Significa que ha llegado el momento de que algo suceda o llegue a su fin. Por ejemplo, ya va siendo hora de que deje de tomar las pastillas para la depresión, que llevo cuatro años, pero no me atrevo. Ya va siendo hora también de que termine esta tanda de dichos y expresiones, y estoy en ello. Esta semana salen ya los últimos. Después publicaré otro libro que no comprará nadie más que yo como de costumbre y así se repite la historia. Casi todas las cosas tienen un principio y un fin y no conviene demorarlo. La verdad es que aún tenía posts para unos meses más pero cuando llega el momento no sirve de nada negarlo.
Aunque lo cierto es que estos últimos meses el blog ha tenido un buen aumento en el número de visitas, las cuales espero que me sigan en mi nueva andadura. Supongo que se debe especialmente a los artículos de política y a la situación española, pero algún mérito tendré también, espero. De manera que se podría pensar que no es el momento más oportuno para dejarlo pero la verdad es que ya no tengo fuerzas ni ganas para seguir luchando contra los elementos. Prefiero relajarme una temporada y dejar que las cosas sigan su curso (otra expresión). Nadie es imprescindible y yo menos todavía.
Se trata de un intento de volver a empezar en el mundo de los blogs. Pretende ser de nuevo un diario personal donde volcar reflexiones y compartir experiencias.
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Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña
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jueves, 27 de agosto de 2015
viernes, 20 de junio de 2014
Escribir sobre escribir
No me acuerdo sobre qué iba a escribir hoy, así que aprovecharé para hablar de mi nuevo libro. Se va a llamar los peligros del matrimonio y viene a ser una guía para ver qué situaciones se deben evitar si es posible tras la boda y cuáles actitudes en cambio ayudan a seguir casados. La verdad es que no me cuesta nada escribir cuando tengo el tema en la cabeza, pero en cambio soy incapaz de escribir ficción. Más bien se podría decir que transcribo mis pensamientos, con mejor o peor fortuna. Por eso nunca me quedo sin palabras sino que podría escribir sin parar horas enteras. No tengo el típico bloqueo del escritor.
Tampoco me puedo considerar realmente escritora, pero a lo tonto llevo ya doce libros publicados. La idea del matrimonio viene de que he leído que hay muchas separaciones en España, una cada treinta segundos según la última información. La verdad es que no me explico cómo la gente se sigue casando todavía con ese porcentaje de fracasos tan alto. Tal vez todos piensan que a ellos no les va a ocurrir, como suele pasar. El caso es que ocurre con una frecuencia alarmante. De seguir este ritmo pronto no quedarán apenas parejas casadas; no al menos menores de cincuenta años. He pensado que tenía que contribuir a frenar esta sangría; así que escribir este libro viene ser la manera de aportar mi granito de arena, aunque me da mucha pereza.
Tampoco me puedo considerar realmente escritora, pero a lo tonto llevo ya doce libros publicados. La idea del matrimonio viene de que he leído que hay muchas separaciones en España, una cada treinta segundos según la última información. La verdad es que no me explico cómo la gente se sigue casando todavía con ese porcentaje de fracasos tan alto. Tal vez todos piensan que a ellos no les va a ocurrir, como suele pasar. El caso es que ocurre con una frecuencia alarmante. De seguir este ritmo pronto no quedarán apenas parejas casadas; no al menos menores de cincuenta años. He pensado que tenía que contribuir a frenar esta sangría; así que escribir este libro viene ser la manera de aportar mi granito de arena, aunque me da mucha pereza.
sábado, 26 de abril de 2014
Película Love happens
Vi esta película en videoclub el otro día y me gustó mucho. Es muy real y muy bonita. Trata sobre un hombre que da charlas de motivación para personas que han perdido a un ser querido y, sin embargo, él no ha superado la muerte de su mujer. Me recordaba a cuando algunos me dicen que cómo he podido yo escribir un libro llamado Mi gran secreto de la felicidad, si estoy en tratamiento por depresión. Comprendo que suena absurdo pero cuando lo escribí no estaba deprimida. Además, como sucede en la película, se puede conocer la fórmula y aun así no ser capaz de aplicarla a tu propia vida. Son cosas que pasan.
El caso es que el protagonista es muy bueno en su trabajo y consigue ayudar realmente a la gente que acude a él con sus problemas. Me gustaría pensar que mis opiniones también sirven a alguien en las múltiples circunstancias que atraviesa la vida de una persona. O al menos siempre podrían servir de mal ejemplo... Yo creo en el amor. Soy una romántica empedernida, tal vez porque aún sigo estando enamorada. Así que me gustan esta clase de películas sentimentales con final feliz. Si os gustan también, os recomiendo esta película que os hará pensar y pasar un rato agradable, y que deja un buen sabor de boca, aunque es agridulce, como la vida.
El caso es que el protagonista es muy bueno en su trabajo y consigue ayudar realmente a la gente que acude a él con sus problemas. Me gustaría pensar que mis opiniones también sirven a alguien en las múltiples circunstancias que atraviesa la vida de una persona. O al menos siempre podrían servir de mal ejemplo... Yo creo en el amor. Soy una romántica empedernida, tal vez porque aún sigo estando enamorada. Así que me gustan esta clase de películas sentimentales con final feliz. Si os gustan también, os recomiendo esta película que os hará pensar y pasar un rato agradable, y que deja un buen sabor de boca, aunque es agridulce, como la vida.
viernes, 7 de marzo de 2014
Libros y revistas
Hace tiempo que he llegado a la conclusión de que, si quieres tener una columna de opinión en una revista tienes que haber vendido libros; y si quieres vender libros, tienes que escribir en una revista. Es la pescadilla que se muerde la cola. La única manera de salir de este ciclo sin fin es mediante conocidos, que yo no tengo. Así que me temo que nunca volveré a publicar una columna, a pesar de que tengo más de diez libros editados. Pero no es lo mismo que vendidos, que son sólo dos. Eso sí, las descargas gratuitas funcionan de maravilla, pero cuando se trata de pagar no pica nadie, aunque sea por un precio irrisorio.
Como ya he renunciado a comprender a qué se debe esto, me limitaré una vez más a publicitar mis libros, como hago periódicamente. Están a la venta en Bubok.es y el primero de ellos es inédito: Mi gran secreto de la felicidad
Los otros enlaces están en el lateral de mi blog. Por intentarlo una vez más que no quede. Un grano no hace granero pero ayuda al compañero.
Como ya he renunciado a comprender a qué se debe esto, me limitaré una vez más a publicitar mis libros, como hago periódicamente. Están a la venta en Bubok.es y el primero de ellos es inédito: Mi gran secreto de la felicidad
Los otros enlaces están en el lateral de mi blog. Por intentarlo una vez más que no quede. Un grano no hace granero pero ayuda al compañero.
lunes, 28 de octubre de 2013
Consejos vendo, que para mí no tengo
Ésta es una frase que he conocido hace poco. No es de las que utilizaba en mi infancia. Pero se me puede aplicar perfectamente. Yo escribo un blog donde opino sobre diferentes situaciones de la vida, desde la niñez a la vejez, y sin embargo he estado en tratamiento por depresión, sufro de ansiedad e incluso he visitado a una psicóloga. Mis propios consejos a menudo a mí no me sirven. Domino la teoría pero me falla la práctica. Especialmente, hace años escribí muchos post sobre la crianza y la educación de los niños y tengo que reconocer que mis recetas sólo me han funcionado en un sesenta por ciento, es decir en dos de tres.
Tengo un libro que se llama Mi gran secreto de la felicidad y de hecho era feliz cuando lo escribí. Fue antes de las depresiones. Ahora tampoco es que sea desgraciada realmente, pero digamos que no acabo de encontrarme bien del todo. El caso es que yo pienso que los consejos que vendo son adecuados. El problema no es tanto el método sino las circunstancias. Me refiero a que resulta difícil sentirse satisfecho cuando tus padres están viejos y enfermos. Haría falta realmente ser un gran cínico para que no te afecte. Así que realmente no se trata tanto de que los consejos funcionen en sí mismos sino de que seas capaz de aplicarlos.
Tengo un libro que se llama Mi gran secreto de la felicidad y de hecho era feliz cuando lo escribí. Fue antes de las depresiones. Ahora tampoco es que sea desgraciada realmente, pero digamos que no acabo de encontrarme bien del todo. El caso es que yo pienso que los consejos que vendo son adecuados. El problema no es tanto el método sino las circunstancias. Me refiero a que resulta difícil sentirse satisfecho cuando tus padres están viejos y enfermos. Haría falta realmente ser un gran cínico para que no te afecte. Así que realmente no se trata tanto de que los consejos funcionen en sí mismos sino de que seas capaz de aplicarlos.
viernes, 24 de mayo de 2013
Fin de una etapa
Me he comprado un libro nuevo pero no me animo a empezarlo. Tengo posibilidad de un viaje pero no sé si debería hacer planes con la situación de mi padre. Mis hijos están de exámenes y mientras uno se juega el aprobado otras pelean por el sobresaliente. Mi gato sigue sin vacunar. El trabajo de mi marido ya no es tan seguro como antes. Ya lo he dicho alguna vez. Hay épocas en la vida en que parece que todo permanece en un "impasse" y yo llevo mal esas situaciones, de siempre. Esperando un desenlace. Sin guardar la ropa de invierno ni sacar la de verano. Sin saber si el próximo año tendré o no clase en la escuela de idiomas...
Como sufro de ansiedad, a menudo me dan ganas de tumbarme en la cama y no pensar en absoluto. De mis dos años en técnicas de relajación saqué una facilidad enorme para desconectarme. Pero sé que no es la solución, ni tampoco comer dulces, aunque me vuelva loca. Además el gatito no me deja quedarme tumbada. Así que estos últimos meses del curso se me están haciendo interminables. Luego lamentaré no haberlos disfrutado más. Pero así son las cosas... Y mientras en el blog tampoco consigo hilar temas novedosos ni encuentro ninguna actividad alternativa. Luego vendrá todo de golpe. Es lo que suele ocurrir.
Como sufro de ansiedad, a menudo me dan ganas de tumbarme en la cama y no pensar en absoluto. De mis dos años en técnicas de relajación saqué una facilidad enorme para desconectarme. Pero sé que no es la solución, ni tampoco comer dulces, aunque me vuelva loca. Además el gatito no me deja quedarme tumbada. Así que estos últimos meses del curso se me están haciendo interminables. Luego lamentaré no haberlos disfrutado más. Pero así son las cosas... Y mientras en el blog tampoco consigo hilar temas novedosos ni encuentro ninguna actividad alternativa. Luego vendrá todo de golpe. Es lo que suele ocurrir.
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