Amor y sexualidad

Hacer el amor, como su nombre indica, supone un sentimiento profundo entre el hombre y la mujer. Por supuesto, existe el sexo sin amor, como existe el amor sin sexo. Sin embargo, hay quien intenta justificar sus relaciones sexuales diciendo que está enamorado, aunque realmente sólo se trate de simpatía o amistad, o a veces ni siquiera eso. Lo importante es no engañarse a sí mismo y saber distinguir el amor de otros sentimientos. No dudo de que el sexo sin amor sea agradable, pero le falta lo mejor: la sensación de ser uno en cuerpo y alma con la persona a la que amas. La pasión es una parte importante del sexo, pero también lo es la ternura, y esa nace de las necesidad de transmitir amor por todos los poros de la piel.

Una mirada, un beso en la mejilla, pueden ser más eróticos que la postura más sofisticada, porque reflejan el amor que nutre la relación mejor que cualquier manual teórico No hacen falta estimulantes ni artilugios artificiales cuando una pareja se deja llevar por un sentimiento profundo de confianza, complicidad y cariño. La naturaleza sabe hacer muy bien su trabajo. Por eso, pretender que el sexo pueda ser una materia más para niños, sin vincularlo al amor, supone privarlo de su esencia y convertirlo en un ejercicio gimnástico más. No dejemos que nos convenzan de que hacer el amor es sólo eso. Sería como pretender reducir el universo al sistema solar. Hay mucho más detrás de la relación íntima de una pareja. Es la culminación de la entrega  total al otro, que supone la expresión máxima del amor.