Bueno, pues hasta aquí hemos llegado... La verdad es que hace ya más de dos meses que inauguré otro blog, en el cual de momento sólo me estoy ocupando de sentimientos. Éste queda en internet para quien quiera consultarlo y supongo que seguirá teniendo bastantes visitas. Yo me mudo a mi nueva casa. Como todas las mudanzas, me llevo lo fundamental y espero que me sigáis todavía. Abro así una nueva etapa con mi cincuentena porque de vez en cuando es necesario recargar las pilas y volver a empezar, incluso si al final acaba siendo parecido a lo que dejaste atrás. Apaga y vámonos es una expresión que no hace falta explicar.
No es un adiós, es un hasta luego. Incluso puede que siga publicando por aquí de vez en cuando artículos copiados de otros medios, con su link correspondiente. Me llevo los buenos recuerdos, dejo los malos. Hace diez años empecé a escribir siendo madre de tres niños de trece, once y ocho años. Ahora son casi adultos y nuestras vidas han cambiado radicalmente. Muchos familiares tomaron ya el camino al otro barrio. La pequeña terminó el colegio con notas excelentes. Los post fueron evolucionando con nuestras vidas. Siento cierta nostalgia al marcharme de aquí porque es como si abandonara mis vivencias, pero la verdad es que las llevo conmigo. Gracias por todo.
Se trata de un intento de volver a empezar en el mundo de los blogs. Pretende ser de nuevo un diario personal donde volcar reflexiones y compartir experiencias.
Vistas de página en total
Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña
Mostrando entradas con la etiqueta internet. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta internet. Mostrar todas las entradas
lunes, 31 de agosto de 2015
domingo, 30 de agosto de 2015
Zapatero a tus zapatos
Aunque a algunos nos recuerde al ex presidente, que mejor se hubiera dedicado a otra cosa, lo cierto es que está expresión ya existía antes. Se refiere a que cada cual debería ocuparse de aquello que se le da bien, para lo que está preparado y no meterse donde no le llaman. La verdad es que a veces me lo aplico a mí misma, que quien me mandaría a mí meterme en estos líos de internet que tantos disgustos me han costado. También muchas satisfacciones, la verdad, pero ha resultado ser mucho más complicado de lo que yo esperaba. No porque me cueste escribir, que tengo una facilidad increíble, sino porque me cuesta hacerme comprender.
Cuando uno se dedica sistemáticamente a llevarle la contraria a la sociedad en la que vive tiene que estar preparado para las reacciones. Yo no lo estaba al principio. Me he ido acostumbrando con los años. Pero creo que ya me pilla un poco mayor, que con diez años ya he cumplido de sobra y que tengo que dejar el relevo a otros más preparados. Claro que seguiré escribiendo porque es para mí como el comer, pero espero hacerlo con más calma y menos expectativas. No soy escritora ni periodista aunque haya querido usurpar ese puesto y me haya ido más o menos bien. Soy un ama de casa madre de familia numerosa. Ésa es la realidad.
Cuando uno se dedica sistemáticamente a llevarle la contraria a la sociedad en la que vive tiene que estar preparado para las reacciones. Yo no lo estaba al principio. Me he ido acostumbrando con los años. Pero creo que ya me pilla un poco mayor, que con diez años ya he cumplido de sobra y que tengo que dejar el relevo a otros más preparados. Claro que seguiré escribiendo porque es para mí como el comer, pero espero hacerlo con más calma y menos expectativas. No soy escritora ni periodista aunque haya querido usurpar ese puesto y me haya ido más o menos bien. Soy un ama de casa madre de familia numerosa. Ésa es la realidad.
martes, 14 de julio de 2015
Poner pies en polvorosa
Eso es lo que pienso hacer yo si el partido socialista se alía con Podemos tras las elecciones generales y dejan fuera al partido popular. Ya le he dicho a mi marido que vaya buscando trabajo en el extranjero. Lo siento pero yo no me quedo aquí con el Frente Popular. Ya tuve bastante con las historias de mis padres y mis abuelos. No me veo enterrando la Biblia en el jardín ni comprando con cartilla de racionamiento. También en Venezuela pensaron que no pasaba nada por votar a los populistas, que la democracia estaba consolidada, y ahora no saben dónde esconderse. Si España se hunde, lo siento, pero yo abandono el barco.
Por eso voy a dejar también de escribir en internet sobre política, moral y esa clase de cosas. He llegado a la conclusión de que no vale la pena o tal vez soy yo la que no tengo la capacidad de convicción necesaria. Si en diez años, no sólo no he conseguido concienciar a nadie contra el aborto, sino que España cada vez está más escorada hacia la izquierda y el cristianismo es cada vez más cuestionado, está claro que no es mi misión en esta vida seguir insistiendo y más vale que me dedique a cosas más prácticas. Al menos no se podrá decir que no lo he intentado. Mi conciencia se queda tranquila en ese sentido.
Por eso voy a dejar también de escribir en internet sobre política, moral y esa clase de cosas. He llegado a la conclusión de que no vale la pena o tal vez soy yo la que no tengo la capacidad de convicción necesaria. Si en diez años, no sólo no he conseguido concienciar a nadie contra el aborto, sino que España cada vez está más escorada hacia la izquierda y el cristianismo es cada vez más cuestionado, está claro que no es mi misión en esta vida seguir insistiendo y más vale que me dedique a cosas más prácticas. Al menos no se podrá decir que no lo he intentado. Mi conciencia se queda tranquila en ese sentido.
miércoles, 17 de junio de 2015
Al pie de la letra
Significa literalmente. Me gusta mucho escribir en internet pero tiene ese problema: todo lo que escribes se toma al pie de la letra. Quiero decir que en una conversación fluida puedes introducir matices, gestos, que clarifican tu posición. Al ponerlo por escrito cada palabra tiene un sentido concreto que no se puede modificar. Así que me ha ocurrido muchas veces en estos diez años que alguien ha malinterpretado lo que decía. Recuerdo que una vez dije que los gitanos tenían problemas de obesidad y me llamaron racista, cuando lo que yo afirmo es fácilmente comprobable y además lo estoy viendo todos los días.
Eso no significa que no quiera tener gitanos cerca. Una cosa no quita la otra. Todo lo que afirmas públicamente se toma como una declaración jurada y podrá ser utilizado en tu contra. Cuando tenía más comentarios me pasaba el día matizando lo que había dicho para que se entendiera mejor. Por eso siempre afirmo que las relaciones por internet están viciadas en principio, aunque por supuesto pueda haber casos en que funcionen porque la excepción confirma la regla. El problema es que cuando uno escribe no puede estar incluyendo todas las excepciones en el texto o cada post ocuparía una página entera y no habría quien lo leyera.
Eso no significa que no quiera tener gitanos cerca. Una cosa no quita la otra. Todo lo que afirmas públicamente se toma como una declaración jurada y podrá ser utilizado en tu contra. Cuando tenía más comentarios me pasaba el día matizando lo que había dicho para que se entendiera mejor. Por eso siempre afirmo que las relaciones por internet están viciadas en principio, aunque por supuesto pueda haber casos en que funcionen porque la excepción confirma la regla. El problema es que cuando uno escribe no puede estar incluyendo todas las excepciones en el texto o cada post ocuparía una página entera y no habría quien lo leyera.
martes, 2 de junio de 2015
Una puntada a tiempo ahorra ciento
Sigo pensando en si continúo con internet o no. Llevo así meses. Lo que pasa es que veo la televisión, leo los periódicos y me doy cuenta de que mi punto de vista está poco representado. No porque mucha gente no piense como yo, sino porque no se atreven a decir nada. También hay quien simplemente no se planteado nunca estos temas ni ha oído hablar de la ideología de género, y sabe que hay un problema pero no sabe identificar cuál es. Entonces pienso que si me voy, en poco tiempo mis post pasarán a las últimas páginas del buscador y que la gente que tiene interrogantes y dudas no tendrá dónde informarse.
Creo firmemente que muchos de los problemas de nuestra sociedad se podrían evitar con sólo fomentar la educación en valores como el esfuerzo, la iniciativa, la perseverancia, el autocontrol... Aun así siempre hay gente que falla por circunstancias personales o malas influencias, pero no serían como ahora un tanto por ciento tan elevado de nuestros jóvenes. También seguiría habiendo divorcios pero no tan precipitados ni en tanta cantidad. Pienso que realmente existen fórmulas válidas que no hemos inventado ahora, que vienen de generaciones anteriores, para hacer las cosas un poco mejor. Y por eso pienso que es importante divulgarlas.
Creo firmemente que muchos de los problemas de nuestra sociedad se podrían evitar con sólo fomentar la educación en valores como el esfuerzo, la iniciativa, la perseverancia, el autocontrol... Aun así siempre hay gente que falla por circunstancias personales o malas influencias, pero no serían como ahora un tanto por ciento tan elevado de nuestros jóvenes. También seguiría habiendo divorcios pero no tan precipitados ni en tanta cantidad. Pienso que realmente existen fórmulas válidas que no hemos inventado ahora, que vienen de generaciones anteriores, para hacer las cosas un poco mejor. Y por eso pienso que es importante divulgarlas.
sábado, 16 de mayo de 2015
Dar la lata
Es molestar con algo reiterativo. Es lo que hago yo con mi blog. A veces me siento realmente una pesada repitiendo todo el día las mismas consignas a favor de la familia y la vida, pero supongo que no sé hacer otra cosa. La finalidad de mis blog es precisamente ésa, aunque aproveche para contar sobre mi vida, mi depresión y otros temas. Últimamente realmente pienso que estoy ya muy trillada, es decir que llevo demasiado tiempo pasando por los mismos sitios. Sin embargo, no encuentro otra alternativa y creo que es mejor que no hacer nada al respecto. Así que seguiré dando la lata mientras tenga tiempo y ganas de hacerlo.
Por ejemplo, suelo insistir mucho en el tema de los excesos de la tecnología, a pesar de que en mi familia están ya todos enganchados. Raro es verlos sin un aparatito electrónico en las manos. Así que ya sé que predico en el desierto. Tengo el ejemplo en casa. De todas maneras, seguiré haciéndolo porque me preocupa que nos hayamos vuelto tan dependientes de internet y de los móviles principalmente. Hay gente que yo creo que si no los tuviera unos minutos les daría un ataque de nervios. Y no puede ser que ya no sepamos vivir de forma natural, ligados a la naturaleza. Las relaciones familiares y sociales se resienten mucho con esto. Soy testigo de ello.
Por ejemplo, suelo insistir mucho en el tema de los excesos de la tecnología, a pesar de que en mi familia están ya todos enganchados. Raro es verlos sin un aparatito electrónico en las manos. Así que ya sé que predico en el desierto. Tengo el ejemplo en casa. De todas maneras, seguiré haciéndolo porque me preocupa que nos hayamos vuelto tan dependientes de internet y de los móviles principalmente. Hay gente que yo creo que si no los tuviera unos minutos les daría un ataque de nervios. Y no puede ser que ya no sepamos vivir de forma natural, ligados a la naturaleza. Las relaciones familiares y sociales se resienten mucho con esto. Soy testigo de ello.
sábado, 9 de mayo de 2015
Algo es algo
Menos es nada. El otro día en misa nos dijeron que lo importante es estar ahí. Más que tener mucho éxito o ser un referente. Si se puede ser, mejor, naturalmente. Pero basta con estar ahí como cristiano. Es decir, cuando se habla del aborto, de las nuevas familias, del consumismo, etc., hace falta que haya alguien con otro punto de vista. Que no le van a hacer ni caso, probablemente, pero tiene que haber alguien con una voz discordante, aunque sólo sea para decir que no estás de acuerdo. Porque si no hay nadie, se asume que es la verdad absoluta, que no existe otro punto de vista distinto, y entonces es cuando empiezan los grandes problemas.
Eso me dejó pensando que no puedo irme del todo, suponiendo que me fuera. Porque mis blogs van a seguir en internet. No voy a eliminarlos. Pero cuando no se utilizan van bajando puestos en el ranking de los buscadores. Si alguien busca un tema muy determinado puede que lo encuentre igual pero ya no es tan fácil. Tengo que estar en la red porque algo es algo. Aunque no me haga rica ni famosa. Aunque a veces acabe harta de repetir las mismas cosas. Aunque consiga escribir sólo de vez en cuando. Pero tiene que haber alguien que, cuando tecleen la palabra familia, aborto, pareja o amor les recuerde que no todo es del color del cristal con que lo miras.
Eso me dejó pensando que no puedo irme del todo, suponiendo que me fuera. Porque mis blogs van a seguir en internet. No voy a eliminarlos. Pero cuando no se utilizan van bajando puestos en el ranking de los buscadores. Si alguien busca un tema muy determinado puede que lo encuentre igual pero ya no es tan fácil. Tengo que estar en la red porque algo es algo. Aunque no me haga rica ni famosa. Aunque a veces acabe harta de repetir las mismas cosas. Aunque consiga escribir sólo de vez en cuando. Pero tiene que haber alguien que, cuando tecleen la palabra familia, aborto, pareja o amor les recuerde que no todo es del color del cristal con que lo miras.
jueves, 7 de mayo de 2015
Poner puertas al campo
Se dice de aquel que intenta delimitar algo que no tiene límites. Cuando hablan de regularizar internet para que desaparezcan las páginas delictivas o pornográficas, yo siempre me acuerdo de esta expresión. Internet es imposible de controlar. Está diseñado así para bien y para mal. No sirve de nada que pongas filtros antiniños o que instalen antivirus por todas partes. La red es algo incontrolable por naturaleza. Por eso, la mejor manera de evitar sus peligros a los menores de edad es simplemente estar con ellos cuando la utilicen y bloquearla el resto del tiempo. Aun así, les puedo asegurar que acabarán viendo algo inconveniente.
Éste es uno de los temas que más me preocupan a diario, sobretodo porque cuando salgo a la calle veo a todo el mundo enganchado a los móviles y otros dispositivos electrónicos y pienso que no es sano. La gente ya no se comunica en persona, no mira por dónde anda, no tiene contacto con su entorno familiar. Sólo están pendientes de la última tontería de turno. Porque lo cierto es que las páginas más visitadas son las que invitan a evadirse de la realidad. Las de fútbol, de televisión o ocurrencias varias. Poca gente lee diarios de información fideligna o temas de divulgación. Eso por no hablar de los juegos, que suponen la mayor parte de la actividad.
Éste es uno de los temas que más me preocupan a diario, sobretodo porque cuando salgo a la calle veo a todo el mundo enganchado a los móviles y otros dispositivos electrónicos y pienso que no es sano. La gente ya no se comunica en persona, no mira por dónde anda, no tiene contacto con su entorno familiar. Sólo están pendientes de la última tontería de turno. Porque lo cierto es que las páginas más visitadas son las que invitan a evadirse de la realidad. Las de fútbol, de televisión o ocurrencias varias. Poca gente lee diarios de información fideligna o temas de divulgación. Eso por no hablar de los juegos, que suponen la mayor parte de la actividad.
lunes, 16 de febrero de 2015
La media naranja
Yo soy una romántica empedernida, así que creo en la existencia de la media naranja. Pero también pienso que hay que estar receptivo para encontrarla. Hay que saber esperar a la persona adecuada y no conformarse con menos. Creo que muchos fracasos se deben a la precipitación a la hora de elegir pareja. Parece que nuestra sociedad incita a estar emparejados e, incluso en el colegio, quien no tiene novio se siente un bicho raro. Eso ya lo viví yo hace treinta años y ahora es peor. Sin embargo, también es cierto que quien tiene pareja disfruta más, pero también sufre más cada vez que la relación fracasa, como suele suceder frecuentemente.
Por eso digo que para descubrir a la verdadera media naranja hay que tener paciencia. Observar, comparar y elegir. Además hay que asegurarse de que el otro siente lo mismo y no es fácil. Las relaciones por internet en su gran mayoría no permiten esto. Siempre hay la excepción que confirma la regla, pero muchos están allí buscando sólo relaciones sexuales esporádicas, aunque naturalmente no lo digan, porque no son tontos. De modo que buscar el amor en internet es como encontrar una aguja en un pajar. A la gente sólo se le llega a conocer bien en persona. Lo demás son maneras de pasar el tiempo pero con pocas probabilidades de éxito.
Por eso digo que para descubrir a la verdadera media naranja hay que tener paciencia. Observar, comparar y elegir. Además hay que asegurarse de que el otro siente lo mismo y no es fácil. Las relaciones por internet en su gran mayoría no permiten esto. Siempre hay la excepción que confirma la regla, pero muchos están allí buscando sólo relaciones sexuales esporádicas, aunque naturalmente no lo digan, porque no son tontos. De modo que buscar el amor en internet es como encontrar una aguja en un pajar. A la gente sólo se le llega a conocer bien en persona. Lo demás son maneras de pasar el tiempo pero con pocas probabilidades de éxito.
sábado, 17 de enero de 2015
El talón de aquiles
El talón de Aquiles, como dice la leyenda es el punto débil de una persona o situación. Todos tenemos uno. En mi caso es mi familia. Me puede fallar el trabajo, el dinero y la salud, pero no puedo estar mal con los míos, porque me hundo. Estoy dispuesta a afrontar la idea de que muchos me consideren una inútil por ser un ama de casa vulgar y corriente. Comprendo que otros no estén de acuerdo con mis ideas y me dediquen toda clase de improperios en la red. Incluso entiendo que mis hijos se rebelen contra las enseñanzas recibidas y quieran buscar su propio camino. Pero siempre que no me falte el cariño, todo está bien.
Sin embargo, cuando tengo una diferencia importante con mi marido o mis hijos, me convierto en un guiñapo. Todo mi castillo de naipes se desmorona. Y es que mi vida y mi felicidad están basadas en el pilar de la familia, para bien o para mal. Ya sé que es una situación demasiado delicada e inestable, pero es lo que yo he elegido. Mi vida paralela en internet es un entretenimiento que me da algo en que pensar, y a veces quiero pensar que es importante, aunque otras no me lo creo tanto. Pero nada de esto se sostendría si no tuviera un hogar donde regresar. Como todo talón de Aquiles es algo que realmente pone en peligro mi integridad, pero así son las cosas.
Sin embargo, cuando tengo una diferencia importante con mi marido o mis hijos, me convierto en un guiñapo. Todo mi castillo de naipes se desmorona. Y es que mi vida y mi felicidad están basadas en el pilar de la familia, para bien o para mal. Ya sé que es una situación demasiado delicada e inestable, pero es lo que yo he elegido. Mi vida paralela en internet es un entretenimiento que me da algo en que pensar, y a veces quiero pensar que es importante, aunque otras no me lo creo tanto. Pero nada de esto se sostendría si no tuviera un hogar donde regresar. Como todo talón de Aquiles es algo que realmente pone en peligro mi integridad, pero así son las cosas.
martes, 30 de diciembre de 2014
Como un libro abierto
Ser como un libro abierto significa ser una persona franca y directa, sin dobleces. Y siempre he procurado ser así. No me gustan nada las personas que dicen una cosa y hacen otra o incluso dicen cosas diferentes según su interlocutor. Alguna vez me he llevado la sorpresa de descubrir que, alguien que yo consideraba una persona sencilla, era realmente mucho más complicada de lo que parecía. Por eso siempre les insisto a mis hijos en que conocer a la gente por internet no te da una idea real sobre la persona. O incluso conocerlos en vacaciones o en un entorno cerrado donde no afloran todas sus características personales.
Sin embargo, un libro es como la familia de una persona, donde realmente le conocen porque le han visto en diferentes momentos y circunstancias y saben como reacciona. En el libro todo está a la vista. Yo sigo prefiriendo leer en papel. Me gusta la sensación de pasar las páginas, avanzar y llegar al final. Prefiero tener algo tangible. Por eso también publico mis blogs en papel. Además creo que es mejor para los ojos. Es como las fotografías. Si no las tienes papel, luego nunca las ves. El ordenador atesora muchas cosas pero no están a la vista. Un libro no engaña. Por eso alguien que es como un libro abierto tampoco esconde nada. Cualquier puede ver cómo es.
Sin embargo, un libro es como la familia de una persona, donde realmente le conocen porque le han visto en diferentes momentos y circunstancias y saben como reacciona. En el libro todo está a la vista. Yo sigo prefiriendo leer en papel. Me gusta la sensación de pasar las páginas, avanzar y llegar al final. Prefiero tener algo tangible. Por eso también publico mis blogs en papel. Además creo que es mejor para los ojos. Es como las fotografías. Si no las tienes papel, luego nunca las ves. El ordenador atesora muchas cosas pero no están a la vista. Un libro no engaña. Por eso alguien que es como un libro abierto tampoco esconde nada. Cualquier puede ver cómo es.
jueves, 11 de diciembre de 2014
A fin de cuentas
Es algo que se dice como comienzo de una frase que contiene una conclusión. A fin de cuentas, quién soy yo para aconsejar a nadie, por ejemplo. Tiene un sentido como de resignación, sobre algo que se ha dado por imposible. Es como si al terminar las cuentas de un negocio ves que no es realmente rentable. Ése viene a ser el sentido. Yo también ando dándole vueltas como sabéis a si seguir con el blog o dejarlo definitivamente. A fin de cuentas, la verdad es que nunca he sabido ni sabré la repercusión real que tiene. Puede que sólo esté aquí desgañitándome virtualmente para cuatro personas, aunque las estadísticas digan lo contrario.
Porque internet es un mundo muy engañoso. Nunca sabes si los datos son reales o dependen de otros factores. No sabes tampoco si las personas con quienes hablan son quien dicen ser. Incluso, cuando recibes un correo, no puedes estar seguro de que no sea un timo. Habitualmente lo son. Así que, aunque el ciberespacio me ha dado muchas satisfacciones, no puedo hacerme ilusiones. Soy muy consciente de que si desaparezco pocos me echarían de menos. Después de todo es lo mismo que me ocurriría en el mundo real, así que no me extraña. Supongo que haciendo cuentas me ha compensado hasta ahora.
Porque internet es un mundo muy engañoso. Nunca sabes si los datos son reales o dependen de otros factores. No sabes tampoco si las personas con quienes hablan son quien dicen ser. Incluso, cuando recibes un correo, no puedes estar seguro de que no sea un timo. Habitualmente lo son. Así que, aunque el ciberespacio me ha dado muchas satisfacciones, no puedo hacerme ilusiones. Soy muy consciente de que si desaparezco pocos me echarían de menos. Después de todo es lo mismo que me ocurriría en el mundo real, así que no me extraña. Supongo que haciendo cuentas me ha compensado hasta ahora.
jueves, 30 de octubre de 2014
Epitafio
Ya sé que es un poco macabro pero a veces me da por pensar en qué memoria quedará de mí cuando no esté. Me conformaría con el clásico letrero de: tu esposo y tus hijos te echan de menos y ruegan una oración por tu alma. Pero aparte de eso, que es lo más importante, me pregunto qué más va a quedar. Porque mis tres títulos medios de idiomas no me van a servir para mucho. Tampoco los más de diez libros. Los ocho años que me he pasado hasta hora escribiendo mis pensamientos y las miles de personas que los han leído, eso desaparecerá completamente. Es lo que tiene internet, que es inmediato. En pocos meses ya no existe.
Dicen que lo que cuenta es el recuerdo que dejas en las personas que te conocieron, pero me temo que en un par de generaciones el recuerdo ya es mínimo. Yo apenas sé nada ya de mis abuelos, incluso del que vivía en mi casa. Por eso a mí eso del recuerdo tampoco me consuela. Y, por cierto, no es que tenga nada grave que yo sepa. Quedan tus cosas, algunas las heredan los parientes, pero la mayoría me temo que acaban en la basura. Es triste, pero sólo tienen valor para ti. Las fotografías, los tesoros acumulados, los juguetes, los libros... Casi mejor no pensarlo. Quiero creer que al menos el amor perdura, que es inmortal y eterno.
Dicen que lo que cuenta es el recuerdo que dejas en las personas que te conocieron, pero me temo que en un par de generaciones el recuerdo ya es mínimo. Yo apenas sé nada ya de mis abuelos, incluso del que vivía en mi casa. Por eso a mí eso del recuerdo tampoco me consuela. Y, por cierto, no es que tenga nada grave que yo sepa. Quedan tus cosas, algunas las heredan los parientes, pero la mayoría me temo que acaban en la basura. Es triste, pero sólo tienen valor para ti. Las fotografías, los tesoros acumulados, los juguetes, los libros... Casi mejor no pensarlo. Quiero creer que al menos el amor perdura, que es inmortal y eterno.
martes, 9 de septiembre de 2014
Flash back
Me ha pasado una cosa extrañísima. Entré en el blog a ver los enlaces de los que sigo y me encontré la lista de hace cinco años de los blogs que seguía entonces. He tenido que actualizar la página tres veces para que me saliera la lista actual, porque ya me extrañaba a mí que toda esa gente hubiera vuelto a escribir. He sentido una cierta nostalgia por todos los que ya no están y por otra parte una cierta sensación de pertenencia al jurásico, por ser yo la única superviviente de esa época. Ocho años en internet es mucho tiempo ya y ha pasado por aquí mucha gente de la que no sé nada y han venido otros nuevos y siguen viniendo.
Un blog es algo vivo. La mayoría no duran más de cinco años hasta que el titular se aburre o cambia de vida y ya no puede mantenerlo en marcha. Somos pocos las excepciones que seguimos al pie del cañón tanto tiempo. A veces me pregunto si seguiré así indefinidamente o llegará un momento en que ya no dé para más. Tal vez si tengo nietos ya no me quedará tiempo ni ganas de escribir. Pero sabiendo que escribo desde que aprendí a hacerlo la verdad es que me extrañaría mucho que perdiera la afición. Así que me ha gustado que internet me ofreciera este curioso flashback para recordar a los que ya no están por aquí.
Un blog es algo vivo. La mayoría no duran más de cinco años hasta que el titular se aburre o cambia de vida y ya no puede mantenerlo en marcha. Somos pocos las excepciones que seguimos al pie del cañón tanto tiempo. A veces me pregunto si seguiré así indefinidamente o llegará un momento en que ya no dé para más. Tal vez si tengo nietos ya no me quedará tiempo ni ganas de escribir. Pero sabiendo que escribo desde que aprendí a hacerlo la verdad es que me extrañaría mucho que perdiera la afición. Así que me ha gustado que internet me ofreciera este curioso flashback para recordar a los que ya no están por aquí.
viernes, 22 de agosto de 2014
Los niños e internet
Tengo un sobrino que, desde que tenía unos ocho años, ya manejaba un ipad con acceso a internet. Y además se pasaba todo el día con la maquinita. Hay quien dice que no se puede ir contra el progreso, pero eso es tanto como decir que, si tienes una bomba deberías hacerla estallar, porque si no para qué la tienes. Yo he sido muy conservadora con este tema. Mis hijos sólo manejaban videoconsolas sin wifi y sólo el fin de semana. El móvil no lo han conseguido hasta los catorce o quince años y básico también. Aun así tengo que reconocer que también tuve problemas con la red, y es que intentar controlar este mundo es como sujetar el agua del mar.
Acabo de ver un reportaje en televisión sobre la pedofilia en internet y es terrible ver con qué facilidad se hacen con el control sobre cientos de niños personas adultas que saben cómo manipularlos. Incluso aunque las familias estén atentas, y lo cierto es que no suelen estarlo en absoluto. Cuando estuve de vacaciones recuerdo que había una niña de unos cuatro años en el hotel que desayunaba siempre con una videoconsola para no molestar a los padres, y la dejaban sola incluso en la mesa. También es habitual que intercambien fotos. Así es imposible evitar las consecuencias. La única solución es cortar por lo sano mientras aún sea posible.
Acabo de ver un reportaje en televisión sobre la pedofilia en internet y es terrible ver con qué facilidad se hacen con el control sobre cientos de niños personas adultas que saben cómo manipularlos. Incluso aunque las familias estén atentas, y lo cierto es que no suelen estarlo en absoluto. Cuando estuve de vacaciones recuerdo que había una niña de unos cuatro años en el hotel que desayunaba siempre con una videoconsola para no molestar a los padres, y la dejaban sola incluso en la mesa. También es habitual que intercambien fotos. Así es imposible evitar las consecuencias. La única solución es cortar por lo sano mientras aún sea posible.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Resilencia
Es una palabra que me gusta mucho. La resiliencia es; en psicología, capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. Así que no sabría decir si soy o no una persona resilente. Podría decir que lo fui de joven, y mucho, por las circunstancias que me tocó vivir. Sin embargo, me temo que con los años me he ido ablandando y ahora me puede un soplo de viento. Bueno, depende, de si se trata de un asunto familiar o social. Porque todo lo de la familia me deja sin fuerzas, pero sin embargo he aprendido a tomar con mucha parsimonia lo que se refiere a mis actividades sociales.
Y como soy poco sociable, se puede decir que mi actividad social reside en internet. Aquí he aprendido a lidiar con toda clase de comentarios adversos. Al principio solía contestar y meterme en polémicas interminables, pero ahora simplemente cuando alguien me molesta le veto. Siempre me quedo con la duda de si debería dar más juego, en el sentido de entrar en explicaciones interminables de esas que atraen cantidad de visitas y suelen acabar con intercambio de descalificaciones personales; pero la verdad es que ya no tengo moral para tanto. Estoy mayor. Así que realmente no sé si tengo más resilencia o simplemente me he acomodado.
Y como soy poco sociable, se puede decir que mi actividad social reside en internet. Aquí he aprendido a lidiar con toda clase de comentarios adversos. Al principio solía contestar y meterme en polémicas interminables, pero ahora simplemente cuando alguien me molesta le veto. Siempre me quedo con la duda de si debería dar más juego, en el sentido de entrar en explicaciones interminables de esas que atraen cantidad de visitas y suelen acabar con intercambio de descalificaciones personales; pero la verdad es que ya no tengo moral para tanto. Estoy mayor. Así que realmente no sé si tengo más resilencia o simplemente me he acomodado.
miércoles, 9 de abril de 2014
Vísteme despacio que tengo prisa
Esto lo decía mucho mi madre cuando era pequeña. Se refiere a que, basta que tengas muchas ocupaciones para que parezca que todo se tuerce a propósito. Es algo muy habitual. Sucede que cuando intentas hacer algo rápido es fácil que te equivoques y lo hagas mal y tardes más de la cuenta. Así que más vale hacer las cosas despacio y con cuidado. Va contra la mentalidad de nuestra época en que todo es comida rápida, información inmediata y placeres sin demora. Pero sin duda suele salir mejor aquello a lo que se dedica un tiempo suficiente, ya sea un trabajo, una relación o cualquier actividad diaria, aunque eso suponga hacer menos cosas.
Por eso han surgido unos movimientos de slow food y slow life, que es la manera de nombrar a lo que siempre se ha conocido especialmente en la vida de los pueblos pequeños, donde la vida se rige por el calendario y las horas de luz, más que por las obligaciones adquiridas. Pero es bueno que se sea consciente de que las prisas no traen nada bueno, ni el stress que a veces incluso nos enferma; que las cosas que merecen la pena llevan su tiempo. Por eso yo no soy partidaria de smartphones ni tabletas, para ir todo el día informada y al tanto del último mensaje. Prefiero dedicarle a cada cosa el tiempo que necesita. También a internet.
Por eso han surgido unos movimientos de slow food y slow life, que es la manera de nombrar a lo que siempre se ha conocido especialmente en la vida de los pueblos pequeños, donde la vida se rige por el calendario y las horas de luz, más que por las obligaciones adquiridas. Pero es bueno que se sea consciente de que las prisas no traen nada bueno, ni el stress que a veces incluso nos enferma; que las cosas que merecen la pena llevan su tiempo. Por eso yo no soy partidaria de smartphones ni tabletas, para ir todo el día informada y al tanto del último mensaje. Prefiero dedicarle a cada cosa el tiempo que necesita. También a internet.
jueves, 3 de abril de 2014
Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
Este refrán lo he utilizado varias veces refiriéndome a mi labor en internet. Como intenté explicar hace unos días, escribo porque sé que mi opinión está infrarepresentada en la red. Si pensara lo mismo que todo el mundo no escribiría. Sé que como persona individual tengo poco que hacer, pero si muchos que piensan como yo hacen lo mismo, conseguiremos que en internet haya pluralidad de pensamiento, lo cual es muy positivo. Los medios de comunicación tradicionales, en cambio, están monopolizados por lo políticamente correcto y por eso allí es casi imposible hacerse escuchar. Por suerte nos quedan las páginas web.
Yo pensaba que este refrán era muy optimista y que no respondía a la realidad, pero he podido comprobar con el tiempo que no es así. Una persona que nada a contracorriente pierde las fuerzas con facilidad, pero si se siente acompañada por otras, aunque sean la excepción que confirma la regla, se sentirá justificada. Y esto, aunque parezca una tontería, es la diferencia entre seguir nadando o volver a la orilla. A lo largo de estos ocho años en internet he encontrado muchas personas con ideas afines y eso es lo que me ha ido reafirmando en mis propias convicciones. Gracias a esas personas sé que ya no tengo que contar sólo con mis propias fuerzas.
Yo pensaba que este refrán era muy optimista y que no respondía a la realidad, pero he podido comprobar con el tiempo que no es así. Una persona que nada a contracorriente pierde las fuerzas con facilidad, pero si se siente acompañada por otras, aunque sean la excepción que confirma la regla, se sentirá justificada. Y esto, aunque parezca una tontería, es la diferencia entre seguir nadando o volver a la orilla. A lo largo de estos ocho años en internet he encontrado muchas personas con ideas afines y eso es lo que me ha ido reafirmando en mis propias convicciones. Gracias a esas personas sé que ya no tengo que contar sólo con mis propias fuerzas.
viernes, 21 de marzo de 2014
A contracorriente
Así se llamaba mi primer blog. Hace poco me han pasado dos cosas: me han echado de la guardia del lobo, es decir, del foro donde comentaba y que no era acorde a mis ideas. Es natural pero no deja de estar feo que rechacen a los que opinan a la contra y luego hablen de libertad en un diario público. La segunda cosa es que una vieja conocida me ha dicho que si no vendo mis libros es porque estoy equivocada. Es decir, que todo el que no está de acuerdo con la mayoría en un momento dado está equivocado. Ahora entiendo el éxito del nazismo y el comunismo.
El negocio editorial es muy complejo pero no es algo que me quite el sueño. Seguro que tendría más éxito siguiendo a la corriente, pero soy incapaz de hacerlo. Así que me conformo con el seguimiento que tengo en internet que ya es mucho más de lo que nunca hubiera imaginado o me hubiera atrevido a desear. Si no puedo comentar en debates controvertidos, me conformaré con seguir lanzando mis letras al viento desde aquí. Nunca se sabe lo lejos que pueden llegar. La cuestión es que yo preferiría estar allí donde hace falta otro punto de vista y por eso lo sigo intentando. A terca no me gana nadie. Los resultados ya no dependen de mí.
El negocio editorial es muy complejo pero no es algo que me quite el sueño. Seguro que tendría más éxito siguiendo a la corriente, pero soy incapaz de hacerlo. Así que me conformo con el seguimiento que tengo en internet que ya es mucho más de lo que nunca hubiera imaginado o me hubiera atrevido a desear. Si no puedo comentar en debates controvertidos, me conformaré con seguir lanzando mis letras al viento desde aquí. Nunca se sabe lo lejos que pueden llegar. La cuestión es que yo preferiría estar allí donde hace falta otro punto de vista y por eso lo sigo intentando. A terca no me gana nadie. Los resultados ya no dependen de mí.
viernes, 17 de enero de 2014
El que mucho habla, mucho yerra.
Como ya soy veterana en el mundo de los blogs, se puede decir que he tenido toda clase de experiencias positivas y negativas. Cuando uno escribe en un medio público se supone que está dando permiso a los demás para opinar. Lo difícil es delimitar donde acaba la libertad de expresión y empieza el respeto. Por que al fin y al cabo un blog sigue siendo un espacio particular aunque esté abierto a comentarios. Durante mucho tiempo yo lo he entendido de ese modo y permitía opiniones anónimas confiando en que sabrían moderarse en los límites de la educación, pero la verdad es que no era así en la mayoría de los casos.
Internet es un lugar donde sale a relucir todo lo bueno y lo malo de las personas con la ventaja de no tener que dar la cara, lo cual favorece situaciones incómodas. Así que tuve que quitar la opción de anónimos y me bajaron las visitas. Es el precio que hay que pagar. Volviendo al refrán, creo que las redes sociales favorecen la verborrea que luego acaba provocando muchos problemas. Por eso yo no quiero tener twitter ni whassap, porque me parece que escribir tan rápido, sin tener tiempo para pensárselo bien es una equivocación. Una vez que le das al botón de enviar ya no tiene remedio. Es mejor practicar la virtud de la prudencia.
Internet es un lugar donde sale a relucir todo lo bueno y lo malo de las personas con la ventaja de no tener que dar la cara, lo cual favorece situaciones incómodas. Así que tuve que quitar la opción de anónimos y me bajaron las visitas. Es el precio que hay que pagar. Volviendo al refrán, creo que las redes sociales favorecen la verborrea que luego acaba provocando muchos problemas. Por eso yo no quiero tener twitter ni whassap, porque me parece que escribir tan rápido, sin tener tiempo para pensárselo bien es una equivocación. Una vez que le das al botón de enviar ya no tiene remedio. Es mejor practicar la virtud de la prudencia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)