Cuando yo era pequeña era una niña muy inocente y sensible. Por eso vivía todo con gran intensidad, lo bueno y lo malo. Así que con los años me fui endureciendo, recubriendo de una coraza para evitar que me hicieran daño. Ahora soy una mujer dulce con mi familia pero un poco seca con el resto. La experiencia de recibir insultos y amenazas por internet no ha ayudado a suavizar mi carácter. Reconozco que estoy bastante a la defensiva. Queda poco de la inocencia de aquella criatura después de haber pasado por tantas situaciones desagradables a lo largo de casi cuarenta y siete años. Me he vuelto dura por fuera, aunque por dentro siga siendo de algodón.
Pero en la Iglesia puedo deshacerme de esa coraza sin miedo. Sólo allí siento que el amor todo lo puede, que es posible un futuro mejor y que todos los hombres somos hermanos. La Iglesia es mucho más que un lugar o una serie de rituales; es una comunidad de vida. Ser cristiano tiene que notarse en tu forma de vivir y dar testimonio de la palabra de Dios. Todavía estoy lejos de ese ideal cristiano que tendría que garantizarme la alegría en cualquier circunstancia de la vida. Pero cuando entro en la Iglesia y escucho la Palabra, siento que vale la pena. Por eso no me importa que noventa y nueve no me comprendan, si puedo comunicarme con una sola persona.
Yo también me encuentro muy a gusto dentro de la Iglesia.
ResponderEliminarLa paz y el amor que se respira allí no se encuentra en ningún otro lugar. Un beso.
ResponderEliminarMis padres son muy católicos, bueno, mi madre, que es practicante, y me he criado y me han educado en la fe católica desde siempre, hasta las 14 años iba a misa todos los domingos obligada por mi madre, y lo siento, no es algo que pueda forzarse, en mi caso más que se hizo por su parte no pudo hacerse, y nunca conseguí sentir nada dentro de una iglesia más que un aburrimiento atroz.
ResponderEliminarMe siento contenta de haber sido educada así, porque se me dio la opción de conocer la religión y luego decidir, opción que ahora en la mayoría de casas no existe, pero no puedo hacer más, lo que no se siente es imposible hacerlo aparecer, para quien si lo sienta pues me alegro mucho por ellos, cualquier cosa que transmita paz y amor siempre es bienvenida.
Besitos
Yo si te comprendo, siento lo mismo que tú. Te he mandado un mensaje, espero tu contestación. Besos
ResponderEliminarAna
Creo que somos afortunadas. Un beso.
EliminarYo también fui a misa aproximadamente hasta los catorce años y luego lo dejé hasta hace cinco, hasta los cuarenta. Sólo iba por Navidad y Pascua. Si me hubieran dicho entonces que iba a sentirme tan a gusto, no me lo hubiera creído. Supongo que cada cual tiene su propio camino. Un beso.
ResponderEliminarY en la iglesia está Jesús presente en el Sagrario, real y verdaderamente, no es un símbolo, una alegoría. ¡Qué mejor compañía!.
ResponderEliminarDesde luego. Un beso.
ResponderEliminarUy sí, tienes pinta de haber pasado una vida traumatizada, sí. Venga ya, hombre. Yo he recibido palizas, me han violado, acoso laboral, entre otras muchas cosas. Tengo 29 años y de todas las depresiones he salido sola. Y vienes tú a decir que ohhh te han dado muchos palos en la vida y gracias a Dios ahora estás mejor. Pero qué tonta eres....Lo que de verdad tiene mérito es salir de todo eso por tus propios medios, y no como tú, que se basa en terapias y en cuentos infantiles para no dormir ¬¬
ResponderEliminarTú no tienes ni idea de qué experiencias he tenido yo, porque no las cuento aquí. De todas maneras, no depende tanto de lo que te pase como de lo sensible que seas. Y no he dicho que esté mejor gracias a Dios. Lo que digo es que, a pesar de haberme vuelto una persona muy dura, mi Fe me permite despojarme de esa coraza y mantener la esperanza en un mundo mejor. De todas maneras, creo que un psicólogo te ayudaría mucho porque está claro que estás cargada de resentimiento.
EliminarYo creo que todos nos vamos endureciendo en el camino; yo he tenido una vida muy cómoda desde muchos puntos de vista, pero nadie sabe lo que carga una, más que una misma... en la medida de lo posible, lo sabe la pareja si se le comparte; así que supongo que todos necesitamos espacios donde "dejar la carga" para estar en paz. Yo encuentro ese lugar, habitualmente, en mi casa, y trato de "crearlo" en versión "para llevar" (para llevar conmigo); pero en los momentos más difíciles, un templo ha sido justo el lugar que necesitaba...
ResponderEliminarEso es exactamente lo que quería decir. Nadie sabe la carga que llevamos cada uno encima y yo la suelto en mi parroquia. Un beso.
EliminarMuy bonito lo de la comunidad de vida, Susana.
ResponderEliminarLo siento así. Un beso.
EliminarHOy me acordé de ti. Nos aconteció una noticia familiar muy triste...y me he visto a las 7 de la mañana rezando para mis adentros en el autobus.....Un beso Susana
ResponderEliminarYo rezo a todas horas. Te acompaño en el sentimiento. Un beso.
EliminarCualquier sitio que te de paza y seguridad es bueno.
ResponderEliminarSoy católica practicante, pero donde encuentro paz, seguridad y siento que estoy en casa es precisamente ahí, en casa.
Besazo
En casa soy yo misma, pero la paz auténtica la encuentro en la parroquia. Un beso.
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