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Nubes sobre el Mar

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Cuadro pintado por mi hija pequeña
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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Error, acierto o la publicidad infantiloide

Comprendo que el nivel cultural de la mayoría de la gente que ve la televisión no sea muy elevado y que las compañías quieran dar un mensaje claro y conciso, pero algunas se pasan. Como el famoso Acierto.com, una página comparadora de seguros de coche que nos acribilla con sus anuncios cada dos por tres. Si una vez ya hace poca gracia, cuando lo has visto diez veces es como una pesadilla. El puño gigante saliendo de la pared cuando el hombre renueva su seguro de automóvil sin mirar otros precios recuerda a los dibujos animados. Por eso lo llamo publicidad infantiloide. Pero el problema es que algunos ya no somos tan niños.

Así que, aunque yo no suelo ver anuncios porque grabo los programas, cuando tengo la mala suerte de encontrarme con uno de éstos cambio el canal. Pero hay otro peor todavía, que ya nos considera idiotas directamente y además va dirigido sólo a los hombres, preferiblemente a los que visitan bares de carretera. Una chica disfrazada de prostituta americana años sesenta nos canta una versión de una canción, para publicitar el taller de coches Aurgi. . Sin embargo todavía no he oído a nadie quejarse de la utilización de la chica como reclamo sexual. Si el objetivo es llamar la atención, desde luego lo han conseguido, pero a mí me produce vergüenza ajena

jueves, 22 de mayo de 2014

Más vale una vez colorado que ciento amarillo

Este refrán se refiere a que es mejor pasar vergüenza una vez por decir lo que piensas, que ponerte amarillo de rabia por no poder dar tu opinión o tener que pasar situaciones desagradables. Yo suelo repetirles a mis hijos eso de: no tienes nada que perder, o el no lo llevas por delante. Aunque yo siempre he sido tímida y me cuesta mucho dar el primer paso, sin embargo con los años he aprendido que "una puntada a tiempo ahorra ciento". Es decir que, si no dices lo que quieres la gente no lo va a adivinar. Incluso cuando se trata de tu pareja, creo que muchos problemas vienen por eso, por no hablar claro de lo que piensas.

Porque muchas veces crees que es evidente y que todo el mundo tiene que comprender lo que te pasa, pero eso no es cierto. La gente suele estar perdida en sus propios problemas y no caen en la cuenta de los tuyos. No se trata de mala fe sino de simple incapacidad. Cada vez estoy más convencida de que hay personas que no se plantean las cosas y pasan por la vida de una forma muy superficial. Por eso, cuando les haces pensar en un tema que habían dado por sabido, a veces se llevan toda una sorpresa. Y aunque yo tenga tendencia a ponerme colorada, lo prefiero mil veces a ponerme amarilla por haberme callado.

martes, 16 de abril de 2013

Gran engaño XIV

Recuerdo que hace mucho escribí una entrada dedicada a Gran hermano. Llevaba una o dos temporadas y ya pensaba que no daba para más. Va por la catorce. El otro día vi un trocito, esperando a que empezara lo de José Mota, y me bastó para comprobar que sigue siendo exactamente lo mismo, o peor. Al fin y al cabo los primeros concursantes eran medianamente normales. Los de ahora los seleccionan para que den más juego entre personas sin ninguna clase de escrúpulos ni nada parecido a la conciencia, la vergüenza propia o ajena o el sentido del ridículo. Por no hablar de sus familiares, que de casta le viene al galgo...

Pero lo que realmente no entiendo es que haya tanto público para seguir un espectáculo así. Porque podría ser que tuvieran instinto de voyeur, pero es que las relaciones que se dan en esa casa no son en absoluto naturales. Todo es forzado, artificial y pensado para la galería. Todos sobreactúan y llevan las situaciones hasta el límite. Los diálogos son histriónicos y las emociones falsas. Creo que algo va muy mal realmente en nuestra sociedad si eso es lo que le gusta ver en televisión a la mayor parte de la audiencia. Yo apenas conseguí soportarlo unos segundos. Entiendo que le pueda interesar a un adolescente, pero no a una persona madura.