Cuando menos te lo esperas, la vida da un salto y, de un día para otro -o eso te parece- te encuentras con que has pasado una etapa. Acabo de caer en la cuenta de que mis hijos mayores ya no son adolescentes sino jóvenes, que van a cumplir ya 22 y 20 años. Y la pequeña, por decir algo, ya empieza el bachillerato. Cuando vaya a enterarme estará ya en la universidad. Los mayores ya tienen carnet de conducir y mi coche ahora es un coche compartido, con todo lo que supone de discusiones interminables. Como dicen: lo niños pequeños son muy monos, pero luego crecen y te piden el coche. Yo ya estoy en esa época.
Así que -como decía la serie- los problemas crecen. Me cuesta hacerme a la idea sin embargo de que, cuando digo todavía "mis niños", estoy hablando más bien de tres adultos. Lo cual me sitúa a mí sin remedio en la mediana edad. Parece que fue ayer cuando empezaba en el mundo de los blogs dando consejos sobe la infancia que entonces vivía de lleno, con hijos de nueve, doce y catorce años. Y ahora todo eso me suena lejano aunque sólo hayan pasado realmente siete años, pero siete años muy intensos que suponen para mis hijos el paso de la niñez a la madurez. Por algo decía Einstein que el tiempo es relativo.
Jeje, pues sólo espero tal y como está la juventud hoy en día, que la palabra "madurez" se aplique en algún momento, tú ya me entiendes.
ResponderEliminarBesitos
Madurez física al menos. Un beso.
Eliminarufff cómo nos cambian la vida los hijos, siempre. Primero con su llegada, nos trastocan toda nuestra vida, que empieza a girar a su alrededor, según van creciendo vamos cambiando y adecuando nuestra vida a ellos, a sus necesidades, sus inquietudes y antes de que te des cuenta, cuando parece que hace nada les llevabas por primera vez al cole te encuentras con que ya han salido y es su primer día en la uni... ainssss no sabes bien cómo te entiendo...
ResponderEliminarBesinos
Parece que fue ayer. Un beso.
EliminarAy, Susana, cómo nos van dejando atrás, ¿Verdad? pero sin embargo, a pesar de los años que tengan para nosotros siempre serán nuestros niños.
ResponderEliminarComo anécdota te diré que mi padre murió hace tres años con las nietas bastante creciditas y sin embargo me seguía llamando "chiquinini".
Besos apretaos.
Y a mí Susanita... En fin. Un beso.
EliminarAsí es, pestañeas dos veces y se te han hecho mayores.
ResponderEliminarAhora los disfrutarás de otra manera.
besazo
No sé si "disfrutar" es mucho. Un beso.
EliminarTodo es relativo, un beso.
ResponderEliminarSiete años son mucho en algunos momentos de la vida. Un beso.
EliminarA veces es increíble. De pronto, han pasado los años. Sirve para caer en cuenta de que hay que hacer lo que haya que hacer para no sentir que "de pronto", se pasó la vida.
ResponderEliminarÉse es un tema que me preocupa últimamente. Un beso.
EliminarPara poner gasolina aún nos necesitan.:) Un beso.
ResponderEliminarHola Susana, a mí me pasa algo parecido, pero estoy en la primer etapa que vos nombrás, mis hijos mayores son adolescentes (12 y 15 años), y por momentos me parece mentira evocar tantos recuerdos y cosas vividas cuando eran pequeñitos.. Pero, para dar un toque original, tuve una niñita hace dos años, así que he vuelto a empezar.. fui mamá a los (casi) 40!.. Tardaré un poco más en encontrarme con esa "nueva vida" de reencuentro conmigo misma y los hijos mayorcitos.. Pero igualmente "feliz", siempre feliz de ver crecer a mis hijos y junto a ellos crezco yo también..
ResponderEliminarBienvenida a mi blog. Un beso.
Eliminar