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Nubes sobre el Mar

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Cuadro pintado por mi hija pequeña
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viernes, 10 de julio de 2015

Poner el cascabel al gato

Se refiere a dar la cara o enfrentarse a una situación difícil.  ¿Quién le pone el cascabel al gato?. Hoy en día tiene muchas interpretaciones porque lo cierto es que todos nos quejamos. pero nadie hace nada. Quiero decir, que yo estoy convencida de que mucha gente piensa como yo sobre la mayoría de los temas pero no dicen nada, no actúan. Prefieren quedar bien, ir con la corriente. Así que yo soy la que le pone el cascabel al gato en este caso en internet. Aunque tengo que reconocer que, siendo anónima, tampoco me expongo mucho. Sin embargo, sé que existen medios para localizarme aunque no creo que a nadie le interese realmente.

Mi gato no lleva cascabel. Con lo sensibles que son esos animales al ruido no creo que le gustara nada. Me parece un poco cruel. Pero hablando en sentido figurado, sí que es necesario que alguien le ponga el cascabel, que alguien diga lo que piensa aunque sea una opinión políticamente incorrecta. Sobre todo porque estamos rodeados de gatos y no lo sabemos. Los medios de comunicación monopolizados por la idea única, internet e incluso las películas, nos están vendiendo una filosofía de vida que va contra los principios morales de muchos, y lo peor es que no somos conscientes de ello porque casi nadie se atreve a dar su opinión sincera.

jueves, 7 de mayo de 2015

Poner puertas al campo

Se dice de aquel que intenta delimitar algo que no tiene límites. Cuando hablan de regularizar internet para que desaparezcan las páginas delictivas o pornográficas, yo siempre me acuerdo de esta expresión. Internet es imposible de controlar. Está diseñado así para bien y para mal. No sirve de nada que pongas filtros antiniños o que instalen antivirus por todas partes. La red es algo incontrolable por naturaleza. Por eso, la mejor manera de evitar sus peligros a los menores de edad es simplemente estar con ellos cuando la utilicen y bloquearla el resto del tiempo. Aun así, les puedo asegurar que acabarán viendo algo inconveniente.

Éste es uno de los temas que más me preocupan a diario, sobretodo porque cuando salgo a la calle veo a todo el mundo enganchado a los móviles y otros dispositivos electrónicos y pienso que no es sano. La gente ya no se comunica en persona, no mira por dónde anda, no tiene contacto con su entorno familiar. Sólo están pendientes de la última tontería de turno. Porque lo cierto es que las páginas más visitadas son las que invitan a evadirse de la realidad. Las de fútbol, de televisión o ocurrencias varias. Poca gente lee diarios de información fideligna o temas de divulgación. Eso por no hablar de los juegos, que suponen la mayor parte de la actividad.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Cantar las cuarenta

Significa decir lo que piensas, generalmente de manera directa y brusca. Es lo que hace alguien que ha estado mucho tiempo aguantando una situación desagradable y un día no aguanta más y lo dice. Yo creo que existen dos tipos de personas: los que suelen decir lo que piensan y los que se lo guardan todo y un día explotan. Yo de jovencita era de los segundos. Me callaba, me callaba y un día no podía más. Con el tiempo fui aprendiendo a decir todo en su momento. Creo que guardarse querellas es muy insano. Tampoco se trata de pasarse el día protestando, pero resulta mucho mejor hablar las cosas procurando no perder los papeles. Quien pierde los nervios, pierde la razón.

Cantar las cuarenta es una expresión que viene del juego de cartas el Tute, que me trae muchos recuerdos porque jugaba a eso con mi abuelo cuando era pequeña. Era muy entretenido. Más tarde dejé de jugar porque el hombre ya no llevaba bien las cuentas de las jugadas. Algo que lamento mucho es haber perdido esa comunicación con mi abuelo porque ya nunca más volvimos a estar tan unidos. Pero en fin, son cosas que pasan y la juventud es así de inconsciente. No valoras lo que tienes hasta que lo pierdes. De todas maneras creo que no se llega a conocer bien a una persona si no has convivido con ella cuando era joven. Lo demás es un conocimiento parcial.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

A la buena de Dios

Significa de cualquier manera, en un sentido de inshalláh, es decir, que sea lo que Dios quiera. Vivir a la buena de Dios es llevar una vida desordenada, un poco improvisada. Es muy propio de esta época donde mucha gente no parece tener un objetivo claro más allá del mismo día que están viviendo. La necesidad de información inmediata y comunicación inmediata por medio de dispositivos electrónicos como las tablets o el móvil reflejan claramente esta sociedad en que la gente necesita estar al día de todo pero si profundizar realmente en nada. Placer inmediato, diversión basada en el consumo de alcohol, son otros síntomas.

Estar a la buena de Dios es no tener un proyecto de vida ni unos principios claros. No es de extrañar teniendo en cuenta el nivel de cultura general de nuestros jóvenes. Yo suelo ver Ahora caigo y más de una vez me quedo pasmada de que no sean capaces de contestar a cuestiones tan evidentes como quién fue el padre de Juan Carlos I, por ejemplo. Y es que, cuando ni siquiera se conoce el pasado, es difícil que se pueda tener ideas claras sobre el futuro. Como dice el humorista Goyo Jiménez, la Logse ha hecho un daño tremendo. Para los que no lo saben, se trata de la última ley de educación española. Siendo así, la situación tiene mal arreglo. No es raro que haya tanta gente a la buena de Dios.

jueves, 10 de abril de 2014

Mejor solo que mal acompañado

En la cultura actual parece que es esencial no estar nunca solo. Por eso la gente recurre a las redes sociales para pensar que tiene muchos amigos aunque no sea así. También andan con el whassap todo el día, incluso en el water. Tenían que hacer una encuesta sobre eso y seguro que la mayoría lo reconocían. Y es que existe un nuevo terror a la incomunicación, como si no transmitir lo que nos pasa fuera equivalente a no vivir la vida de verdad. Y es más bien al contrario, conviene vivir más la vida y prescindir de tantas comunicaciones. Conviene irse de vez en cuando de paseo sin el móvil ni ningún otro dispositivo electrónico.

La soledad no es apetecible pero es muy sana, cuando se trata de algo elegido y temporal. Sólo estando solo se puede reflexionar seriamente sobre lo que deseas en tu vida y lo que no te conviene. En la vorágine de nuestros días no hay mucho tiempo para pararse a pensar y de ahí derivan multitud de problemas, como gente que hace malas elecciones. No hay que tenerle miedo a la soledad. Te permite descansar, relajarte y apreciar mejor lo que tienes. Conviene saber elegir a la gente que te rodea y no quedarse con el primero que aparece, sino intentar que sea una relación que aporte algo a ambas personas que realmente merezca la pena y que tenga futuro.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Ipods, smartphones y demás

Durante muchos años me resistí a que mis hijos contaran con móviles inteligentes de los que permiten whatsapp y esa clase de cosas, y tampoco han tenido ordenador hasta los dieciocho. Me alegro de haber alargado los plazos lo más posible porque, desde que tienen esas maquinitas infernales, mi hija mayor sobre todo se pasa el día enganchada y es imposible mantener una conversación tranquilas. En primer lugar porque el invento se pasa el día zumbando. En segundo lugar, porque su atención está dividida entre lo que le dices y lo que está leyendo en ese momento, lo cual hace que se resienta la comunicación, especialmente si se trata del ordenador.

Cuando fuimos de vacaciones estuve viendo una casa rural que no tenía wifi y estuve a punto de elegirla. Al final fuimos a otra y se pasaron todo el tiempo con el aparatito en la mano, cosa que a mí me pone de los nervios. Me pregunto cómo podrían sobrevivir si sucediera un apagón general y de pronto tuvieran que prescindir de toda esa tecnología. El otro día vi a un hombre llevando de la mano a su hija que apenas andaba, mientras en la otra mano navegaba con su móvil. Al llegar a la caja del supermercado una señora ponía los productos en la cinta al mismo tiempo que escribía en el suyo. Esto empieza a asustarme. Me siento un reducto de otra época.


viernes, 24 de agosto de 2012

El cuarto poder

Con razón se llama así a los medios de comunicación. El problema es que suelen estar todos en manos de unos pocos, de manera que la información que transmiten refleja los intereses y la ideología de personas o grupos determinados. Es difícil escapar a esa manipulación y escribir libremente; de modo que internet se ha convertido en un reducto de libertad. Sin embargo, esto tampoco es del todo cierto, ya que existen también portales que ofrecen información sesgada y páginas que se priorizan sobre el resto en los buscadores. Así que, cuando decimos que la red es libre, también habría que poner eso entre comillas.

En todo caso, es mucho más libre que los grupos editoriales y los audiovisuales. En los últimos tiempos, muchos de ellos parecen empeñados en transmitir la ideología de lo políticamente correcto, incluso desde la publicidad que, por esa causa, ha perdido mucha de su espontaneidad. De este modo, pausadamente y subrecticiamente nos van manipulando para que veamos como normales cosas que hasta hace poco no lo eran, y que consideremos que todo lo antiguo estaba equivocado. Los pocos que nos resistimos a este imperio de la información nos vamos convirtiendo poco a poco en el enemigo a derrotar, unos parias, apestados en ese nuevo mundo que quieren crear.

sábado, 4 de agosto de 2012

Película Casado con eso

Según el título original: married to it, que no tiene exactamente ese sentido, sino el de compromiso con algo. Es una película bonita sobre segundas oportunidades en la pareja. Cuenta la historia de un chico joven casado con una psicóloga, al cual acusan de un fraude que no ha cometido. También de un matrimonio de antiguos hippies con dos hijos, que se dedican a la ayuda social. Por último, está un fabricante de juguetes casado con una ejecutiva guapa en rica en segundas nupcias, con una hija de un matrimonio fallido. Las tres parejas se conocen en el colegio privado donde trabaja la psicóloga y estudian los dos niños y la niña. Por casualidad son los encargados de organizar un festival sobre los años sesenta y se reúnen varias veces hasta hacerse amigos. Las dificultades fortalecen su amistad a pesar de ser muy diferentes entre sí.

En paralelo a la historia, las tres parejas entran en crisis por distintos motivos. Los jóvenes, debido a su incomunicación durante el procesamiento del chico. Los hippies porque ella ya no se siente valorada como persona dentro de su familia. La tercera pareja, debido a la mala relación de la niña con su madrastra y los diferentes ambientes en los que se mueven los esposos. Sin embargo, a lo largo de la película, con comunicación, respeto y cariño, todas las parejas consiguen resolver sus diferencias. La película también aborda el drama del divorcio desde el punto de vista de la niña, que se siente abandonada y culpable de la separación de sus padres. De ese modo, muestra las consecuencias y también las posibles causas de las crisis de pareja y la manera de abordarlas. Además es una comedia alegre, amena y entretenida.

martes, 10 de julio de 2012

Sobre móviles, chat, messenger, twitter y whassapp

He escrito otras veces lo que opino sobre el chat. Me parece una forma estupenda de perder el tiempo. Por eso no lo utilizo. Hay gente que se engancha al invento y acaban compartiendo intimidades con desconocidos. Incluso hay quien se mete en problemas por esa causa; especialmente mujeres demasiado románticas. El caso es que el chat o messenger antes era territorio exclusivo de los ordenadores, con lo cual estaba más restringido, pero ahora tenemos el "guasa" o what's up, que es su denominación original, ya que significa textualmente qué pasa, o cómo te va. Gracias a eso, o por culpa de eso, uno ahora tiene el chateo literalmente al alcance de la mano (en la mano).

Para lo cual primero habrán tenido que soltar al menos trescientos euros para comprar un móvil de nueva generación, con lo cual se supone que se ahorran los céntimos que les hubieran costado las llamadas o los mensajes. Porque se supone que el objetivo de un teléfono es la comunicación inmediata, cuando llegas tarde a una cita por ejemplo. No debería ser un medio para compartir toda clase de información inútil e insulsa. Para eso también está el twitter, por cierto. Pero hay personas que necesitan psicológicamente estar todo el tiempo comunicados, como si les diera miedo encontrarse con sus propios pensamientos. No hay problema, si van por la calle ensimismados en el móvil, como los he visto, su vida no va a ser muy larga.

Como me suele ocurrir, después de escribir esto encontré un artículo al respecto: "... No menos crítico se muestra Peter Thiel, un inversor mítico que ganó una fortuna con Paypal y fue el primer financiador de Facebook. Thiel estudió en Stanford y a veces imparte clases, pero su firma de capital riesgo ha publicado un manifiesto cuyo elocuente subtítulo es: Queríamos coches que pudieran volar... pero nos están dando memeces como Twitter. Considera que el boom de la tecnología está creando un sifín de juguetitos vistosos, pero no ha logrado mejorar el cambio climático, el problema del desempleo, el cáncer... Nada de verdadero progreso". Revista xl semanal. nr. 1288.