Acabo de ver una charla en internet impartida por una psicóloga especializada sobre los problemas de los jóvenes de hoy. Yo ya había dicho en varias ocasiones que en España tenemos un problema con los chicos de treinta que se niegan a madurar, pero no había caído en la cuenta de que el problema empieza en la década anterior. La sociedad les está dando el mensaje de que pueden prolongar su adolescencia sin consecuencias hasta la treintena, pero eso no es cierto. En la década de los veinte es cuando se toman las decisiones que van a afectar al resto de tu vida para bien o para mal, a nivel personal, profesional y social.
Por ejemplo, cuando los chicos se dedican a coleccionar relaciones sólo por pasar el tiempo, por probar lo que les gusta y lo que funciona; no se dan cuenta de que deberían estar buscando alguien con quien poder formar una familia en el futuro. Tal vez no funcione, pero al menos hay que intentarlo. La fertilidad disminuye a partir de los treinta y cinco años. Cuando se debaten entre distintas profesiones están perdiendo un tiempo precioso, porque a los treinta ya deberían estar posicionados en su profesión. Y cuando tienen la agenda repleta de relaciones superficiales, no se dan cuenta de que necesitan gente con quien puedan contar el resto de su vida.
Hasta hace poco, la esperanza de vida en España era de cincuenta años. En muchos lugares lo sigue siendo. No puedes pasarte media vida dejando que las cosas sucedan sin más.
Hola Susana, hoy estoy en completo acuerdo contigo!!! jeje Como bien dices, a los veinte años se espera que los jóvenes tomen nuevos desafíos y establezcan metas razonables, lo que les permitirá ir desarrollando una buena autoestima. Ya es tiempo de que comiencen a proyectar un futuro de manera responsable. Interesante post. Buen día!!!!
ResponderEliminarBuen día. Creo que se está fomentando una adolescencia tardía que puede perjudicar seriamente el futuro de esos jóvenes. Un beso.
EliminarCreo que es culpa un poco de todos.
ResponderEliminarHoy a los chicos de ventitantos los tratamos como a niños, cuando hace treinta años, a los dieciocho eras un adulto para todo, ni te cuento a los ventitantos.
Besazo
Desde luego, a los dieciocho ya eras responsable. Un beso.
EliminarEs penoso, realmente a mí me confunden, porque cuando los ves a los 30, con esas actitudes, sin quererse comprometer ni tomarse nada en serio, y no hablo de parejas, hablo de una actitud general ante la vida, a mí me cabrean mucho. Hasta en los medios de comunicación se dice lo de un joven de 30. No señores, con 30 uno ya es o debería ser un adulto, no un jovenzuelo descerebrado.
ResponderEliminarAhora resulta que la adolescencia va a ser la etapa más larga de la vida humana, empieza antes y termina más tarde, y en algunos casos no termina, ahí se quedan sin evolucionar.
Besos, Susana
A mí también me chocan esas actitudes, como si la juventud durara para siempre. Luego te das cuenta de que a partir de los cuarenta todo va en declive y a algunos les pilla por sorpresa. Un beso.
Eliminar¡Uy!, yo creo que tomamos decisiones fundamentales bastante antes de los veintes; pero estoy de acuerdo: en los veintes "vamos agarrando camino", y quien no se encamina, luego se pierde. Las variantes son múltiples; en eso, supongo que diferimos; desde mi punto de vista no es bueno medir a la gente con la misma vara, no todos tenemos que hacerlo todo al momento que usualmente lo hace la mayoría, ni todos tenemos que buscar las mismas cosas; pero sí creo que es indispensable que haya definición identitaria en los veintes, y que la persona "esté haciendo una vida", la que quiera, a lo mejor una vida en un camino que a otros les parece disparatado, que "parece" adolescente, pero un camino con el que se compromete. Posponer las definiciones identitarias, así como la incapacidad para hacer compromisos, se pagan con vacío.
ResponderEliminarEl caso es que se tenga un propósito al menos, aunque no sea el que esperan tus padres. Si no tienes una meta es fácil perderse en medio de la nada. Un beso.
EliminarEs cierto, pero la situación era parecida en los años noventa y la gente seguía intentándolo. Yo me casé con un contrato temporal y un piso alquilado. Como se dice: quien no se arriesga no cruza la mar.
ResponderEliminarSólo dejo comentar en cuenta de google porque los anónimos me tenían ya harta. Siento las molestias. Un beso.
Hemos hecho que las personas vayan posponiendo sus responsabilidades. Hemos conseguido una generación, casi dos, de verdaderos acomodados. Ahora han venido las vacas flacas y muchos no saben por donde tirar porque nunca se han visto en una de éstas. Besos
ResponderEliminarAna
Desde luego. Muchos ni siquiera saben lo que es ir en transporte público. Un beso.
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