Se supone que normal significa conforme a la norma. El problema es que ya no sabemos cuál es la norma. Los que aún creemos en una moral natural universal no tenemos problemas para distinguir lo normal de lo anormal, lo bueno de lo malo. Pero como vivimos en la cultura del relativismo, resulta que ahora bueno es lo que a mí me parece bien; lo que es tanto como decir que si algo no me gusta, significa que está asqueroso y viceversa, si me gusta está delicioso. Sin embargo, hay una serie de cosas cuyo sabor parece asqueroso a la mayoría de las personas en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento de la historia. Tal vez eso sea lo que podemos considerar un ejemplo de un conocimiento atemporal e innato a cualquier ser humano.
El otro día hablando con una pareja, ella cubana, el de EE.UU., me decían que al llegar a España y en general a Europa, pero más aquí, les había sorprendido mucho que se tomaran por normales situaciones y actitudes que no se consideran tales en la mayor parte del mundo. Entrar en una tienda y ver las revistas pornográficas mezcladas con las comunes; la publicidad, el cine y muchos programas mostrando desnudos y sexo a cualquier hora; el lenguaje soez que es tan habitual en España, sin venir a cuento, como ya he comentado en otras ocasiones; la promoción de la homosexualidad y la promiscuidad; el alcoholismo, la droga... Cosas en definitiva que, a base de verlas todos los días, ya no nos llaman la atención, pero eso no significa que sean normales.
Hola. He llegado a tu blog por casualidad. Lo he estado viendo y decirte que lógicamente, hay cosas en las que estoy más de acuerdo y en otras no. Y en lo que no estoy de acuerdo lo respeto, eso creo que es bonito y que hace grande al ser humano, respetar al otro, no censurarlo por pensar distinto y sobre todo respetarlo.
ResponderEliminarRespecto a lo que te decían esa pareja ella cubana y el estadounidense, pues que decirte, creo que ni los cubanos ni los estadounidenses (en general, no particularizo en ellos, faltaría más), no son ejemplo de moralidad precisamente, y que vengan a darnos clase de moralidad…
Soy una persona joven, madre como tu que me preocupo por todo lo que rodea a la educación de mi familia, veo la televisión, salgo a la calle y sinceramente no veo esa promoción de la homosexualidad, promiscuidad y alcoholismo.
Es más, no creo que se sea homosexual por una “promoción”, no he visto nada en donde se diga: “Se homosexual, que te va a encantar”. Respecto a la promiscuidad y alcoholismo, como el consumo de cualquier tipo de droga, me temo que no es una cosa de verlo todo los días, pues mi familia no lo ve en casa, eso si seria verlo todos los días, y ahí es donde los padres tenemos una ardua labor, educar, explicarles las consecuencias nefasta que tendría consumir drogas, no sólo para ellos, también para el resto de familiares.
Y es que nuestros hijos se hacen mayores y saldrán a la calle como lo hemos hecho nosotros, y para cuando llegue ese momento, hemos tenido que poner muy buenos cimientos, haberles explicado muchas cosas para que no caigan en la tentación.
Saludos.
Jimena.
Yo solo sé lo que creo que está bien y lo que creo que está mal, y actúo según mi conciencia... creo que todos sabemos qué cosas no debemos hacer.
ResponderEliminarMe imagino la cara de esos pobres cunado llegaran. ¡Que cambio!
ResponderEliminarSi, es cierto que el relativismo es muy malo.
El problema que tenemos siempre es el mismo, que el término medio es condenadamente difícil de encontrar...
Besazo
Estoy totalmente de acuerdo contigo,. Lo normal no es lo que mas se hace, o así debería ser. Besos
ResponderEliminarAna
Jimena. Gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo en que Cuba no es un ejemplo de moralidad. En EE.UU. hay de todo, aunque lo que vemos es lo que promocionan en las películas, ya que la gente del cine suele ser bastante amoral.
ResponderEliminarNo hace falta promocionar directamente algo para que se extienda. Basta con decir que es normal. En el caso del alcohol y las drogas, basta con no decir que es perjudicial. Los chicos son muy manipulables, pero bastante más por sus amigos que por sus propias familias. Un beso.
Dolores. Yo también les grababa dibujos antiguos para que no vieran algunos de los actuales, que me parecían como mínimo de mal gusto. En cuanto a la pornografía, no hay más que ver cómo visten algunas chicas para salir, que parece que van a hacer la calle. Eso ahora es lo normal.
ResponderEliminarNo sé si los italianos son malhablados, pero si recuerdo que cuando yo era jovencita no hablábamos así. Además por favor y gracias todavía eran palabras comunes. Un beso.
Tequila. Me gustaría estar de acuerdo. Tal vez todos sabemos en el fondo del corazón lo que está mal, pero muchos no se escuchan a sí mismos. Un beso.
ResponderEliminarDolega. Pues estaban asombrados, a pesar de que, como dice una comentarista en EE.UU. hay de todo, pero la diferencia es que no se ve como normal.
ResponderEliminarAniazulada. Yo creo que existen unas normas intrínsecas en la conciencia de las personas, pero muchos las han olvidado.
Besos.
Normalidad, estándar, globalidad, conjunto, una obsesión por ordenar, agrupar y encasillar, con lo bueno que es ser único y auténtico y al que le pique, que se rasque.
ResponderEliminarCreo que no has captado el fondo de la cuestión. No se trata de ser todos iguales. Se trata de aceptar un mínimo de normas para la convivencia.
ResponderEliminarEstoy un poco con Dolega, que en el punto medio está la virtud, no obstante tampoco me gusta la ñoñería de escandalizarse por cualquier cosa, no se, soy mucho del vive y deja vivir, y para eso es necesario permitir muchas cosas. Se que respecto a los niños el tema es diferente, yo crecí con unos valores muy claros y después he podido elegir que me parece bien y que no, si faltan esos valores de base, no se cual puede ser la reacción y a que se puede llegar. Es un tema complicado.
ResponderEliminarEl hecho de verlas todos los días ya es perjudicial :)
ResponderEliminarTerritorio. Comprenderás que a estas alturas a mí no me escandaliza nada, pero otra cosa es que me apetezca ver sexo u oir palabrotas a todas horas. Un niño sin valores es un adulto perdido.
ResponderEliminarAdemás es curioso porque dicen los psicólogos que, cuando a un hijo le dejas hacer lo que desea, interpreta que no lo quieres lo suficiente para preocuparte por él.
George. Estoy de acuerdo contigo.
Besos.
Las burradas que se dicen aquí en la televisión no se escuchan en Estados Unidos, de eso puedo dar yo fe. El ambiente que se ve en las calles llama también la atención a quienes conocieron España hace 15 años y regresan ahora; es como otro país, dicen. En USA, hay muchas diferencias entre estados, entre el mundo rural y la ciudad..., pero en las ciudades sí se aprecia una promoción de diferentes comportamientos que a algunos pueden disgustar. Eso sí: todo lo hacen con más finura.
ResponderEliminarMuchos confunden libertad con libertinaje, el niño se educará de acuerdo a lo que ve en su hogar, en sus padres, en la familia. Me molesta los que con su moralina quieren hacer creer que moral es ir los domingos a la iglesia, y el resto de la semana tratan de jorobar al prójimo tal como lo hacen ciertos gobiernos que les importa un bledo quienes les dieron el voto, éso también es inmoral tanto o más que la pornografía y las drogas.
ResponderEliminarUn saludo desde el otro lado del mar.
Zambullida. Gracias por tu testimonio. EE.UU. es enorme y hay mucha variedad, pero en general el ambiente no es tan permisivo a nivel público como aquí.
ResponderEliminarRoberto. ¿He dicho yo que la moral es ir a misa los domingos?. Jorobar al prójimo es mentar a la Iglesia cuando aquí estamos hablando de educación. Y educar bien a un hijo en casa no es garantía de que aprenda a comportarse, precisamente porque el ambiente fuera de casa le influye más que la familia y le perjudica sin que podamos hacer nada por evitarlo.
ResponderEliminarSusana, no lo has dicho, solamente digo que unos cuantos lo hacen, con respecto a la educación, la misma empieza por casa y no influye lo que ve o escucha, podemos evitarlo hablando más con nuestros hijos como padres nunca como amigos ya que no debemos confundir nuestros roles.
ResponderEliminarPor desgracia, sobre este tema me sobra experiencia. La educación en casa se olvida cuando llegan a la adolescencia y sólo escuchan a sus amigos. Yo tengo tres hijos: con dos me funcionó muy bien y con uno, nada en absoluto. Un saludo.
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