Es lo habitual en mí. Quiere decir estar mal de salud física o psicológica. Yo tengo toda clase de molestias, las cuales no voy a enumerar porque me sería más fácil nombrar lo que no tengo. No padezco nada grave afortunadamente pero sí muchas pequeñas patologías que me cuestan un gasto enorme en medicinas al mes, aunque la mayoría son crónicas y no tienen remedio. Todo ello hace que la mayoría de los días no pueda hacer vida normal por unas cosas o por otras. Me refiero por ejemplo a si tuviera que ir a trabajar ocho horas diarias, probablemente no podría y me pasaría el tiempo de baja. Afortunadamente soy ama de casa.
Hace tiempo me dijo un médico que, para la edad que tengo, estoy muy cascada; así que espero que la progresión no siga así, o cuando cumpla sesenta años me veo ya en silla de ruedas... Pero, bueno, ya sé que no debo quejarme con tantas cosas peores que le ocurren a gente más joven que yo. Me doy por contenta con haber conseguido pasar por tres embarazos y tres partos y la crianza de mis hijos cuando todavía era joven y tenía energía suficiente; aunque me haya quedado hecha unos zorros (expresión equivalente). Al menos me consuela que haya sido por una buena causa, por la mejor causa que existe, en mi opinión. Por cierto, hoy cumplo 49 años.
Se trata de un intento de volver a empezar en el mundo de los blogs. Pretende ser de nuevo un diario personal donde volcar reflexiones y compartir experiencias.
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Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña
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viernes, 30 de enero de 2015
jueves, 22 de enero de 2015
En peores situaciones nos hemos visto
No hace falta explicar esta expresión. Me acuerdo que de pequeños, cuando no nos acabábamos la comida, mi abuelo solía decir aquello de Cómo se nota que no habéis pasado hambre. En España hace no tanto tiempo pasamos una hambruna como consecuencia de la guerra civil, pero antes de eso, cuando mi abuelo era joven había necesidad. De hecho mi abuelo padeció raquitismo. Visto desde los ojos de hoy y especialmente de nuestros jóvenes, parece que siempre hemos vivido así de bien, estado en la unión Europea, viajado de vacaciones y tenido televisión. Por eso hay gente que mira otros países con cierto desprecio, sin acordarse de que nosotros fuimos ellos.
También olvidan que estamos en el mayor periodo de paz, no sé si de la historia de España, pero al menos de la reciente. Todo esto se puede ir al traste en cualquier momento. No es por desanimar en el nuevo año pero el equilibrio mundial es bastante precario, y siempre existe la amenaza de enfermedades o catástrofes naturales. Claro está que todos preferimos no pensar en ello, pero eso no significa que se pueda o deba vivir al margen de la realidad, más pendientes del estado de nuestro móvil que del bienestar de nuestros seres queridos. Por eso es un ejercicio muy sano de vez en cuando echar la vista atrás y recordar que en peores situaciones, mucho peores, nos hemos visto.
También olvidan que estamos en el mayor periodo de paz, no sé si de la historia de España, pero al menos de la reciente. Todo esto se puede ir al traste en cualquier momento. No es por desanimar en el nuevo año pero el equilibrio mundial es bastante precario, y siempre existe la amenaza de enfermedades o catástrofes naturales. Claro está que todos preferimos no pensar en ello, pero eso no significa que se pueda o deba vivir al margen de la realidad, más pendientes del estado de nuestro móvil que del bienestar de nuestros seres queridos. Por eso es un ejercicio muy sano de vez en cuando echar la vista atrás y recordar que en peores situaciones, mucho peores, nos hemos visto.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Enfermos imaginarios
He leído un artículo muy interesante de un psiquiatra que participó en la elaboración de un libro sobre trastornos de la conducta. Resulta que ahora se arrepiente porque dice que estamos convirtiendo en enfermedades actitudes naturales que no necesitan medicación, para beneficio de las farmacéuticas. Sucede así con el famoso déficit de atención, que en muchas ocasiones no es más que un niño revoltoso de toda la vida. También el duelo por un ser querido ahora también se trata como una depresión grave. Las rabietas de los niños son un trastorno ... Total que al final va a resultar que todos estamos enfermos.
Sin embargo, los verdaderos locos, es decir, los enfermos graves de psiquiatría no están recibiendo los tratamientos que necesitan. Sobre todo porque las plazas hospitalarias han descendido muchísimo en las últimas décadas. De modo que a los verdaderos enfermos se les manda a su casa, a menudo incluso sin tratamiento; mientras que nos estamos inventando enfermedades donde sólo hay rasgos del carácter de las personas. Parece que se busca una sociedad homogénea donde nadie sobresalga del resto. Pero en la naturaleza existen individuos más tímidos, otros más osados y otros excéntricos, sin que eso signifique que están enfermos de nada.
Sin embargo, los verdaderos locos, es decir, los enfermos graves de psiquiatría no están recibiendo los tratamientos que necesitan. Sobre todo porque las plazas hospitalarias han descendido muchísimo en las últimas décadas. De modo que a los verdaderos enfermos se les manda a su casa, a menudo incluso sin tratamiento; mientras que nos estamos inventando enfermedades donde sólo hay rasgos del carácter de las personas. Parece que se busca una sociedad homogénea donde nadie sobresalga del resto. Pero en la naturaleza existen individuos más tímidos, otros más osados y otros excéntricos, sin que eso signifique que están enfermos de nada.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Acostumbrarse a lo bueno
Estaba yo pensando en lo rápido que se hace uno a que todo vaya bien y lo que cuesta cambiar esa rutina. Por ejemplo, yo nunca he tenido colesterol, así que no era algo en lo que pensara habitualmente. En el último análisis me lo encontraron (un poco) y ahora el colesterol es una preocupación más. Sin embargo, ahora mi hija ha aprobado el carnet de conducir y el examen se ha convertido en una preocupación menos. Deberíamos tener presente todo lo que nos ocurre, pero la verdad es que sólo nos acordamos de lo que nos preocupa y descartamos aquello que no hace falta solucionar, y es una lástima.
Cuando arreglamos algo la verdad es que el alivio dura muy poco, porque enseguida te acostumbras a la nueva situación. Es como quien no tiene problemas económicos. No se pasan el día pensando: qué bien estoy. No necesito dinero. Simplemente no se lo plantean, no piensan en ello. Por eso, la gente que ha superado una enfermedad grave suele decir que, al fin, han aprendido a valorar todo lo bueno que les sucede. Lástima que no sea siempre así. No debería hacer falta una situación límite para que sepamos apreciar todo lo bueno que nos rodea. Pero el ser humano funciona así y me temo que todos tenemos el mismo problema.
Cuando arreglamos algo la verdad es que el alivio dura muy poco, porque enseguida te acostumbras a la nueva situación. Es como quien no tiene problemas económicos. No se pasan el día pensando: qué bien estoy. No necesito dinero. Simplemente no se lo plantean, no piensan en ello. Por eso, la gente que ha superado una enfermedad grave suele decir que, al fin, han aprendido a valorar todo lo bueno que les sucede. Lástima que no sea siempre así. No debería hacer falta una situación límite para que sepamos apreciar todo lo bueno que nos rodea. Pero el ser humano funciona así y me temo que todos tenemos el mismo problema.
lunes, 22 de abril de 2013
Decíamos ayer...
Como dijo fray Luis de León, creo que debería volver a mi tema estrella que es la lucha contra el aborto. Hace poco que el ministro Gallardón ha anunciado una reforma, pero la verdad es que yo hasta que no se apruebe no me creo nada, que ya van varios anuncios antes que éste. Se trataría de volver a los supuestos, en lugar de los plazos. No es que sea ideal, pero para mí desde luego es lo menos malo. Sin embargo, el noventa por ciento de los abortos se producían antes por el supuesto de daño psicológico para la madre, que servía de coladero. Si no se controla ese tema no serviría de mucho el cambio de ley.
Los problemas de salud del niño quieren eliminarlos, porque si son incompatibles con la vida ya se ocupará la naturaleza de seguir su curso. Si no es así, no debería haber diferencia entre un niño concebido enfermo o uno que se enferme al poco de nacer. La línea entre el aborto y el asesinato de neonatos es muy fina, como se ha podido comprobar hace poco en EE.UU. Así que en principio yo desde luego me daría por satisfecha con esta nueva ley, siempre que incluya también ayudas para las embarazadas y para la adopción de los niños no deseados, porque si no quedaría incompleta. Espero que sea el primer paso de muchos en otros muchos países.
Los problemas de salud del niño quieren eliminarlos, porque si son incompatibles con la vida ya se ocupará la naturaleza de seguir su curso. Si no es así, no debería haber diferencia entre un niño concebido enfermo o uno que se enferme al poco de nacer. La línea entre el aborto y el asesinato de neonatos es muy fina, como se ha podido comprobar hace poco en EE.UU. Así que en principio yo desde luego me daría por satisfecha con esta nueva ley, siempre que incluya también ayudas para las embarazadas y para la adopción de los niños no deseados, porque si no quedaría incompleta. Espero que sea el primer paso de muchos en otros muchos países.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Una recopilación
Mi madre me decía el otro día que hay que ver que energía tiene Fulanita a su edad, entra y sale y está siempre alegre. Y yo le contestaba, que es fácil estar animado cuando no te duele nada. Si tuviera problemas de salud o de otro tipo no tendría tanto ánimo. Y es como lo que decía del cáncer, que estar animada ayudará sin duda, pero eso no quiere decir que se cure en todos los casos. La pregunta es: estás contento porque no te duele nada o no te duele nada porque estás contento. A mí la segunda opción me parece absurda. Aunque es cierto que hay dolencias que empeoran por razones psicológicas, tampoco se justifican sólo por la psicología. Parece que tenemos la obligación de encontrarnos bien y ser felices siempre.
Existe una cierta tendencia a quitarle importancia a las molestias, especialmente en las personas mayores. Naturalmente, una enfermedad siempre es más grave, pero eso no significa que una molestia no te pueda complicar mucho la vida. Y si son varias, más. Tendinitis en la brazo izquierdo, varices en la pierna derecha, cifoescoriosis, vértigo auricular, hernia de esófago, colon irritable, astigmatismo, anemia crónica, alergias, tabique nasal desviado, tendones laxos, migrañas... No son todas a la vez, afortunadamente, se van turnando, pero raro es el día en que no toca. Es muy fácil decirte que te animes en estas circunstancias, pero no es tan fácil conseguirlo.
Existe una cierta tendencia a quitarle importancia a las molestias, especialmente en las personas mayores. Naturalmente, una enfermedad siempre es más grave, pero eso no significa que una molestia no te pueda complicar mucho la vida. Y si son varias, más. Tendinitis en la brazo izquierdo, varices en la pierna derecha, cifoescoriosis, vértigo auricular, hernia de esófago, colon irritable, astigmatismo, anemia crónica, alergias, tabique nasal desviado, tendones laxos, migrañas... No son todas a la vez, afortunadamente, se van turnando, pero raro es el día en que no toca. Es muy fácil decirte que te animes en estas circunstancias, pero no es tan fácil conseguirlo.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Sobre la depresión
Como ya he contado, hace aproximadamente dos años caí en una depresión a causa de los problemas de salud de mis padres y la incertidumbre sobre el futuro laboral de mi hijo principalmente. Estuve yendo a psicoterapia durante unos meses y desde entonces tomo unas pastillas. He bajado la dosis y ahora tomo una cada dos días para ver si las puedo ir dejando. Pero la verdad es que cada vez que lo intento me dan altibajos y me preocupa; así que sigo tomándolas. Porque la depresión creo que es la experiencia más terrible que me ha tocado vivir hasta ahora. Y eso que los vértigos del oído también son realmente desagradables.
Definiría esta enfermedad como el vacío más absoluto. Cuando de repente un día estás como siempre haciendo las cosas que haces habitualmente y que hasta un segundo antes te llenaban, pero de pronto nada tiene sentido, nada te llena y no deseas más que tumbarte en la cama y no pensar. Es algo físico más que psicológico, es como tener una gripe tremenda de esas en que no te puedes ni mover. Pero la diferencia es que lo que te impide moverte no es un virus, sino tu propia mente. Y ya no quieres comer porque no te sabe a nada, escuchar música no te inspira, leer no te interesa. De pronto la vida no tiene sentido y no te queda ni el consuelo de rezar porque no te sale. No se lo deseo a nadie.
Definiría esta enfermedad como el vacío más absoluto. Cuando de repente un día estás como siempre haciendo las cosas que haces habitualmente y que hasta un segundo antes te llenaban, pero de pronto nada tiene sentido, nada te llena y no deseas más que tumbarte en la cama y no pensar. Es algo físico más que psicológico, es como tener una gripe tremenda de esas en que no te puedes ni mover. Pero la diferencia es que lo que te impide moverte no es un virus, sino tu propia mente. Y ya no quieres comer porque no te sabe a nada, escuchar música no te inspira, leer no te interesa. De pronto la vida no tiene sentido y no te queda ni el consuelo de rezar porque no te sale. No se lo deseo a nadie.
viernes, 1 de junio de 2012
Cuestión de salud
Me molestan mucho esas campañas que hacen como si la salud de las personas dependiera sólo de su estado de ánimo o de sus costumbres. Estoy de acuerdo en que hacer ejercicio y alimentarse bien es importante, pero aún así hay gente que enferma y no me parece bien culparles, como si hubieran hecho algo malo. El cáncer, por ejemplo, a veces se cura y a veces no. Depende de muchos factores genéticos, físicos y tal vez psicológicos; sin embargo, pretender que para mejorar sólo hace falta una buena actitud, es tanto como volver a los hechizos de la Edad Media. La gente no enferma por gusto, y cuando se mueren tampoco lo hacen por falta de interés en ponerse bien.
La biología es algo tan complejo que los medicamentos que a algunos les sirven a otros no les hacen nada. El tema es todavía más incómodo cuando se trata de un trastorno mental, como la depresión. He tenido una época en el blog en que me llamaban débil y apática por el simple hecho de estar enferma y en tratamiento. Al menos yo lo reconozco; lo malo es tener una enfermedad y querer ocultarlo o incluso hacer ver que es algo bueno. Parece mentira que en pleno siglo XXI todavía haya gente que te critique por tu mala salud, como si pensaran que es un castigo divino por tus pecados. Bastante tenemos algunos con nuestros achaques para encima tener que sentirnos culpables.
La biología es algo tan complejo que los medicamentos que a algunos les sirven a otros no les hacen nada. El tema es todavía más incómodo cuando se trata de un trastorno mental, como la depresión. He tenido una época en el blog en que me llamaban débil y apática por el simple hecho de estar enferma y en tratamiento. Al menos yo lo reconozco; lo malo es tener una enfermedad y querer ocultarlo o incluso hacer ver que es algo bueno. Parece mentira que en pleno siglo XXI todavía haya gente que te critique por tu mala salud, como si pensaran que es un castigo divino por tus pecados. Bastante tenemos algunos con nuestros achaques para encima tener que sentirnos culpables.
viernes, 4 de mayo de 2012
Tantas cosas
Hay quien piensa que poco puede saber de la vida un ama de casa, madre de tres hijos que se casó con su único novio formal y sólo trabajó durante dos años. Pero tengo una familia muy amplia y multitud de conocidos. He vivido muchas cosas en tercera persona. Estaba haciendo memoria de todas las situaciones de las cuales tengo experiencia más o menos directa y quedan pocas cosas la verdad que no haya experimentado ya. Desde las más normales, como la niñez, la juventud, el matrimonio, los hijos, los padres..., hasta las que nadie supondría que he podido vivir; cosas que sólo le he contado en detalle a mi psicóloga y todavía debe estar asombrada. Creo que a mi vida realmente no le ha faltado de nada.
Enfermedades: hernia, vértigos, inflamación de colon, neumonía, apendicitis, asma, estirpación de tiroides, sustitución de vértebra, corrección de tendones de la rodilla, amigdalitis, insuficiencia hepática, renal, cardiaca, Parkinson, Alzeimer, enfisema...; operaciones a vida o muerte: coágulo en el cerebro, cáncer, bypass abdominal, estenosis de aorta...; adicciones: alcoholismo, drogadicción, adicción a internet, infidelidad virtual, ludopatía...; otras patologías: obesidad, fracturas, anorexia, bulimia, ansiedad, depresión, ; problemas familiares: minusvalías, divorcios, reconciliaciones, defunciones, abortos fortuitos...; otras circunstancias: intento de suicidio, accidente mortal, agresión, amenazas, robos, cárcel... ; acosos: escolar, laboral, sexual, social...; y otras muchas que ahora no recuerdo.
Enfermedades: hernia, vértigos, inflamación de colon, neumonía, apendicitis, asma, estirpación de tiroides, sustitución de vértebra, corrección de tendones de la rodilla, amigdalitis, insuficiencia hepática, renal, cardiaca, Parkinson, Alzeimer, enfisema...; operaciones a vida o muerte: coágulo en el cerebro, cáncer, bypass abdominal, estenosis de aorta...; adicciones: alcoholismo, drogadicción, adicción a internet, infidelidad virtual, ludopatía...; otras patologías: obesidad, fracturas, anorexia, bulimia, ansiedad, depresión, ; problemas familiares: minusvalías, divorcios, reconciliaciones, defunciones, abortos fortuitos...; otras circunstancias: intento de suicidio, accidente mortal, agresión, amenazas, robos, cárcel... ; acosos: escolar, laboral, sexual, social...; y otras muchas que ahora no recuerdo.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Mi lado oscuro
Hace tiempo, en otro blog había algunos comentaristas que tenían por costumbre decirme que yo no podía opinar porque no tenía conocimientos o la experiencia necesaria. Teóricamente sólo soy un ama de casa, madre de tres hijos, que salí de casa de mis padres para casarme con mi único novio formal. Y es cierto. Pero hay multitud de cosas que no cuento, que van saliendo en mis sesiones de psicoterapia, y tengo un problema para preservar mi intimidad y al mismo tiempo haceros ver que no es oro todo lo que reluce. Que, si bien yo tuve una juventud moderada, no se puede decir lo mismo de mis hermanos y otros conocidos, algunos de los cuales se quedaron por el camino. A veces la sabiduría la da la experiencia, pero me temo que no soy una persona sencilla.
Que crecí con el terrorismo, con la movida madrileña, incluida la droga y especialmente la heroína que se llevó a cientos de jóvenes antes de tiempo. Que he vivido el franquismo y la inseguridad que vino después, cuando salías a la calle y era fácil que te atracaran o te robaran el coche. Que pillé la crisis de los noventa y muchos en mi familia se quedaron en el paro. Que he pasado por múltiples enfermedades en mis familiares cercanos y he enterrado a mucha más gente de la que me hubiera gustado. Que he tenido problemas con mi marido y mis hijos que no voy a contar, porque pertenecen a la intimidad familiar, pero el caso es que haberlos haylos. También con mi familia y la política. Vamos, que hay mucho más detrás de este ama de casa sin estudios superiores que lo que se puede contar.
Que crecí con el terrorismo, con la movida madrileña, incluida la droga y especialmente la heroína que se llevó a cientos de jóvenes antes de tiempo. Que he vivido el franquismo y la inseguridad que vino después, cuando salías a la calle y era fácil que te atracaran o te robaran el coche. Que pillé la crisis de los noventa y muchos en mi familia se quedaron en el paro. Que he pasado por múltiples enfermedades en mis familiares cercanos y he enterrado a mucha más gente de la que me hubiera gustado. Que he tenido problemas con mi marido y mis hijos que no voy a contar, porque pertenecen a la intimidad familiar, pero el caso es que haberlos haylos. También con mi familia y la política. Vamos, que hay mucho más detrás de este ama de casa sin estudios superiores que lo que se puede contar.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Acabar con la pobreza
A raíz de la hambruna en África, he vuelto a ver noticias afirmando que la solución estaría en el control de la natalidad. Es decir, que en un par de generaciones habría la mitad de africanos y así se alivia el peso sobre nuestras conciencias, aunque sigan sufriendo guerras y enfermedades. Pero no se trata de extinguir pueblos enteros, sino precisamente de ayudarles a prosperar y salir adelante. Los pobres también desean tener hijos y, de hecho, en esas sociedades la familia es un valor fundamental. En la Tierra hay recursos suficientes para sostener a toda la humanidad. Solamente están mal distribuidos, debido a las injusticias sociales, las guerras y otros factores muy difíciles de controlar. Tener menos hijos puede ser que aliviara un poco su situación, pero no soluciona los problemas de fondo que acompañan a la pobreza; sino que a la larga los agravan.
El boom de natalidad en España en los años sesenta, no sólo no fue ningún obstáculo para el desarrollo, sino que coincidió con una época muy próspera. Realmente, la población, los niños, es una de las mayores riquezas de un país. Un estado envejecido, como España, tiene un futuro económico muy negro. El relevo generacional garantiza la calidad de vida de los ancianos y la continuidad de la actividad económica. De poco sirve una sociedad rica si -como sucede en nuestro país- tiene que importar mano de obra y no puede cubrir las vacantes de los jubilados en algunas profesiones. No tiene sentido querer exportar nuestros propios defectos a otros. Una cosa es ayudar al tercer mundo y otra querer imponer nuestro modo de vida.
El boom de natalidad en España en los años sesenta, no sólo no fue ningún obstáculo para el desarrollo, sino que coincidió con una época muy próspera. Realmente, la población, los niños, es una de las mayores riquezas de un país. Un estado envejecido, como España, tiene un futuro económico muy negro. El relevo generacional garantiza la calidad de vida de los ancianos y la continuidad de la actividad económica. De poco sirve una sociedad rica si -como sucede en nuestro país- tiene que importar mano de obra y no puede cubrir las vacantes de los jubilados en algunas profesiones. No tiene sentido querer exportar nuestros propios defectos a otros. Una cosa es ayudar al tercer mundo y otra querer imponer nuestro modo de vida.
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