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Nubes sobre el Mar

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Cuadro pintado por mi hija pequeña

lunes, 18 de noviembre de 2013

Contra el aborto, una vez más

He escrito tantas veces contra el aborto que ya no sé cómo abordarlo. Tal vez podría empezar por decir que cuando yo era adolescente realmente pensaba que el aborto no tenía ninguna importancia, que sólo se trataba de acabar con una célula. No fue hasta mucho más tarde cuando me di cuenta de que realmente abortar es matar a tu propio hijo. Porque es cierto que todos hemos empezado siendo una sola célula, pero una célula con la capacidad implícita de desarrollarse y llegar a ser un ser humano completo absolutamente distinto de cualquiera que haya podido existir antes o después, y un hijo de nuestros padres y no de cualquier otro.

Por eso, cuando exigimos al gobierno en su momento que no aprobara la ley del aborto para situaciones límite, que era un coladero en la práctica para cualquier caso. Cuando más tarde nos opusimos a que se ampliara la ley hasta conseguir el aborto libre y gratuito hasta las catorce semanas de embarazo. Y cuando finalmente ahora nos manifestamos para que se derogue al menos la segunda de las leyes; no lo hacemos por razones políticas ni religiosas, como muchos quieren dar a entender. Lo hacemos por razones puramente científicas. Porque millones de personas en el mundo han sido ya eliminadas antes de nacer en el peor genocidio que ha conocido la historia de la humanidad.

Y muchos de ellos, no nos engañemos, no eran ya células, sino diminutos seres humanos con todos sus órganos vitales, con piernas, brazos, manitas y un corazón palpitante, y ni siquiera estamos seguros de que no sufran en el proceso. En algunos casos incluso son asesinados (no hay otra palabra), pasados los tres meses de gestación y casi a término, porque no son considerados aptos para los estándares de perfección de nuestra sociedad. En algunos países se obliga a las madres a abortar. Y en todos los casos, la mujer queda con unas secuelas físicas y psicológicas de por vida, aunque algunas no lleguen a reconocerlo nunca.


5 comentarios:

  1. Ultimamente tu blog no me quiere, se come mis comentarios, miralo a ver porque pasa algo. En la entrada de Internet se lo zampó :P
    Pues siempr he estado en contra del aborto libre, dicho esto sí creo que cuando la vida de la madre corra peligro y haya que decidir, pues hay que decidir aunque no se quiera.
    Muchas han decidido tener a su hiijo y esa decisión es tán válida como no tenerlo.
    Salvo en esos casos puntuales, pues creo que si se dan facilidades a las madres, el problema sería mucho menor y si metieran en la carcel al sinverguenza que le dice a una mujer que tiene que abortar para mentener su empleo, pues ya sería mucho menor.
    Besazo

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    1. No sé qué le pasa a tus comentarios. No tengo nada en el spam. Los casos en que la vida de la madre pueda correr peligro no son ni el uno por ciento del total. La ciencia ha avanzado mucho y en España no muere prácticamente nadie por parto. No creo que la decisión de no tener a tu hijo sea válida. Creo que siempre hay que darle una oportunidad a la vida.
      Pero lo realmente importante es que la inmensa mayoría de los casos se producen por razones económicas y sociales y bastaría un apoyo adecuado para evitar los abortos. Además miles de familias sin hijos esperarían a esos niños para adoptarlos. Un beso.

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  2. Recuerdo que en la primera concentración que fui contra el aborto en la puerta del Sol éramos apenas cien personas y nadie sabía de qué hablábamos. Se ha avanzado mucho y la ciencia sobretodo nos ha ayudado mucho a enseñar la realidad a través de las ecografías en tres dimensiones donde se ve que ya desde la quinta semana un feto es claramente un niño.

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  3. Susana, suscribo tu entrada y me alegro de que no te canses de explicar este asunto que resulta tan controvertido, pero tan claro al mismo tiempo. Mucha suerte en tu nueva andadura!

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Espero vuestras opiniones siempre que vengan con educación y respeto.