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Nubes sobre el Mar

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Cuadro pintado por mi hija pequeña
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martes, 26 de mayo de 2015

Tirar la casa por la ventana

Significa gastar más dinero del que te puedes permitir o lanzarse a una aventura incierta. Cuando escribí el otro día sobre estar con el agua al cuello, luego me sentía un poco culpable por quejarme cuando al fin y al cabo a mí nunca me ha faltado lo imprescindible. Si ando mal de dinero es por otros motivos, porque tiro la casa por la ventana en cosas que pueden parecer innecesarias. Por ejemplo, en haberles pagado un colegio privado a mis hijos, pero es algo que me resulta esencial según mi manera de pensar, el dinero gastado en educación y sanidad nunca es dinero malgastado, aunque sólo sea por tener una cama extra en el hospital.

Mi marido y yo siempre hemos estado de acuerdo en esa clase de cosas, y cuando surgió la oportunidad de comprar otra casa en un pueblo tampoco lo pensamos mucho, porque siempre había sido nuestro sueño dorado. Y ahora que ha pasado ya un año creo que hicimos bien, aunque visto desde fuera pueda parecer que estamos un poco locos. Una cosa es no tener dinero por que no lo ganas, porque no trabajas o lo que sea; y otra no tenerlo porque lo gastas en temas que a otros tal vez les parezcan tonterías. Me temo que haya podido dar esa impresión, pero a nosotros nos compensa tirar la casa por la ventana de vez en cuando.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Pillarse los dedos

Significa calcular mal en algún asunto y tener un mal resultado. Por ejemplo, si no llegas a fin de mes porque has gastado demasiado, se puede decir que te has pillado los dedos. Nosotros nos hemos pillado los dedos al comprar la casa nueva porque andamos muy justos de dinero, pero la verdad es que como ya tenemos costumbre, tampoco nos importa demasiado. Primero por la compra del coche, luego por el colegio de los niños y ahora por la casa, la verdad es que siempre estamos con el agua al cuello. Pero para nosotros tener sanidad y educación privada siempre ha sido un lujo necesario. Sin embargo, nos moderamos en otras cosas, como la tecnología.

Estuvimos años sin poder comer fuera de casa, ni tomarnos una cerveza en una terracita (con lo que me gusta a mí eso), ni viajar apenas. Incluso tuvimos una caravana e íbamos de camping en verano para ahorrar, aunque también nos gustaba ese tipo de vacaciones. Luego íbamos de apartamento, a pesar de que eso para mí no era descanso, ya que tenía que hacer más cosas que en mi casa, como fregar los cacharros. Sólo los últimos años hemos empezado a viajar de hotel (menos tiempo). Quiero decir que, el que algo quiere, algo le cuesta. Y si no quieres pillarte los dedos tienes que saber administrarte. Eso lo sabían bien nuestros abuelos.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Los recortes o, de donde no hay no se puede sacar

En plena precampaña ya para las elecciones autonómicas y municipales resulta que la oposición no esgrime más argumento que los recortes en sanidad y educación. Pero lo absurdo del caso es que esos recortes no hubieran tenido nunca lugar si no fuera porque el Psoe de Rodríguez Zapatero nos llevó en ocho años del superavit a la ruina. Es decir, que la política de subvenciones de su gobierno fue precisamente la que tuvo la culpa de que estuviéramos al borde de la intervención económica de la Ue. Y es que hay algo muy evidente que parece que muchos no entienden: no se puede gastar más dinero del que se ingresa.

En España hemos sido la envidia del mundo por nuestro sistema sanitario, hasta el punto de que muchos extranjeros venían a operarse a nuestro país. Eso sólo era viable cuando sobraba el dinero. En el momento en que incluso las pensiones y los sueldos de los funcionarios empezaban a peligrar, no hubo más remedio que empezar a recortar prestaciones gratuitas. En la educación también se invertían cantidades ingentes de dinero, que sin embargo no servían para mejorar el nivel educativo. La clave está en invertir menos pero correctamente. La solución no está en gastar más dinero sino en saber dónde y cómo gastarlo.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Erasmus: en no comiendo vamos sacando para los gastos

Me he acordado de esta frase esta semana y me estaba haciendo gracia, aunque me temo que es bastante real. Está feo que me queje con el sueldo que tiene mi marido pero, la verdad es que entre la casa nueva y mi hija de Erasmus, estamos con el agua al cuello. Porque resulta que la beca no ha llegado todavía ni se la espera y han pasado ya tres meses... A este paso la recibiremos cuando ella haya regresado. Resulta preocupante que el estado no tenga dinero para pagar las becas, pero además es un problema importante para las familias que no pueden permitirse mantener a sus hijos en el extranjero. Es un tema muy serio.

Supongo que algunos habrán tenido que volverse a España. De todas maneras, si no estaban seguros de contar con el dinero más valía que no hubieran ofrecido tantas becas. Hay que ser un poco realista. Es lo mínimo que espera uno del gobierno. Lo que no puede ser es que se comprometa el dinero antes de saber si lo tienes. Al menos confío en que antes de acabar el ejercicio anual, en diciembre, no tengan más remedio que pagar los gastos. Porque de no ser así me temo que vamos a pasar unas navidades estrechas. Pero ya digo, que todo lo malo fuera eso. Al menos espero que no falte dinero para sanidad y para las pensiones.

sábado, 11 de octubre de 2014

La sanidad pública española

En España, desde el franquismo, teníamos la mejor seguridad social del mundo. Gratuita y universal. En otros países de Europa como Francia, por ejemplo, se pagan las consultas y las recetas y a nadie le parece extraño. Naturalmente, quien no cotiza no tiene derecho a seguro médico. Aquí los inmigrantes ilegales, es decir, sin papeles, sí tenían derecho a la sanidad pública. Eso era insostenible. Ahora siguen teniendo acceso a urgencias hospitalarias. Pero no es lógico que a una persona que no debería estar en el país, que debería ser expulsado, se le esté pagando la medicina. Para eso existen organizaciones de caridad.

Yo soy la primera que siento que ya no haya cobertura universal gratuita, pero es que es insostenible en la situación actual. Si apenas llega el dinero para pagar las pensiones, cómo vamos a atender a los que no cotizan. Es así de claro, de donde no hay no se puede sacar. Igual que si en una familia no llega el presupuesto, hay que limitar gastos. Y no me vale la razón de que existen políticos corruptos. Porque unos pocos hagan trampas con el dinero no quiere decir que todos podamos hacer lo que nos dé la gana. Espero fervientemente que la situación española mejore y podamos recuperar la SS. Pero entretanto, no sirve de nada protestar.

miércoles, 1 de enero de 2014

A caballo regalado no le mires el diente.

Este refrán viene de la costumbre de mirarle la dentadura a los équidos para comprobar su edad y su estado físico. Así que se refiere a no ser demasiado exigente con aquello que has conseguido sin esfuerzo alguno, porque te lo han dado. Naturalmente, de bien nacidos es ser agradecidos y queda muy mal quejarse de los regalos incluso aunque sepas que no han hecho ningún esfuerzo por agradarte, que a veces sucede. En esta época que vivimos de tanto obsequio forzoso no es extraño que el regalador no acierte o que el regalado no quede satisfecho, aunque sólo sea porque ya tiene ese producto y repetido varias veces.

Sin embargo, yo llevaría este refrán por otros derroteros, como me gusta hacer siempre y quiero referirme a la educación y la enseñanza pública. Hay quien piensa que todo lo que viene del estado es un regalo. No es así. Lo pagamos con nuestros impuestos. Por tanto, resulta lógico que seamos exigentes con los resultados y que no nos conformemos con cualquier cosa. Es bien conocida la costumbre de algunos funcionarios de esforzarse al mínimo, porque total, van a cobrar igual a fin de mes. Pero cuando se trata de la salud y la educación deberíamos exigir lo máximo posible incluso aunque lo consideremos algo sobreentendido.

martes, 23 de julio de 2013

Perro ladrador poco mordedor

Se suele dar la norma de que la gente que se pasa el día quejándose, digamos que se le va la fuerza por la boca, otra expresión. Mientras que aquellos que nunca dicen nada a la larga pueden dar más problemas. Forma parte de la personalidad de cada uno ser de los que todo lo hablan o de los que se quedan meditando hasta que toman una decisión. Hoy en día está de moda en España salir a la calle a protestar por cualquier tema, incluso si no se conoce realmente de qué se está hablando. Ocurre con las reformas económicas de la sanidad y la educación. Antes de opinar sobre un tema tan complicado habría que ser capaz de informarse a fondo.

Sin embargo, eso de salir a ladrar es algo muy atrayente, especialmente en los meses en que hace buen tiempo. Más difícil es que protesten en pleno verano o invierno, como se puede comprobar. El problema es que cuando el individuo se convierte en masa, a menudo pierde los papeles y la proporción y acaba cometiendo actos de vandalismo callejero. Hay que tener cuidado, por lo tanto, con la gente que se entusiasma fácilmente por cualquier causa. Son los primeros candidatos para caer en el extremismo. Las algaradas callejeras son como olas, que se sabe como empiezan pero nunca se conoce cómo pueden acabar.

viernes, 22 de marzo de 2013

Público versus privado

Desde que el PP ganó las elecciones, raro es el día en que no tenemos manifestaciones para defender la educación o la sanidad públicas. Me pregunto si antes estaban tan bien y ahora están tan mal, o qué es exactamente lo que ha cambiado. Porque pagar algo por las medicinas es algo que se ha hecho siempre en otros países europeos, pero es que yo llevo toda la vida pagando mis medicinas íntegramente y tampoco me ha pasado nada. Me parece un poco absurdo tener que ir al médico de cabecera cada vez que me duele la cabeza. Además, en nuestro caso, nos pasaríamos más tiempo en el médico que en casa.

Si el PP quiere mejorar la gestión de los hospitales para que no se derroche tanto dinero, me parece lógico, porque cuando llegaron al poder se encontraron las arcas del estado esquilmadas. Por otra parte, en la enseñanza pública también tenían muchos privilegios, cosa que no se reflejaba en los resultados ni mucho menos. No sé cómo se puede defender un sistema que arroja un fracaso escolar del treinta por ciento y unos resultados globales en matemáticas y lengua que son de vergüenza. Claro que, después de saber los conocimientos que tienen los aspirantes a profesores, según se ha sabido hace poco, ya no me extraña nada.

Pero lo que más me molesta de estas manifestaciones no es que defiendan lo suyo, cosa lógica hasta cierto punto. El problema es que cada vez que se manifestan a favor de lo público están atacando lo privado. Por una educación pública y de calidad. Pero si yo soy tan tonta que prefiero pagar dos veces; por una parte la educación y la sanidad pública, y por otra seguro y colegio privado, supongo que es mi problema. Lo malo sería si me negara a contribuir a la educación y la sanidad estatal. Simplemente creo que vale la pena pagar aparte por tener una habitación con cama para acompañante en el hospital y una educación personalizada religiosa para mis hijos. No creo que haga daño a nadie con eso.

martes, 20 de noviembre de 2012

A vueltas con la sanidad española

No quería hablar de estos temas por no perder seguidores pero es que hay veces que acaba una harta de oir declaraciones demagógicas y consignas ideológicas. La sanidad española es una de las mejores del mundo porque es de las pocas universales y gratuitas; claro está, siempre que hayas cotizado por tu trabajo. Lo que no tiene sentido es que sigas teniendo las mismas prestaciones sin cotizar o incluso sin tener la documentación en regla. Que se tenga un servicio sanitario de urgencias está muy bien naturalmente, pero no todas las especialidades. Así sucede que muchos extranjeros europeos residentes de verano en España vienen a operarse aquí porque les sale gratis y en su país de origen no es así.

Porque en otros países europeos sin ir más lejos es habitual pagar por los medicamentos y por las visitas al médico y nadie se rasga las vestiduras. También en España muchos pagamos la Seguridad Social y no la utilizamos porque tenemos seguro médico privado, y no vamos por ahí reprochándole a nadie que vaya más o menos al médico. Por tanto, no veo a qué viene tanta queja contra el gobierno sobre si están estropeando la sanidad o que quieren privatizarla; cuando de momento a nadie le han cobrado por la consulta. Cuando empiecen a hacerlo que protesten, no antes. Lo que está claro es que el estado tiene que reducir gastos porque de donde no hay no se puede sacar. Reclamaciones a Zapatero.

martes, 6 de noviembre de 2012

La huelga general del 14 de noviembre y el Iphone 5

 El esperado iPhone 5 de Apple ha llegado por fin a España y lo ha hecho con fuerza. Cientos de personas hacían cola esta mañana en las dos tiendas que la firma de la manzana posee en Barcelona y Orange asegura haber agotado todos los modelos comercializados a través de su web. expansion.com/2012/09/28/empresas/digitech/1348788641.html. Precio entre 700 y 900 euros.
A mí es que me hablan de huelga general a causa de los recortes del gobierno y me acuerdo del Iphone 5 y me indigno. Porque España es uno de los países del mundo donde se venden más dispositivos electrónicos de última generación. Vas por la calle y ves niños de apenas doce años con su teléfono de 500 euros en la mano. Y luego sus padres se quejan de que tienen que pagar los libros de texto o un euro por receta en la farmacia.

Es que hemos perdido el sentido de la proporción. No es normal tener en el salón un televisor de cuarenta pulgadas, ni un ordenador por miembro de la familia, ni cambiar de teléfono cada seis meses. El consumismo puro y duro se ha convertido en la nueva religión y algunos, aún sin trabajo, se resisten todavía a no poder estar al día de los últimos adelantos de la tecnología. Para eso sí que hay dinero. Y para seguir yéndose de puente, que no queda un alma, y para los bares. Pero cuando se trata de pagar un poco por lo que debería ser lo más importante, es decir, educación y sanidad; entonces se llevan las manos a la cabeza. Así nos van las cosas.

jueves, 24 de mayo de 2012

Un país subvencionado

En los tiempos de las vacas gordas en España, nos acostumbramos a unos lujos que, por habituales, habían dejado de serlo. Por ejemplo, en otros países cercanos la sanidad pública siempre ha sido de copago y las personas que no cotizan no tienen cobertura sanitaria. También la pensión no contributiva es algo extra, aunque a mí personalmente me parezca estupendo. Pero, cuando no hay dinero, hay gastos que uno no se puede ya permitir; empezando por los más superfluos hasta alcanzar los esenciales. Las becas escolares, por ejemplo, siempre habían sido para alumnos aventajados. Ahora basta con una renta determinada y un aprobado general para conseguirlas. No hace falta que explique que hay gente que no declara sus ingresos reales.

En la Escuela de Idiomas, por ejemplo, se paga una cantidad simbólica; la mitad si eres familia numerosa. Por eso, resulta que habitualmente empieza una clase de cincuenta personas y acaban diez. Porque lo que no se paga tampoco se valora. La universidad pública también tiene un precio irrisorio (al menos la carrera de mi hijo). Con ese dinero se paga en una academia sólo un mes de clase. Por no hablar de las subvenciones a sindicatos, partidos, artistas, televisiones, asociaciones... Vamos, que aquí el que no tenía una subvención es porque no quería. Más el número desorbitado de funcionarios públicos. Cualquier ama de casa sabe que no se puede gastar más de lo que se tiene ni vivir del crédito. Se acabaron los tiempos del despilfarro.