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Nubes sobre el Mar

Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña

miércoles, 9 de abril de 2014

Vísteme despacio que tengo prisa

Esto lo decía mucho mi madre cuando era pequeña. Se refiere a que, basta que tengas muchas ocupaciones para que parezca que todo se tuerce a propósito. Es algo muy habitual. Sucede que cuando intentas hacer algo rápido es fácil que te equivoques y lo hagas mal y tardes más de la cuenta. Así que más vale hacer las cosas despacio y con cuidado. Va contra la mentalidad de nuestra época en que todo es comida rápida, información inmediata y placeres sin demora. Pero sin duda suele salir mejor aquello a lo que se dedica un tiempo suficiente, ya sea un trabajo, una relación o cualquier actividad diaria, aunque eso suponga hacer menos cosas.

Por eso han surgido unos movimientos de slow food y slow life, que es la manera de nombrar a lo que siempre se ha conocido especialmente en la vida de los pueblos pequeños, donde la vida se rige por el calendario y las horas de luz, más que por las obligaciones adquiridas. Pero es bueno que se sea consciente de que las prisas no traen nada bueno, ni el stress que a veces incluso nos enferma; que las cosas que merecen la pena llevan su tiempo.  Por eso yo no soy partidaria de smartphones ni tabletas, para ir todo el día informada y al tanto del último mensaje. Prefiero dedicarle a cada cosa el tiempo que necesita. También a internet.

4 comentarios:

  1. ¡Me niego al slow food! :P
    Besazo

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  2. Sí: a cada cosa su tiempo. Eso implica decisiones, por ejemplo, si prefiero dedicarle sus buenas tres horas a mi pareja, platicando de lo lindo, viéndonos las caras, dedicándonos completa atención, tal vez entonces preparemos una rápida ensalada de atún y calentemos en el micro una crema ya preparada :)

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    Respuestas
    1. Eso es. El día sólo tiene veinticuatro horas. Un beso.

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Espero vuestras opiniones siempre que vengan con educación y respeto.