Este refrán me recuerda a una frase de Jesucristo, cuando dice que no se puede servir a Dios y al dinero. Realmente una de las cosas que peor llevo en la vida es la hipocresía. La gente que quiere dar una imagen agradable mientras resulta que por detrás te está poniendo verde me parece repugnante. Una casa con dos puertas es más accesible a los ladrones. Ése es el sentido del dicho. También una persona que intenta contentar a todos acaba por por no contentar a nadie. Yo creo que uno de los pilares de mi vida es ser consecuente, le guste a quien le guste. No pretendo quedar bien, aunque a veces no estaría mal que lo intentara.
Por eso este blog nunca será muy popular, ni yo soy persona de muchos amigos, y a veces lo lamento. Pero cada cual no puede evitar ser como es. Yo no soy casa de dos puertas. No sirvo a Dios y al dinero, o eso pretendo. Mi trabajo en voluntariado me ha enseñado que desgraciadamente la mayor parte de lo problemas de la humanidad han sido causados o agravados por intereses económicos. Tanto las guerras como las hambrunas, o también la promoción del aborto, ocultan detrás personas que se benefician de las desgracia ajena. Por eso hay que tener mucho cuidado de saber cuál es de verdad tu leit motiv, tu puerta en la vida, lo que realmente quieres lograr.
Es cierto, lo importante es lo que quieras ser en la vida.
ResponderEliminarBesazo
Y ser consecuente, no querer estar "al caldo y a las tajadas". Un beso.
EliminarSí; yo creo que podemos darle espacio a muchas cosas, pero hay que saber a qué le vamos a dar prioridad, para estar advertidas en caso de conflicto.
ResponderEliminarHay que tener un objetivo claro aunque luego te permitas experimentar un poco. Un beso.
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