Vistas de página en total

Nubes sobre el Mar

Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña

lunes, 6 de febrero de 2012

El leproso

El otro día iba en el metro de Madrid, cuando entró un joven a pedir. Desde lejos se le notaba algo extraño en la cara y, cuando le di una moneda, pude comprobar que no tenía dedos en la mano. Me impresionó mucho comprobar que la lepra sigue existiendo, cuando yo pensaba que era una enfermedad de la Edad Media. Es terrible que haya personas todavía que no reciban tratamiento en muchos lugares del mundo. El chico era extranjero, rumano si no me equivoco. Me duele pensar que cada día mueren niños en el mundo por gastroenteritis, por no contar con un suero o un antibiótico que podría fácilmente salvarles la vida. Es muy injusto realmente.

Mientras nosotros presumimos del último modelo de Iphone, el cual, por cierto, se fabrica en países tercermundistas en condiciones laborales pésimas. Y digo yo, que esas empresas que se enriquecen gracias a la mano de obra barata, bien podrían ayudar a mejorar las condiciones sanitarias de esos países. No creo que sea mucho pedir... Seguro que con que todos pusieran un poco de su parte se podrían evitar muchas muertes; pero lo más que hacen es favorecer el aborto, como si pensaran que si los pobres no tienen hijos así se acabará la pobreza. Hay mucho que hacer todavía en los países pobres y hace falta mucho dinero y dedicación.  Entretanto, sólo la Iglesia y algunas Ongs. siguen trabajando por ellos.

14 comentarios:

  1. Demasiado real, por desgracia. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Pasamos por al lado de las personas sin mirarlas, sin preocuparnos de si están bien o mal. Toda esta gente que duerme en la calle, que está enferma, ¿quién se ocupa de ella? Como tú dices, Cáritas, y poco más. Por lo menos encuentran algo de consuelo. Besos
    Ana

    ResponderEliminar
  3. También aquí en España tenemos el cuarto mundo, los pobres entre los ricos. Casi todos los parados españoles están en mejor situación que ellos. Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Pues ya te digo!!!.
    No sé si viste en programa de televisión en el que se traían a un grupo de personas de una tribu a una ciudad (no me acuerdo cómo se llamaba). A mi me encantó el programa, estaba enganchada. Esas personas alucinaban cuando paseaban por las calles y veían toda la riqueza que aquí teníamos. Una de las cosas que más les impactó fue ver a indigentes pidiendo limosna. No se lo podían creer!!, cómo era posible que con toda la riqueza que teníamos pudiera haber gente muriéndose y pasando hambre en la calle!!???, se preguntaban. Da qué pensar...
    Cada vez existen más diferencias entre ricos y pobres...

    ResponderEliminar
  5. No vi el programa, pero no me extraña lo que dices. Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Susana, tienes un gran corazón. Me ha encantado tu entrada. Mira, hace unos años, mi madre que ya ha fallecido, tejía unas vendas larguísimas (creo que de 5 ó 6 metros), con un ganchillo superfinito y un hilo muy especial, que sólo encontraba en algunas tiendas. Las hacía para enviarlas a Manises, si, sí, Manises-Valencia-España... a una leprosería que había allí. No se si seguirá existiendo, pero te estoy hablando de hace 10 o 12 años. Es impresionante. Besos.

    ResponderEliminar
  7. Uff, Susana, me parece tremendo, pero a veces somos indiferentes a esas cosas, tal vez porque pensamos que hay mucho fraude también en esto. Pero está claro que en este caso no lo había.

    ResponderEliminar
  8. Campanilla. Yo pensaba que esa enfermedad ya no existía...
    Modestino. Modestino. Eso es lo malo, que nunca se sabe quién tiene más necesidad, salvo cuando salta a la vista.
    besos.

    ResponderEliminar
  9. Ojalá injusticias como éstas no existieran, pero por desgracia así es. La mayoría somos demasiado egoístas y mientras que a nosotros no nos falte... Asco da la sociedad.
    Un besito

    ResponderEliminar
  10. Estas personas que vienen de otros países donde no existía justicia social ya tienen poca solución. Ojalá se pueda evitar en el futuro. Un beso.

    ResponderEliminar
  11. Campanilla, sigue existiendo. Mi madre hace vendas para cubrir las heridas de los leprosos. Las hace de algodón egipcio, que es un algodón especial de alta calidad y hace que las vendas sean resistentes a los lavados. Además es muy suave.

    Pienso que tienen que ser unas vendas muy especiales, no sólo por el algodón que utilizan, sino también por la dedicación que las mujeres ponen en su elaboración, punto a punto.

    ¿Conocéis las pastillas para el dolor ajeno?
    http://youtu.be/e4eMDXzGa3Y

    Nos olvidamos tantas veces de la realidad del mundo... yo si entro en la farmacia, es difícil que no salga con unas pastillicas...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. No sé ahora, pero hace unos años había en España todavía leproserías. Lo sé porque una amiga iba en verano a cuidar de ellos, a ésos que nadie quería ver.

    Sinceramente, creo que es más un trabajo de cada uno que de las multinacionales. Si todos aportáramos nuestro granito ( mayor o menor en función de nuestros recursos y nuestro tiempo), el dinero de las empresas sería bienvenido, pero no esencial. Esta sociedad es muy egoísta y de eso, te aseguro, poco tienen que ver las grandes empresas, recurran o no a la explotación infantil.

    ResponderEliminar
  13. Ana. Yo también las he comprado a pesar de que no me gusta la menta.
    Zambullida. Todos podemos hacer algo, pero algunos pueden hacer más.
    Besos.

    ResponderEliminar

Espero vuestras opiniones siempre que vengan con educación y respeto.