He sufrido durante estos días la proliferación anual de anuncios de colonias, los cuales suelen ir dirigidos, según parece, a jóvenes de ambos sexos desinhibidos y muy agraciados físicamente. No me explico nunca como las feministas no protestan sobre este tipo de publicidad. Tal vez porque las mujeres han pasado de ser sujeto pasivo en los anuncios a parte muy activa de los mismos. Ahora la promiscuidad sexual se presupone en ambos casos y también la posibilidad de acabar acostándose con un desconocido simplemente porque te gusta el aroma de su colonia, ya que esa es la base intelectual de esta clase de publicidad, y cada año crece y se reproduce más y más. Se ve que funciona.
Yo que no he sido nunca de usar colonias, no me explico cómo hay tanto negocio detrás. Supongo que es un regalo cómodo de hacer y sin complicaciones. Luego, el agraciado utiliza el envase un par de meses y se queda olvidado en algún rincón de un armario, y así hasta el año que viene. Sin embargo, yo creo que debería limitarse este tipo de anuncios al menos fuera de la franja horario teóricamente protegida para los niños. Además, la mayoría de ellos ofrecen una imagen de la mujer como alguien predispuesto al sexo, como una hembra perpetuamente en celo. Qué fue de la igualdad, de la capacitación profesional, de la independencia y tantos otros temas con que nos bombardea la ideología de género. Cuando entra el dinero, todo desaparece.
Increibles algunos anuncios....cierto Susana, pero yo debo reconocerte que me gusta mucho oler a mi colonia...Un beso
ResponderEliminarPero no creo que la compraras por el anuncio.:) Un beso.
ResponderEliminarNo os perdáis el anuncio del lateral. Dice: quiero que mi marido me preste más atención. ¿Tienen un perfume que huela a ordenador?;)
ResponderEliminarYo es que no entiendo los anuncios con ese mensaje de sexo tan fuerte. Para echarse un buen perfume no hace falta menearse de ese modo frente al espejo. Digo yo. Besos
ResponderEliminarAna
Yo tampoco los entiendo. Un beso.
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