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Nubes sobre el Mar

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Cuadro pintado por mi hija pequeña

miércoles, 14 de agosto de 2013

Quien mal anda, mal acaba

Me suelen decir que para qué me meto yo a opinar sobre las vidas de otras personas. Hay quien confunde el respeto al prójimo con esconder la cabeza debajo del ala. Si yo pensara que las cosas no tienen consecuencias, dejaría que cada cual tropiece con sus propias piedras y ya aprenderán. Pero lo malo es que hay actitudes y situaciones que no tienen marcha atrás. Cuando uno empieza con las drogas por ejemplo o a emborracharse cada fin de semana, habitualmente este hábito va a destrozar su vida, va a perjudicarle mucho más seriamente y más a largo plazo de lo que piensa. Por eso siento que tengo la obligación de decirlo.

Todos creen que esas cosas sólo les ocurren a los demás. Yo puedo dejarlo en cualquier momento, a mí no me afecta... No es cierto. Realmente la excepción son los que salen de esa clase de problemas sin secuelas de ninguna clase. En el peor de los casos echan a perder sus estudios, su profesión y su familia. Así que no es cuestión baladí. Quien se mete en una vida de excesos es difícil que pueda volver a acostumbrarse a la moderación, a la vida familiar o las responsabilidades laborales. Por eso, cuando veo por la calle gente con aspecto de estar metidos en esa clase de problemas, tengo que admitir que los prejuzgo, pero lo peor del caso es que no suelo equivocarme.

10 comentarios:

  1. Los excesos siempre son malos.
    Besazo

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  2. Por lo general a la gente no le importa la vida de los demás excepto para la crítica, la preocupación por los demás es cuestión bien distinta y no es malo advertir para prevenir, habrá quien lo valore.

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    1. Lo difícil es distinguir entre preocupación real y morbo. Un beso.

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  3. Es bueno dar un consejo cuando es alguien cercano a ti. Con los demás no sé... puede uno meterse en problemas porque cada uno es grande y sabe lo que hace.
    No es fácil.
    Besos

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    1. Con los demás yo no me atrevo más que desde el blog. Un beso.

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  4. Una gran verdad, como tantos refranes ... aunque siempre hay que dejar margen a la capacidad de enmendarse ... lo que pasa es que hay vicios que dejan secuelas.

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  5. No soy dada a meterme en la vida de nadie ni dar consejos si no me los piden, excepto mis allegados y personas a las que aprecio, lo que hagan los demás aunque estén destrozando su vida es problema de ellos, aún te metes con buena intención y recibes.
    Besos

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Espero vuestras opiniones siempre que vengan con educación y respeto.