Se me ha roto la lavadora y me he comprado
otra. Hasta ahí, normal, pero es que mi lavadora tenía dieciocho años y no le
funcionaban dos programas y la puerta perdía agua. Sin embargo, no he querido
deshacerme de ella hasta que se ha roto del todo.
Quiero decir que me niego a caer en el consumismo,
que ya sé que hoy en día te conceden varios créditos a la vez incluso por
teléfono. Pero luego ese dinero hay que devolverlo y estás entrampado siempre.
Mucha, muchísima gente sigue ese sistema.
Mis hijos, contagiados de las costumbres,
llevan meses pidiéndome una televisión de pantalla plana, porque la nuestra la
verdad es que ya da bastantes problemas. Pero, me niego. No voy a comprar un
televisor porque sí, ni una nevera. Prefiero esperar a la ocasión apropiada,
una buena oferta, o cuando no tenga más remedio.
Las cosas que se consiguen con esfuerzo, a lo
que iba, se disfrutan mucho más, que si yo voy ahora y me compro todo de golpe.
La cultura del esfuerzo, le llaman a eso, y
tienen razón. Los jóvenes y especialmente los adolescentes están perdiendo esa
cultura y se creen que pueden conseguirlo todo tirando de tarjeta de crédito.
Pero a la hora de la verdad, un puesto de trabajo por ejemplo no se compra, ni
una amistad, ni las buenas notas en el colegio.
Me acuerdo de que antes ahorraba la gente y
así se compraban cosas. Es verdad que los pisos estaban más baratos, pero es
que la gente también había ahorrado para la entrada y así era más fácil. Cada
cosa nueva que conseguías con tanto esfuerzo la disfrutabas al máximo. Ahora
los profesores no se atreven a subir el nivel de las clases porque saben que no
podrían aprobar a nadie. Incluso en la universidad han tenido que bajar los
niveles mínimos. El problema es que ni los licenciados de
ahora son como los de antes, ni los electrodomésticos tampoco son tan buenos.
Es más fácil de conseguir, pero tiene menos valor.
Cualquier tiempo pasado fue mejor ... puede; pero hay que mirar al futuro.
ResponderEliminarLo que se consigue sin esfuerzo no es igual. Un beso.
EliminarLa lavadora a mi madre le duró toda la vida de su crianza de los 9 hijos!!! un beso
ResponderEliminarLa de mis padres también duró unos treinta años. Un beso.
EliminarBueno, ya sabes mi opinión y que te voy a dar la razón, el consumismo feroz fue una estupidez y una trampa en la que cayeron muchos, muchísimos, no todos, y yo no les quito responsabilidad, pero como soy una cabezona y al hilo de mi post, aprovecho para remarcar otra vez, que siendo todo ésto cierto, lo que no se puede es acusarseles de haber provocado la crisis.
ResponderEliminarBesitos
bueno, la crisis es muy compleja, ya sabes. Depende de muchos factores. Un beso.
EliminarPero pagar un crédito también requiere esfuerzo. El crédito es un motor de la economía y del progreso, desde que el mundo es mundo. Y es una manera de no tener que subvencionar bienes y servicios. Reponer una lavadora o un televisor que se ve mal no es caer en el consumismo, es tratar de vivir mejor y más cómodamente. En mi opinión.
ResponderEliminarYo no digo algo que funcione mal, sino cambiar porque sí de electrodoméstico, porque ha salido uno más nuevo, más grande o más llamativo. Un beso.
EliminarClaro, ¿por qué comprar nada más porque el otro quiere vender? Pero tener una cosa más bonita, más cómoda, es parte de lo que da calidad de vida. La cosa está en usar los créditos responsablemente y mirar la letra pequeña -yo no lo he hecho muy bien... pero voy corrigiéndome-.
EliminarCalidad de vida es pasar más tiempo con los tuyos. Comprar es más bien una forma de buscar placer inmediato, como la ludopatía. Un beso.
EliminarLos niños se sorprenden de que escatimes el gasto pudiendo sacar el dinero de la pared con una tarjeta de plástico. El problema es que crecen y siguen pensando lo mismo.
ResponderEliminarBesos.
A mí me siguen pidiendo dinero como si tuviera en casa la máquina para hacerlo.:) Un beso.
Eliminarwaoo tienes razon , los jovenes de ahora estamos callendo en eso , yo queria un plasma , pero mi papa dice que no , que todavia la tv de nosotros sirve , para que gastar sin necesidad .
ResponderEliminarTodos tenemos esas tentaciones. Lo difícil es resistirse. Un beso.
EliminarHola Susana, precisamente leo tu post justo cuando no funciona el termostato de mi lavadora que solo tiene poco mas de 2 años, a al mismo tiempo compre un horno nuevo y tampoco funciona el termostato, para colmo el lavajillas tampoco y en menos de 3 años, las de antes si que eran buenas pero hoy las preparan para que se rompan a los 2 años.
ResponderEliminarbuen fin de semana.
un saludo.
La última lavadora que compré apenas me duró tres años. Es una vergüenza. Un beso.
EliminarEl esfuerzo es algo que valoro mucho y tengo en cuenta. Tu post refleja mi gorma de vivir.
ResponderEliminarMe alegro. Así se llega lejos. Un beso.
EliminarYo también ahorro para comprar. No me gustan los plazos.
ResponderEliminarBesazo
Yo he comprado alguna cosa a plazos, pero en pocas cuotas. Un beso.
EliminarHola Susana. Mi opinión es que sí puedes hacer uso de la tarjeta no abuso. O sea te compras algo a crédito y terminas de pagarlo para luego comprar otra cosa. Porque si te pones a esperar para tener dinero ahorrado te pasas la vida entera. También es bueno darse un gusto, pero siempre siendo consciente de los gastos. Besos!!
ResponderEliminarNo puedo decir que yo no use la tarjeta de vez en cuando, pero para comprar cosas necesarias. El problema es cuando te encaprichas de todo lo nuevo que sale al mercado y te olvidas de que los créditos hay que devolverlos. Un beso.
EliminarSoy de tu misma opinión. Consumo cuando lo preciso. Ahora carezco de dinero, así que sólo compro lo imprescindible. Yo tengo una TV de 14 pulgadas y menos mal que no me gusta el fútbol porque los jugadores asemejan a liliputienses. No obstante, me haría falta una pues unos días se ve todo verde (todos parecen enfermos) o rosa. De momento, no se puede. Buen fin de semana.
ResponderEliminarYo también tengo una tele de 14 pulgadas y me basta con eso. Será porque me acuerdo todavía de las de blanco y negro. Un beso.
ResponderEliminarEs que habíamos llegado a un punto que no le dábamos valor a las cosas. Todo era gastar y gastar y ahora están cambiando un poco las cosas. Los chicos ya no valoran nada y es muy dificil hacerles cambiar de opinión por como les hemos educado. Besos
ResponderEliminarAna
Ahora creen que el dinero crece en los árboles, que les digo yo. Un beso.
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