Deberíamos venir programados desde niños para aceptar la muerte, igual que aceptamos la necesidad de respirar, alimentarnos o evacuar. Es algo natural e ineludible. ¿Entonces por qué no aceptamos que tenemos que morir?, y lo que es mucho peor, que las personas que nos rodean también tendrán que hacerlo y todos los seres vivos. Incluso cuando se trata de alguien tan mayor y tan acabado ya como era mi padre, que en paz descanse, cuesta mucho hacerse a la idea. Han pasado más de dos meses y aquí sigo pensando que está sentado en su sillón viendo la tele. Sólo cuando entro en la habitación y no le veo comprendo que mi mente me engaña.
Para alguien con fe debería ser un consuelo pensar que sólo la carne ha muerto y el espíritu sigue vivo. Y lo es hasta cierto punto, pero sólo hasta que uno sigue echando de menos el contacto físico, las miradas, las palabras del que ya no está. Y sus cosas siguen distribuidas por toda la casa. Su coche sigue aparcado en la calle. La música que le gustaba seguirá sonando. Los sitios por donde paseaba siguen ahí y otras personas pasearán por allí sin sentirlo. Y algún día también nosotros no seremos más que un conjunto de objetos y recuerdos. Cuanto antes aprendamos a asumirlo tanto mejor. Sin embargo, me temo que es superior a nuestras fuerzas.
No hablamos de la muerte, evitamos el contacto de los jóvenes con todo lo que tenga que ver con ella.... No nos acordamos de lo frágiles que somos hasta que a alguien muy cercano le toca entrar en un hospital o similar.
ResponderEliminarPero si conozco gente que, gracias a su Fe, a una visión "sobrenatural" de la vida, aceptan la muerte con mucha naturalidad. Deberíamos aprender. Pero somos muy muy humanos.
Me temo que yo nunca voy a aprender eso. Hace una semana murió un profesor de mis hijas con cincuenta años de un infarto. Todavía estoy impresionada pero me temo que no puedo asumirlo. Un beso.
EliminarSupongo que es una cuestión cultural, porque en otras culturas se lo toman de otra manera e incluso es motivo de regocijo.
ResponderEliminarNo obstante, me parece de lo más normal que nos ponga tristes pensar que no podemos disfrutar de la compañía de un ser querido, ni verlo más, lo contrario sería lo raro, creo que más que asumir la muerte debemos asumir que es normal sentirnos tristes y tratar de alguna manera de amortiguar esa tristeza pero sin negarnosla.
Besos
Es normal sentirse triste pero desde luego hay quien sabe llevarlo mejor que otros. Me gustaría conocer el secreto. Un beso.
EliminarNos resulta difícil aceptar la muerte, es lógico, pero lo es más todavía cuando los que se nos van son aún jóvenes, porque con la edad, vamos asimilando mejor el día que los mayores tengan que irse, sentimos mucho dolor por los que se van, pero se sobrelleva con otra resignación.
ResponderEliminarMe gustaría poder asimilarla con mucha naturalidad, pero a eso aún no he aprendido.
Besos apretaos, Susana
Es cierto que la edad marca la diferencia, pero el problema es que yo recuerdo a mi padre cuando todavía estaba bien, no cuando ya no se sostenía en pie. Un beso.
EliminarLa muerte siempre se ha vivido y aceptado con naturalidad, Susana. Es ahora cuando no se acepta.
ResponderEliminarEs normal echar de menos a las personas que quieres cuando ya no están.
ResponderEliminarbesazo
Gracias a todos. Un beso.
ResponderEliminarME PARECE BUEN ARTICULO
ResponderEliminarBienvenida. Un saludo.
EliminarAbrazo, Susana.
ResponderEliminarNo lo asumimos, sencillamente es así, y nunca lo asumiremos porque los humanos necesitamos el contacto y la relación física. Ana
ResponderEliminarEs cierto. Un beso.
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