Vistas de página en total

Nubes sobre el Mar

Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña

viernes, 26 de agosto de 2011

Antes y ahora

Estaba conduciendo con el aire acondicionado en marcha, cuando se me ocurrió pensar en cómo era viajar hace no tanto tiempo. Cuando yo era pequeña, mi padre tenía un Seat 1500 donde entrábamos ocho personas. No me preguntéis cómo. Tres delante y cinco detrás. Los viajes en verano duraban diez horas. Incluso con las ventanillas abiertas, apenas entraba aire. Por suerte, cuando nos regalaron el perro, mi hermano mayor ya conducía su coche. Aún así, el perro solía viajar de pie sobre nuestras rodillas, asomando la cabeza por la ventanilla del coche grande. Aquellos viajes eran una verdadero odisea, por carreteras con un carril por sentido con un tráfico de camiones tremendo.

Ahora ya no apreciamos esas cosas, ya que nos hemos acostumbrado a las comodidades que disfrutamos hoy en día. El aire acondicionado en el salón lo puse hace dos años y ya no podemos vivir sin él; o mejor dicho, ya no queremos. En la casa de mis padres, abríamos todas las ventanas para hacer corriente y estaban las puertas desconchadas de los portazos consiguientes. Nuestros hijos no se hacen idea de lo que era ir al colegio cogiendo dos autobuses cuatro veces al día, como hacía mi marido, para volver a comer a casa. Yo iba y venía andando casi un kilómetro. Hay cosas que se cuentan y no se creen, pero muchos podemos atestiguar que sucedieron así. Y antes de eso, todavía era peor, pero nadie se quejaba.

15 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes. Me acuerdo m i primer verano en el Algarve con mi hija recien nacida. Un uno de agosto bochornoso, en un coche sin aire acondicionado. Hoy nos parece increíble que hicieramos esos viajes tan incómodos. saludos

    ResponderEliminar
  2. Nos hemos vuelto muy cómodos, la verdad. Yo recuerdo haber viajado largas distancias en coche sin aire acondicionado. Sudaría, supongo, pero no guardo ningún mal recuerdo.

    ResponderEliminar
  3. Creo que cada tiempo tiene sus cosas buenas y malas,. Los niños de ahora no valoran lo de antes pero nosotros tampoco valorábamos que nuestros padres tuvieran que empezar a trabajar con diez años. Pero, es verdad que yo recuerdo esos años con mucho cariño.
    Besos azules
    Ana

    ResponderEliminar
  4. Y sin cinturones de seguridad para más inri.Yo recuerdo mis viajes a Valencia de pequeña como una auténtica tortura. Y tienes razón, yo tampoco puedo vivir sin aire acondicionado.No con estas temperaturas.Un beso.Cuanto tiempo...

    ResponderEliminar
  5. Zambullida. Lo pasábamos bien y todo.
    Ana. Por eso digo que antes de eso era peor todavía.
    Pikifiore. Qué sorpresa. Me alegro de verte por aquí. Uno se malacostumbra rápido.
    Besos.

    ResponderEliminar
  6. ¿Recuerdas cuando sólo había dos canales de televisión? Era en blanco y negro. No, no había teléfonos móviles, ni ordenadores personales. Las hipotecas eran a diez años, y sólo venían los Reyes Magos.

    Tampoco había alimentos precocinados, y si no nos íbamos de vacaciones no pasaba nada. Nos quedábamos en casa, y punto.

    No sé cómo podíamos vivir :P

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Es cierto Susana, mi abuela me contaba mucho como fue de dura su infancia, casi era difícil imaginar las grandes distancias que recorría, los trabajos forzados que hacían en las haciendas ya desde niña trabajaba mucho... la infancia de mi madre también fue dura, cada tiempo es mejor en cuanto a comodidad. Recordar lo difícil que eran otros tiempos podría ayudar a los jóvenes a valorar más su presente.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  8. Alanrulf. Realmente parece increible.
    Florialv. Nuestros abuelos lo tuvieron mucho peor, sí, pero los jóvenes no entienden esas cosas.
    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Clavado, Susana. Los recuerdos intactos. Y ahora no podría vivir sin aire acondicionado. ¿Será la edad o el calentamiento ese dichoso?

    Lo de los coches... creo que algo tiene que ver con la legislación. Si nace una cuarta criatura ya no te sirve un turismo. Te multan directamente. Nosotros hemos estado infringiendo la ley una temporada larga. Teníamos un Mondeo. Y a la peque la escondían sus hermanos debajo de las piernas. Igual estoy derivando... Con los buses pasa lo mismo. Cada dos por tres una inspección por si hay una persona de más. Gente que se queda en tierra porque el autobús va "lleno" y antes nos apiñábamos como chinches...y no pasaba nada.

    Me parece que desde el poder se contrubuye también a la tontería. ¿Quién se atreve ahora a asomar la cabeza por la ventanilla para que le dé el aire? Enseguida llega un poli y ¡zaca!...la enésima multa.

    Un tema interesante, Susana.

    Besos;-)

    ResponderEliminar
  10. Cada tiempo, como ya han dicho en otro momento, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas y una de las malas de ahora es que los niños y los jóvenes no tienen ni idea de lo bien que, en realidad, viven comparado con la vida de antes. Pero, bueno, también recuerdo a mis padres diciéndonos cosas parecidas cuando éramos pequeños (la canción del "tú no sabes lo que es pasar hambre" era casi diaria :D).

    Besos

    ResponderEliminar
  11. Sunsi. También me acuerdo de los autobuses. No nos cabíamos porque no había sitio. ;)
    Nanny. A mí también me decían lo del hambre.
    Besos.

    ResponderEliminar
  12. Para el que le interese. Los chicos cristianos no son marcianos como quieren pintarlos algunos. Son chicos normales que se divierten como los otros. Pero una cosa es pasarlo bien y otra agredir, insultar y atacar. "El que tenga oídos para oir que oiga".

    ResponderEliminar
  13. A veces tanta comodidad hace blanda a la gente. Muy dependiente de las comodidades (es lamentable que aún cuando las personas van a un parque a hacer ejercicio, dejan el auto lo más cerca del parque para 'no caminar tanto'). Gracias por dejarme pensando con tu post. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  14. Mobtomas. Gracias por tu visita. Incluso he visto gente que va al parque y se queda junto al coche. Un saludo.

    ResponderEliminar

Espero vuestras opiniones siempre que vengan con educación y respeto.