Me voy de viaje

El día veintitres, si Dios quiere, me voy de viaje por casi una semana. Tengo borradores suficientes para cubrir mi ausencia, pero este blog no me permite programarlos, no sé por qué (el otro sí), de manera que no sé si tendré la posibilidad de publicarlos ni tampoco de aprobar los comentarios. Así que si me veis desaparecida, o no me veis, ya sabéis que es por eso, pero espero estar de vuelta para la siguiente semana. Voy a cruzar el "charco", cosa que me tiene muy preocupada por varias razones: porque yo me mareo fácilmente, porque sufro algo de claustrofobia y, sobretodo, porque tengo que dejar a mis hijos y el gato a su aire durante varios días, y no me quedo muy tranquila.

Pero, en fin, es una oportunidad que sólo se tiene una vez en la vida y ahora era posible; en otro momento, tal vez ya no lo sea; así que, allá voy, me lanzo a la piscina con todos mis temores y mi provisión de pastillas variadas para todos mis achaques. Además, como tengo cierta fobia social y voy a tener que relacionarme en otro idioma con gente de lo más variada, no sé qué va a ser de mi... El caso es que la suerte está echada y ya es tarde para volverme atrás. Si hubiera sido tan indecisa de joven, me parece que ni mi marido ni mis hijos estarían a mi alrededor. Se ve que con el tiempo, en lugar de desaparecer mis temores, más bien se multiplican. Deseadme suerte. Un beso.