Mis padres eran muy guapos de jóvenes. Ahora no quieren ver fotografías para afrontar los estragos que el tiempo ha hecho en sus cuerpos. Lo comprendo, a mí ya me empieza a pasar algo parecido. Pero también es que la gente tiene poca mano izquierda. El otro día me encontré con unos vecinos en casa de mis padres y la señora va y dice algo así como: qué lástima lo que hace el paso del tiempo. Yo me quedé pasmada, porque sigo siendo la misma persona y no es de esperar que en treinta años haya rejuvenecido. La verdad es que me sentó mal. Es cierto que me he estropeado mucho en estos años pero no creo que eso sea tan importante.
Otro día llegó un tío mío al que no veía desde mi boda y le dice mi madre: ésta es mi hija, la pequeña; y él contesta: lo de la pequeña será un decir. Y es que mi hermana mayor se conserva mejor que yo y se arregla mucho y la gente piensa que yo soy la mayor. Pero, caramba, esas cosas se piensan pero no se dicen. Cuando era joven yo llamaba la atención y, como era muy tímida, me molestaba mucho y procuraba pasar desapercibida. Ahora que estoy mayor y no me arreglo mucho porque me gusta ir cómoda, siento el rechazo, especialmente de las mujeres de mi edad. Porque he vivido las dos situaciones, noto mucho la diferencia y no me parece justo.
Yo veo las fotos de más joven y me miro ahora , me asusta, como cambiamos y envejecemos, pero bueno siempre que ay salud, claro si se tiene. Precioso escritos. Saludos
ResponderEliminarAyer me volvieron a decir que cuánto he cambiado, en casi veinte años. Gracias. Un beso.
ResponderEliminarCuando se dice la pequeña... se sobreentiende que significa la menor. Igual tu tío quería señalar que ya no eres pequeña... El paso del tiempo a veces no se nota durante unos años y, en cambio, cumples determinada edad (a mí me sucedido sobre todo a los 50) y pegas un bajón físico importante.
ResponderEliminarUn beso, Susana.
Pues a mí me ha llegado un poco antes. Un beso.
EliminarPues arreglaté más Susana, a mí también me gusta ir cómoda, pero un poquito de brocha siempre viene bien, yo lo hago hasta para estar por casa, para verme bien yo, quieras que no te sube el ánimo, y la ropa pues igual, no te quejes y actua! te lo digo con todo cariño, ya verás que diferencia.
ResponderEliminarBesos
Hay cosas que tienen poco arreglo como las arrugas de expresión, la piel de naranja, en fin, que por más que quieras ganar la batalla al tiempo te va a dar igual. Lo que me parece terrible es que me estén juzgando por mi aspecto. Un beso.
EliminarNo te están juzgando por tu aspecto, juzgan tu aspecto, que no es lo mismo, y ven lo que tú les quieres mostrar
EliminarEs tu opinión. Yo creo que de algún modo me reprochan que no siga siendo la misma.
EliminarCómo van a reprocharte eso, Susana? Tú te lees? Lo que pasa es que te contradices. Si realmente te diera igual el aspecto físico, te daría igual que te lo mencionaran. No te da igual y precisamente por eso, porque no te da igual, estoy de acuerdo con Inma, arréglate un poquito y verás que bien.
EliminarUn saludo
Me parece una falta de respeto llamarme de esa manera vieja o fea como si debiera haberme conservado en formol los últimos treinta años para no decepcionarlos.
EliminarCreo que es mejor no hacer caso de los comentarios inapropiados. Tengo un amigo al que vi después de mucho tiempo y me dijo que le parecían muy feos mis zapatos. Le pregunté cuál era la necesidad de mencionarlo y me dijo que era para ser honesto, que eso es lo que estaba pensando, y me lo decía para que lo supiera. Creo que ahí hay una confusión con el concepto de honestidad; lo que prima es una sobrevaloración de la opinión propia: como si fuera tan importante que tuviera que decirse siempre.
ResponderEliminarMe parece una observación muy acertada, la tuya. Hay gente que piensa en voz alta, tal vez porque creen que el mundo tiene que saber su opinión. Un beso.
EliminarNo sé por que hay tanta gente que se fija en el físico de esa manera tan convulsiva
ResponderEliminarAna
Si se fijan, al menos que tengan la decencia de callarse, por favor. Un beso.
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