A raíz de la hambruna en África, he vuelto a ver noticias afirmando que la solución estaría en el control de la natalidad. Es decir, que en un par de generaciones habría la mitad de africanos y así se alivia el peso sobre nuestras conciencias, aunque sigan sufriendo guerras y enfermedades. Pero no se trata de extinguir pueblos enteros, sino precisamente de ayudarles a prosperar y salir adelante. Los pobres también desean tener hijos y, de hecho, en esas sociedades la familia es un valor fundamental. En la Tierra hay recursos suficientes para sostener a toda la humanidad. Solamente están mal distribuidos, debido a las injusticias sociales, las guerras y otros factores muy difíciles de controlar. Tener menos hijos puede ser que aliviara un poco su situación, pero no soluciona los problemas de fondo que acompañan a la pobreza; sino que a la larga los agravan.
El boom de natalidad en España en los años sesenta, no sólo no fue ningún obstáculo para el desarrollo, sino que coincidió con una época muy próspera. Realmente, la población, los niños, es una de las mayores riquezas de un país. Un estado envejecido, como España, tiene un futuro económico muy negro. El relevo generacional garantiza la calidad de vida de los ancianos y la continuidad de la actividad económica. De poco sirve una sociedad rica si -como sucede en nuestro país- tiene que importar mano de obra y no puede cubrir las vacantes de los jubilados en algunas profesiones. No tiene sentido querer exportar nuestros propios defectos a otros. Una cosa es ayudar al tercer mundo y otra querer imponer nuestro modo de vida.
Dios da pan, pero no lo reparte. Lo deja en nuestras manos y nosotros nos encargamos de hacer desfachateces. Me dá mucho asco ver cómo magnates árabes (por ejemplo) gastan dinero a raudales y sin compasión en tonterías, mientras sus vecinos pasan auténticas penurias. O descansan en sus lujosas mansiones hechas de oro mientras millones de niños se mueren de hambre.
ResponderEliminarEs muy fácil hablar cuando no se pasa mal.
Qué mala leche me está entrando, oye.
Un bico Susana
Lo del petróleo árabe no tiene perdón. Un día se les terminará sin que hayan hecho nada por mejorar las condiciones de vida de sus países. Un beso.
ResponderEliminarDe acuerdisimo contigo y con Leales....¡es tremendo! Un beso Susana
ResponderEliminarLa verdad es que en Occidente nos hemos vuelto un poco egoistas. Decimos que tener un niño es caro, pero tanto como lo era hace 40 años, simplemente es que queremos salir, disfrutar y viajar y eso con un niño es dificil de hacer. En cuanto al hambre, me parece que los gobiernos son los que tenían que hacer algo, porque la gente de buena voluntad manda dinero y luego se lo quedan las guerrillas y las mafuias y no dejan pasar los alimentos. Es negocio puro y duro. Besos
ResponderEliminarAna
Winnie. A algunos les sobre el dinero pero no saben utilizarlo.
ResponderEliminarAna. Lo que saben las familias numerosas es que donde comen cinco comen seis. Es cuestión de organizarse. En cuanto a los gobierno, hay demasiada corrupción todavía.
Besos.
En Estados Unidos, no entienden la baja natalidad europea; la ven como lo que es: un suicidio.
ResponderEliminarComo bien dices, hay recursos para todos.
Europa no puede salir adelante sin un relevo generacional asegurado. Un beso.
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