tiempo cada vez más. Por eso voy dejando notitas por todas partes, pero es inútil porque se me olvida leer las notas. Al principio me daba mucha rabia ser así y era un problema cuando trabajaba de secretaria, pero lo he acabado aceptando como todo, como las varices, las migrañas y demás. Como en casa ya saben que no me acuerdo de nada, ya lo tienen en cuenta y me lo recuerdan o lo hacen ellos. Me temo que con los años irá a peor, así que no me queda más que asumirlo. Aunque también tiene sus ventajas. Vives más relajado.
La gente que se acuerda de todo lo que tiene que hacer, no tiene un minuto de descanso. Supongo que va con la manera de ser, como hay gente más diligente y con madera de líder, otros somos más pasivos y tranquilos. El carácter también acompaña a estos rasgos y creo que yo tengo más paciencia en general. La verdad es que la gente activa me pone un poco nerviosa. Afortunadamente como paso mucho tiempo sola puedo relajarme a gusto. Sin embargo, no puedo negar que cuando se te va el santo al cielo a menudo te creas muchos problemas y también a los demás. Supongo que no debe ser cómodo convivir con una persona como yo.
La gente que se acuerda de todo lo que tiene que hacer, no tiene un minuto de descanso. Supongo que va con la manera de ser, como hay gente más diligente y con madera de líder, otros somos más pasivos y tranquilos. El carácter también acompaña a estos rasgos y creo que yo tengo más paciencia en general. La verdad es que la gente activa me pone un poco nerviosa. Afortunadamente como paso mucho tiempo sola puedo relajarme a gusto. Sin embargo, no puedo negar que cuando se te va el santo al cielo a menudo te creas muchos problemas y también a los demás. Supongo que no debe ser cómodo convivir con una persona como yo.
lunes, 1 de junio de 2015
Sacar las castañas del fuego
Se refiere a solucionarle los problemas habitualmente a otra persona. Hay quien tiende a meterse en líos y luego siempre hay que estar sacándole las castañas del fuego, es decir, quemándose un poco por él. Es muy habitual con los hijos, especialmente los adolescentes, que se creen que lo saben todo y, por más que les adviertes, acaban metiéndose en problemas, y al final es mamá o papá quien tiene que dar la cara. Pero en fin, forma parte del oficio de ser padre y madre y la verdad es que lo hacemos con gusto en el fondo. Supongo que porque significa que nos siguen necesitando y eso es algo muy gratificante, sobretodo cuando se hacen mayores.
Por ejemplo, ahora los jóvenes son muy poco de comprometerse con su pareja. Siguen la consigna de que hay que seguir saliendo con los amigos y haciendo vidas independientes lo más posible. No se dan cuenta de que con ello pueden hacer que la relación se enfríe o incluso que surjan terceras personas, porque nadie está libre de caer en la tentación. Pero, luego, cuando llega el disgusto ahí están los padres para apoyar, consolar o lo que haga falta. Aunque la verdad es que da cierta rabia pensar que si nos hicieran más caso se ahorrarían muchas castañas, el caso es que nosotros también hemos sido jóvenes y hemos hecho cosas parecidas.
Por ejemplo, ahora los jóvenes son muy poco de comprometerse con su pareja. Siguen la consigna de que hay que seguir saliendo con los amigos y haciendo vidas independientes lo más posible. No se dan cuenta de que con ello pueden hacer que la relación se enfríe o incluso que surjan terceras personas, porque nadie está libre de caer en la tentación. Pero, luego, cuando llega el disgusto ahí están los padres para apoyar, consolar o lo que haga falta. Aunque la verdad es que da cierta rabia pensar que si nos hicieran más caso se ahorrarían muchas castañas, el caso es que nosotros también hemos sido jóvenes y hemos hecho cosas parecidas.
miércoles, 27 de mayo de 2015
No hay tu tía
Curiosa expresión que significa que no hay nada que hacer sobre un asunto o situación. El domingo pasado en la misa leyeron una lectura sobre recibir el Espíritu Santo y cómo eso debería darte fuerzas para afrontar las dificultades de cada día. Yo me quedé pensando que posiblemente no soy digna de tanto porque yo sigo sin tener fuerzas para nada. Dice el Papa que los cristianos debemos estar alegres para demostrar nuestra confianza en Dios. Eso sin duda no me funciona. Yo estoy contenta cuando las cosas van más o menos bien en casa pero no puedo estar alegre sabiendo las cosas que siguen ocurriendo en el mundo.
Cuando era más joven tenía una mayor confianza en que todo se acabaría solucionando con el tiempo. Ahora que he visto pasar las décadas y cómo algunos problemas siguen enquistados o peor, se me está acabando la esperanza. Lo peor es que además tengo hijos y sobrinos y me preocupa cómo afectará todo esto a su futuro. Ya sé que se vive mucho más feliz no pensando tanto, pero yo soy incapaz de desconectar. No hay tu tía. Sigo esperando milagros que no llegan y soluciones evidentes que no se producen. A veces pienso que sólo me engaño a mí misma aferrándome a estas ilusiones, pero es lo único que me queda.
Cuando era más joven tenía una mayor confianza en que todo se acabaría solucionando con el tiempo. Ahora que he visto pasar las décadas y cómo algunos problemas siguen enquistados o peor, se me está acabando la esperanza. Lo peor es que además tengo hijos y sobrinos y me preocupa cómo afectará todo esto a su futuro. Ya sé que se vive mucho más feliz no pensando tanto, pero yo soy incapaz de desconectar. No hay tu tía. Sigo esperando milagros que no llegan y soluciones evidentes que no se producen. A veces pienso que sólo me engaño a mí misma aferrándome a estas ilusiones, pero es lo único que me queda.
lunes, 25 de mayo de 2015
Son cosas de la vida
Cerca ya del medio siglo de existencia te das cuenta de que hay sucesos que son inevitables. No sólo la enfermedad y la muerte, sino multitud de pequeños sucesos cotidianos. Por ejemplo en todos los grupos de personas se repiten los mismos elementos: el arrogante, el eterno insatisfecho, el envidioso, el trepa... Esto vale para hombres y mujeres con pequeñas diferencias. Por eso, cuando mis hijos se quejan de alguien, yo siempre les digo que se vayan acostumbrando. En todos los trabajos existen todos esos elementos repetidos varias veces en cada departamento y cada sección. Y en todos los eventos sociales. Hay que intentar lidiar con ellos lo mejor posible.
Son cosas de la vida, como la chica a la que le atrae el chico menos indicado. O el que se enamora de alguien que no le corresponde, o la suegra que tiene celos de la nuera, o los cuñados que rivalizan entre ellos... Pequeñas cuestiones que, sin embargo, te pueden amargar la vida y a veces te hacen sufrir mucho mas de lo necesario. Pero que sólo se aprenden cuando adquieres la madurez suficiente, que solo consigues con el tiempo y la experiencia. Así que llega un momento en que te das cuenta de la cantidad de sufrimiento que podrías haberte ahorrado pero ya es tarde para encarar los problemas de otra manera. Todos pasamos por lo mismo.
Son cosas de la vida, como la chica a la que le atrae el chico menos indicado. O el que se enamora de alguien que no le corresponde, o la suegra que tiene celos de la nuera, o los cuñados que rivalizan entre ellos... Pequeñas cuestiones que, sin embargo, te pueden amargar la vida y a veces te hacen sufrir mucho mas de lo necesario. Pero que sólo se aprenden cuando adquieres la madurez suficiente, que solo consigues con el tiempo y la experiencia. Así que llega un momento en que te das cuenta de la cantidad de sufrimiento que podrías haberte ahorrado pero ya es tarde para encarar los problemas de otra manera. Todos pasamos por lo mismo.
sábado, 20 de diciembre de 2014
A otra cosa, mariposa
Esta expresión me hacía gracia de joven. Se utiliza cuando das algo por imposible y decides no intentarlo más. Es decir, que lo descartas y empiezas algo diferente. Tiene un sentido desenfadado. Algo así deben pensar los periodistas que preparan las noticias, porque a veces te mezclan auténticas tonterías con temas muy serios y choca. También tienen por costumbre centrarse en un tema durante semanas, ya sea el ébola, la crisis, la corrupción o lo que toque. Y después de ese tiempo ya no se vuelve a nombrar, como si realmente la epidemia de ébola hubiera desaparecido en todo el mundo de repente. Ojalá fuera verdad.
Lo peor es que todos los canales cogen las noticias de la misma fuente y las repiten con las mismas palabras, salvo tal vez Telemadrid. De manera que sólo se habla de cuatro cosas y el resto del mundo, donde que yo recuerde hay muchos países, resulta que pasa desapercibido. Creo que deberían hacer un esfuerzo por hablar de otros lugares y de otras personas que tenemos totalmente olvidadas. Claro que lo que suele ocurrir es que no tienen dinero, ni petroleo, ni influencias y por eso no interesan a nadie. Pero, caramba, yo creo que un buen periodista tendría que ocuparse de todo lo que ocurre en el mundo y no sólo de lo que afecta a la economía.
Lo peor es que todos los canales cogen las noticias de la misma fuente y las repiten con las mismas palabras, salvo tal vez Telemadrid. De manera que sólo se habla de cuatro cosas y el resto del mundo, donde que yo recuerde hay muchos países, resulta que pasa desapercibido. Creo que deberían hacer un esfuerzo por hablar de otros lugares y de otras personas que tenemos totalmente olvidadas. Claro que lo que suele ocurrir es que no tienen dinero, ni petroleo, ni influencias y por eso no interesan a nadie. Pero, caramba, yo creo que un buen periodista tendría que ocuparse de todo lo que ocurre en el mundo y no sólo de lo que afecta a la economía.
jueves, 1 de mayo de 2014
Más vale prevenir que curar
Ojalá fuera tan fácil prevenir los problemas y no tener que curarlos. Pero es que a veces, incluso aunque los veas venir, no puedes hacer nada por evitarlos. Porque existe el libre albedrío y afortunadamente tenemos libertad de elección en esta sociedad para tomar nuestras propias decisiones. Pero alguna vez, una amiga mía y yo, hemos bromeado sobre que sería mejor volver a los tiempos en que los padres elegían los maridos y mujeres de los hijos. Puede que no fuera muy justo pero probablemente acertaban mucho, porque nadie mejor que un padre conoce a sus hijos y lo que realmente necesitan. :)
De hecho, los matrimonios concertados suelen ser todo un éxito. Volviendo a prevenir, son muchas las preocupaciones que te acechan en la vida, tantas que realmente creo que es mejor no pensar en ello si no quieres acabar medio loco. Yo solía defender que con una buena educación tenías todo medio ganado, pero la verdad es que ya no estoy tan segura. La experiencia me dice que muchas veces se consiguen buenos resultados en un terreno yermo, mientras que con todos los cuidados del mundo no se llega a ninguna parte. Prevenir es necesario, sí, pero no sé si efectivo. Al final la vida pone sus normas.
De hecho, los matrimonios concertados suelen ser todo un éxito. Volviendo a prevenir, son muchas las preocupaciones que te acechan en la vida, tantas que realmente creo que es mejor no pensar en ello si no quieres acabar medio loco. Yo solía defender que con una buena educación tenías todo medio ganado, pero la verdad es que ya no estoy tan segura. La experiencia me dice que muchas veces se consiguen buenos resultados en un terreno yermo, mientras que con todos los cuidados del mundo no se llega a ninguna parte. Prevenir es necesario, sí, pero no sé si efectivo. Al final la vida pone sus normas.
martes, 22 de abril de 2014
Sarna con gusto no pica
Otro refrán que oía mucho en mi casa de pequeña. Se refiere a que si te buscas problemas, luego no te quejes. Hay gente que es especialista en complicarse la vida y luego se pasan el día lamentándose de que están cansados y no tienen tiempo para nada. Yo no entiendo esa actitud porque soy más bien al contrario, pero bueno. Yo creo que tiene que ver con tener el metabolismo rápido o lento. Pero el caso es que cuando me he metido en algún lío de joven - yo también - siempre he estado dispuesta a afrontar las consecuencias. Es como lo que hablaba ayer de la coherencia. Me parece una cualidad fundamental de la persona.
Es decir, que si tus acciones te complican la vida o te meten en problemas tienes que afrontarlo tú mismo, no irte a quejarte a otros a intentar que te saquen las castañas del fuego. Forma parte del proceso de madurez de la persona. Cuando eres niño esperas la ayuda de tus padres, pero cuando te haces adulto tienes que afrontar las consecuencias de tus actos. Claro que para una madre resulta duro ver a sus hijos con sarna -metafóricamente hablando - pero si sigues solucionándoles las cosas toda la vida nunca serán capaces de tomar las riendas de su destino. Vamos, que todos hemos pasado alguna sarna y hemos sobrevivido.
Es decir, que si tus acciones te complican la vida o te meten en problemas tienes que afrontarlo tú mismo, no irte a quejarte a otros a intentar que te saquen las castañas del fuego. Forma parte del proceso de madurez de la persona. Cuando eres niño esperas la ayuda de tus padres, pero cuando te haces adulto tienes que afrontar las consecuencias de tus actos. Claro que para una madre resulta duro ver a sus hijos con sarna -metafóricamente hablando - pero si sigues solucionándoles las cosas toda la vida nunca serán capaces de tomar las riendas de su destino. Vamos, que todos hemos pasado alguna sarna y hemos sobrevivido.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Información intrascendente
No sé los demás pero yo escribo un blog para hablar de lo que siento. Como mi vida últimamente ha estado llena de problemas y desgracias, es de eso de lo que suelo hablar. También de temas generales que me preocupan. Me gustaría saber escribir sobre cosas bonitas sin trascendencia. Ya lo he dicho alguna vez, sobre las mariposas y las flores. Pero no tengo imaginación. Soy incapaz. Que este blog rezuma habitualmente negatividad no seré yo quien lo niegue. Pero los que entran aquí saben a lo que se exponen. Y el caso es que entra bastante gente y sobretodo gente muy fiel. Algunos llevan ya muchos años conmigo y yo se lo agradezco mucho.
Para leer post alegres y superficiales está lleno internet. Blogs de cine, de literatura, de televisión, de famoseo. Mira, ya se me ha ocurrido algo intrascendente hasta cierto punto... Hace poco se ha sabido que la hija de Isabel Pantoja está embarazada con dieciocho años y, aunque yo soy detractora del aborto, sin duda, me ha extrañado ver como todos los periodistas y similares del corazón la felicitaban. No creo que sea un motivo de satisfacción tener una hija que llega a la mayoría de edad embarazada, y menos de un chico de diecinueve que ya tiene otra hija... Me parece muy farisaico andar diciendo ahora que se trata de un embarazo deseado, cuando nadie se lo cree.
Para leer post alegres y superficiales está lleno internet. Blogs de cine, de literatura, de televisión, de famoseo. Mira, ya se me ha ocurrido algo intrascendente hasta cierto punto... Hace poco se ha sabido que la hija de Isabel Pantoja está embarazada con dieciocho años y, aunque yo soy detractora del aborto, sin duda, me ha extrañado ver como todos los periodistas y similares del corazón la felicitaban. No creo que sea un motivo de satisfacción tener una hija que llega a la mayoría de edad embarazada, y menos de un chico de diecinueve que ya tiene otra hija... Me parece muy farisaico andar diciendo ahora que se trata de un embarazo deseado, cuando nadie se lo cree.
jueves, 17 de octubre de 2013
En todas partes cuecen habas
Me pregunto de dónde vendrá esta frase, de algún entorno rural supongo. Quiere decir que todos pasamos por los mismos problemas. Un par de veces en mi vida he conocido a esta clase de personas que jamás reconocen un error o una debilidad. Todo lo que pasa en su casa es bueno y siempre huele a flores frescas. Tengo comprobado que suelen ser las personas que tienen más problemas precisamente en sus relaciones cotidianas. Mi vecina de arriba, por ejemplo, hablas con ella por la calle y parece que todo es un lecho de rosas, pero habría que escuchar los gritos que se oyen a través del techo de mi piso.
Otros en cambio somos tan tontos -no hay otra definición- que vamos mostrando nuestras debilidades a todo el mundo. Así siempre tienen por dónde atacar. Además al final damos la sensación de ser los más "pringados", aunque en el fondo las cosas no nos vayan tan mal, o nos compense personalmente. Por eso no se puede uno fiar mucho de las primeras impresiones. Yo, cuando alguien intenta convencerme de lo bien que le va todo, desconfío en principio. Porque a nadie nos va tan bien, todos tenemos fantasmas en el armario, todos estamos frustrados en algún sentido, y las familias que no discuten nunca es porque no se relacionan entre ellos.
Otros en cambio somos tan tontos -no hay otra definición- que vamos mostrando nuestras debilidades a todo el mundo. Así siempre tienen por dónde atacar. Además al final damos la sensación de ser los más "pringados", aunque en el fondo las cosas no nos vayan tan mal, o nos compense personalmente. Por eso no se puede uno fiar mucho de las primeras impresiones. Yo, cuando alguien intenta convencerme de lo bien que le va todo, desconfío en principio. Porque a nadie nos va tan bien, todos tenemos fantasmas en el armario, todos estamos frustrados en algún sentido, y las familias que no discuten nunca es porque no se relacionan entre ellos.
jueves, 25 de julio de 2013
El muerto al hoyo y el vivo al bollo
Esta frase tiene dos sentidos. Por una parte recrimina literalmente a aquellos que entierran a un ser querido y al día siguiente siguen con lo suyo tan contentos. Por desgracia, se ven muchos casos así. Lo que no se puede es estar un día de plañidera y al día siguiente como si nada hubiera pasado. Es una falta de respeto al muerto y su familia. Eso debería saberlo Raquel Sánchez Silvia, por ejemplo. Luego está el sentido figurado sobre la persona que se despreocupa de los problemas propios y ajenos y sigue adelante con su vida. Se refiere a gente cínica que sólo mira por sus propios intereses y carece de empatía.
Muchas veces me dicen en el blog que me despreocupe de los problemas del mundo y me ocupe sólo de los míos. Confunden eso con el respeto, porque dicen que la frase "vive y deja vivir" se refiere a no interferir en las vidas ajenas. Yo creo que es inmoral mirar para otro lado cuando ves que suceden cosas muy serias que pueden perjudicar especialmente a los más indefensos de nuestra sociedad: los niños, los ancianos, los enfermos... Mirar para otro lado en ese caso no se aplica. Si a mi las cosas me van relativamente bien, más razón tengo para preocuparme de todos los que están peor. Incluso si eso supone no ser tan feliz como debería.
Muchas veces me dicen en el blog que me despreocupe de los problemas del mundo y me ocupe sólo de los míos. Confunden eso con el respeto, porque dicen que la frase "vive y deja vivir" se refiere a no interferir en las vidas ajenas. Yo creo que es inmoral mirar para otro lado cuando ves que suceden cosas muy serias que pueden perjudicar especialmente a los más indefensos de nuestra sociedad: los niños, los ancianos, los enfermos... Mirar para otro lado en ese caso no se aplica. Si a mi las cosas me van relativamente bien, más razón tengo para preocuparme de todos los que están peor. Incluso si eso supone no ser tan feliz como debería.
martes, 16 de julio de 2013
Éramos pocos y parió la abuela
Se refiere este refrán a que parece que, cuantos más problemas tienes, más te surgen a continuación. Es extraño porque en la vida todo suele venir por rachas. Cuando más liado estás es cuando vienen más compromisos, cuando no tienes tiempo tienes más cosas pendientes y cuando no das abasto es cuando te reclama todo el mundo. Sin embargo, como las cosas son así no queda más que aguantarse. Por eso, cuando alguien dice que quiere esperar para casarse o para tener hijos a un momento más favorable, yo siempre digo que no va a haber un momento mejor, porque siempre surgen cosas y, si lo piensas demasiado, nunca darás el paso.
Tengo una sobrina de 34 años recién casada y que no piensa tener hijos de momento. Cuando quiera tenerlos probablemente ya no pueda. Así es como acaba tanta gente recurriendo a la fecundación artificial, incluso con donantes, lo cual trae consigo un montón de problemas de tipo ético y moral. Los embriones humanos son tratados como mercancías en esos centros. Sin embargo, si se intenta hacer las cosas en el momento adecuado no es necesario recurrir a otros métodos. La edad ideal para concebir vienen a ser los veinticinco años. Realmente habría que pensar en cuántos problemas nos sobrevienen y cuántos nos buscamos nosotros mismos.
Tengo una sobrina de 34 años recién casada y que no piensa tener hijos de momento. Cuando quiera tenerlos probablemente ya no pueda. Así es como acaba tanta gente recurriendo a la fecundación artificial, incluso con donantes, lo cual trae consigo un montón de problemas de tipo ético y moral. Los embriones humanos son tratados como mercancías en esos centros. Sin embargo, si se intenta hacer las cosas en el momento adecuado no es necesario recurrir a otros métodos. La edad ideal para concebir vienen a ser los veinticinco años. Realmente habría que pensar en cuántos problemas nos sobrevienen y cuántos nos buscamos nosotros mismos.
jueves, 2 de mayo de 2013
Luchando contra gigantes
Es extraño porque yo siempre pienso que mis problemas sólo me conciernen a mí y cuando los cuento aquí aburro a las ovejas, pero lo cierto es que estos post suelen tener más visitas que los normales. Puede que sea porque hay poca gente que abra realmente su corazón a los demás como yo lo hago amparada en el anonimato. Hay multitud de blogs sobre política, deporte, espectáculos o humor, pero hay pocos donde realmente alguien muestre sus debilidades en carne viva como hago yo. Es más habitual que quieran hablar de sus éxitos y de temas con los que todo el mundo está de acuerdo, y no arriesgarse a la reprobación general.
Tal vez sea porque no tengo nada que perder, porque no hay peor enemigo que una misma. Llevo una temporada en que estoy preocupada por una persona que no hace lo que debe y otra que hace lo que no debería hacer. También por alguien que, llevado por su buena voluntad, está dejando que le arrebaten hasta lo indispensable. Por un enfermo crónico que no quiere ir al hospital. Por un trabajador incansable a quien la mala suerte puede arrebatarle sus éxitos. Por los múltiples achaques que arrastramos... Total, que no me faltan motivos para agobiarme, pero sin embargo en conjunto me considero una persona feliz a pesar de todo. Vaya contradicción estoy hecha.
Tal vez sea porque no tengo nada que perder, porque no hay peor enemigo que una misma. Llevo una temporada en que estoy preocupada por una persona que no hace lo que debe y otra que hace lo que no debería hacer. También por alguien que, llevado por su buena voluntad, está dejando que le arrebaten hasta lo indispensable. Por un enfermo crónico que no quiere ir al hospital. Por un trabajador incansable a quien la mala suerte puede arrebatarle sus éxitos. Por los múltiples achaques que arrastramos... Total, que no me faltan motivos para agobiarme, pero sin embargo en conjunto me considero una persona feliz a pesar de todo. Vaya contradicción estoy hecha.
jueves, 11 de octubre de 2012
Ser feliz con nada
Siempre me ha llamado la atención cómo cuando alguien visita tribus remotas siempre comenta que son muy felices. Sin medicinas modernas, viviendo al día y dependiendo de factores atmosféricos, sin embargo consigue sacarle más jugo a sus existencia que nosotros. La explicación es tan sencilla como la vida que llevan. Los que nos creemos civilizados nos pasamos el día sufriendo por razones insignificantes. No es tanto la gravedad de los problemas como los sentimientos que provocan en nosotros. Lo que para un indígena puede parecer una bobada sin sentido, para nosotros llega a ser algo que nos arruina el día.
Como quedarnos sin batería en el teléfono móvil, perder el autobús, que en la televisión no pongan nada interesante, tener que cancelar un viaje o no encontrar ropa que nos siente bien, un atasco de tráfico o un día estresante. Tantas pequeñas cosas que a menudo nos distraen sin necesidad de lo único que realmente debería importarnos, que es la relación con los demás. Cada día noto a la gente más enganchada a la tecnología, más pendiente de sus chats que de sus seres queridos. Es difícil ver a alguien sonreir. Sin embargo, cuando te falla algo esencial como la salud, entonces es cuando te das cuenta de todo lo que te estabas perdiendo realmente.
Como quedarnos sin batería en el teléfono móvil, perder el autobús, que en la televisión no pongan nada interesante, tener que cancelar un viaje o no encontrar ropa que nos siente bien, un atasco de tráfico o un día estresante. Tantas pequeñas cosas que a menudo nos distraen sin necesidad de lo único que realmente debería importarnos, que es la relación con los demás. Cada día noto a la gente más enganchada a la tecnología, más pendiente de sus chats que de sus seres queridos. Es difícil ver a alguien sonreir. Sin embargo, cuando te falla algo esencial como la salud, entonces es cuando te das cuenta de todo lo que te estabas perdiendo realmente.
viernes, 24 de febrero de 2012
Si me hicieran caso
Algunas veces me pongo a pensar en la cantidad de problemas que se hubieran ahorrado mis hijos si siguieran mis consejos. Pero, como dicen mis padres, cada cual tiene que cometer sus propios errores. Sin embargo me da rabia. Recuerdo cuando eran pequeños y les decía aquello de: te vas a caer; y me contestaban: pues no me he caído; para volver a hacer lo mismo y acabar cayéndose. La experiencia te enseña cuáles son las consecuencias de los actos pero, por desgracia, no suele servir más que la propia y no la ajena. Yo, al menos, no he conseguido nunca que me hagan caso. Se ve que no tengo capacidad de convicción. Supongo que no soy la clase de persona que inspira confianza; alguien que sirva de referente para los demás.
A menudo la vida se me presenta como un puzzle donde todas las piezas acaban encajando antes o después. Ya he dicho alguna vez que no sé si eso es una suerte o una maldición. No sé si preferiría que la vida me sorprendiese más a menudo, a ser posible con sorpresas agradables. Pero el caso es que se suele cumplir la norma de que todo tiene una causa y una consecuencia. Cuando ves venir los hechos y no puedes hacer nada para evitarlo, te gustaría tener una varita mágica para arreglarlo todo como en los cuentos de hadas. Pero la vida real no funciona así y no te queda más remedio que quedarte esperando y rezar para que todo salga lo mejor posible para todos. Nuestra vida no es perfecta, pero puede ser que ahí esté su encanto.
No os lo vais a creer: se ha muerto un primo mío a los cincuenta y cinco años. Otra vez tengo que ir de funeral y de entierro. Vaya racha. Descanse en paz.
A menudo la vida se me presenta como un puzzle donde todas las piezas acaban encajando antes o después. Ya he dicho alguna vez que no sé si eso es una suerte o una maldición. No sé si preferiría que la vida me sorprendiese más a menudo, a ser posible con sorpresas agradables. Pero el caso es que se suele cumplir la norma de que todo tiene una causa y una consecuencia. Cuando ves venir los hechos y no puedes hacer nada para evitarlo, te gustaría tener una varita mágica para arreglarlo todo como en los cuentos de hadas. Pero la vida real no funciona así y no te queda más remedio que quedarte esperando y rezar para que todo salga lo mejor posible para todos. Nuestra vida no es perfecta, pero puede ser que ahí esté su encanto.
No os lo vais a creer: se ha muerto un primo mío a los cincuenta y cinco años. Otra vez tengo que ir de funeral y de entierro. Vaya racha. Descanse en paz.
jueves, 9 de febrero de 2012
Pruebas
Desde una mentalidad cristiana, las dificultades que encuentras en el camino solamente son pruebas que te pone la vida para que aprendas algo importante. En cambio, según el Antiguo Testamento se suponía, como en toda sociedad antigua, que las enfermedades y demás eran el castigo recibido por alguna mala acción de la persona o de su familia. Yo pienso que, cuando alguien toma un camino equivocado, habitualmente acaba pagando las consecuencias. Pero eso no significa que todo mal momento que pase una persona se lo haya buscado. Muchas veces, o la mayoría, no hay ninguna causalidad en ello; por ejemplo, es normal que la gente envejezca y enferme. Lo raro sería lo contrario.
El mal no viene de Dios. Vivimos una vida complicada y el mal está a nuestro alrededor sin que podamos evitarlo. Tanto los desastres naturales, como las enfermedades, como toda clase de vicisitudes que nos pueden amargar la vida, se pueden considerar como una desgracia o como una oportunidad para mejorar. Claro que, en el momento, no vemos esa situación a largo plazo. Sólo vemos lo que nos hace sufrir. Pero si sabemos encarar el problema de una manera adecuada posiblemente aprendamos algo sobre nosotros mismos y los demás que nos sirva para el futuro, para intentar ser mejores personas. No hay que huir de las dificultades, hay que intentar sacarles provecho.
El mal no viene de Dios. Vivimos una vida complicada y el mal está a nuestro alrededor sin que podamos evitarlo. Tanto los desastres naturales, como las enfermedades, como toda clase de vicisitudes que nos pueden amargar la vida, se pueden considerar como una desgracia o como una oportunidad para mejorar. Claro que, en el momento, no vemos esa situación a largo plazo. Sólo vemos lo que nos hace sufrir. Pero si sabemos encarar el problema de una manera adecuada posiblemente aprendamos algo sobre nosotros mismos y los demás que nos sirva para el futuro, para intentar ser mejores personas. No hay que huir de las dificultades, hay que intentar sacarles provecho.
martes, 3 de enero de 2012
Por qué sigo aquí
A lo largo de cinco años he acabado cerrando los comentarios en dos blogs y borrando otro. No llevo bien que me ataquen de forma desmesurada por mi forma de pensar. Sin embargo, sigo aquí, tal vez porque pienso que ésta es una de las pruebas que me corresponde afrontar en la vida. También porque tengo la esperanza de que, de cada cien personas que entran a criticarme, al menos uno se quede pensando en lo que digo y llegue a comprenderme. Sólo por ése habrá merecido la pena soportar que algunos deseen mi muerte y la de mis seres queridos. Es como el cordero del rebaño extraviado, que el pastor deja a todas las ovejas en el corral para ir a buscarlo y no ceja hasta encontrarlo.
Dios escribe derecho con renglones torcidos. No sé de quién es la frase pero es una gran verdad. Lo que está claro es que no le toca la lotería al que no ha comprado ningún décimo. Tampoco podría convencer a nadie callada desde mi sillón. Aunque, a estas alturas de la vida, me temo que mi poder de convicción es insignificante, si no lo intento no me quedo tranquila. También hago reflexiones sobre temas variados y cuento problemas personales; los cuales aprovechan evidentemente mis opositores para atacarme donde más me duele. Pero no sé hacerlo de otra manera y de este modo espero empezar el año 2012 y continuar mientras me sienta con fuerzas para ello.
Dios escribe derecho con renglones torcidos. No sé de quién es la frase pero es una gran verdad. Lo que está claro es que no le toca la lotería al que no ha comprado ningún décimo. Tampoco podría convencer a nadie callada desde mi sillón. Aunque, a estas alturas de la vida, me temo que mi poder de convicción es insignificante, si no lo intento no me quedo tranquila. También hago reflexiones sobre temas variados y cuento problemas personales; los cuales aprovechan evidentemente mis opositores para atacarme donde más me duele. Pero no sé hacerlo de otra manera y de este modo espero empezar el año 2012 y continuar mientras me sienta con fuerzas para ello.
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