Significa hablar claro. Cada vez que oigo esta expresión me trae malos recuerdos de un blog homónimo con el cual tuve problemas cuando andaba discutiendo sobre terrorismo. Resulta que yo, tonta de mí, pensaba que era evidente quiénes eran las víctimas y quién los verdugos en el País Vasco, pero me encontré con la opinión contraria. Cuando pienso en la cantidad de militares, policías y sobretodo guardias civiles que han sido asesinados por eta se me abren las carnes. También hubo civiles, pero menos. Además aquellos servidores de la ley estaban allí haciendo su trabajo, obedeciendo órdenes, cumpliendo la ley y no merecían ese trato.
Más teniendo en cuenta que el sueldo de un guardia civil especialmente es irrisorio. Está claro que su labor es vocacional porque si no no se explica: las horas de trabajo, los turnos, los fines de semana, el frío y el calor y sobretodo el peligro que soportan por poco más de mil euros al mes. Lo policías y militares, poco más según su puesto. Sólo por eso deberíamos estarles agradecidos aunque no hubieran dado su vida por defender nuestra sociedad. Ahora que eta ya no mata, aunque sigue activa, y sus representantes políticos están en todas las instituciones, algunos todavía nos preguntamos si mereció la pena un sacrificio tan ejemplar.
Hoy se conmemora el atentado del 11M. 191 personas murieron entonces. Más de mil a manos de eta, de los cuales trescientos crímenes aún está sin resolver todavía.
Se trata de un intento de volver a empezar en el mundo de los blogs. Pretende ser de nuevo un diario personal donde volcar reflexiones y compartir experiencias.
Vistas de página en total
Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña
Mostrando entradas con la etiqueta Guardia civil. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guardia civil. Mostrar todas las entradas
miércoles, 11 de marzo de 2015
lunes, 9 de febrero de 2015
Hasta el rabo, todo es toro
Curiosa expresión que invita a esperar el final de los acontecimientos. Es decir, a no confiarse con que algo va a seguir de igual manera, cuando puede tener un sesgo inesperado al final. En otras palabras, a no fiarse de las apariencias. Como ya he dicho alguna vez, yo soy una persona de aspecto dulce y con la voz más dulce todavía. De manera que la gente no me toma muy en serio cuando me ven. Es la cruz que me ha tocado. Sin embargo, eso no significa que no sepa defenderme si hace falta. La gente tiende a subestimar mi capacidad y eso es una ventaja, porque no se dan cuenta de que yo también tengo cuernos y sé cómo usarlos.
Eso me recuerda las veces que han llegado a amenazarme por internet y cómo se nota que cuando les plantas cara retroceden, al menos los que yo he encontrado hasta ahora. Hay gente que le gusta amedrentar, como quien corre detrás del toro y le molesta, pero si se da la vuelta les falta tiempo para subir a una valla. En mi caso, me basta con nombrar a la Guardia Civil para que la mayoría de esos gallitos no sepan donde esconderse. Y ya digo que las apariencias engañan: algunos que parecen toros no son más que borregos disfrazados y otros que parecemos borregos podemos acabar siendo toros. Nunca se sabe.
Eso me recuerda las veces que han llegado a amenazarme por internet y cómo se nota que cuando les plantas cara retroceden, al menos los que yo he encontrado hasta ahora. Hay gente que le gusta amedrentar, como quien corre detrás del toro y le molesta, pero si se da la vuelta les falta tiempo para subir a una valla. En mi caso, me basta con nombrar a la Guardia Civil para que la mayoría de esos gallitos no sepan donde esconderse. Y ya digo que las apariencias engañan: algunos que parecen toros no son más que borregos disfrazados y otros que parecemos borregos podemos acabar siendo toros. Nunca se sabe.
miércoles, 15 de mayo de 2013
La inmensa minoría
He visto una encuesta a nivel nacional que revela que la institución más valorada de España es la Guardia Civil. No me extraña teniendo en cuenta la vida tan sacrificada que llevan. Sin embargo, estoy segura de que muchos dudarán de estos resultados, y es que siempre que se oyen comentarios son a la contra. La cuestión es precisamente que los que suelen hablar, protestar y renegar son una inmensa minoría. El español común es enemigo de implicarse en causas ajenas y mucho menos contra la autoridad reconocida. El español, mal que les pese a algunos, sigue siendo en el fondo amante del honor, la familia y el orden.
A eso me refería con los perros ladradores, que siempre hemos tenido por aquí, que arman tanto ruido y, cuando los van a contar resulta que son quince. Por eso, luego llegan las elecciones y los partidos radicales no suelen sacar siquiera representación parlamentaria. Otro caso es el el País Vasco, pero eso es un tema aparte. La mayoría de la gente se suele guiar por el sentido común, afortunadamente, y eso supone huir de las estridencias y defender lo más parecido a lo que vivieron sus padres y sus abuelos. Aunque eso no significa que, llegadas las elecciones, a veces se dejen engañar por cantos de sirena, pero con el tiempo vuelven a lo que saben que funciona.
A eso me refería con los perros ladradores, que siempre hemos tenido por aquí, que arman tanto ruido y, cuando los van a contar resulta que son quince. Por eso, luego llegan las elecciones y los partidos radicales no suelen sacar siquiera representación parlamentaria. Otro caso es el el País Vasco, pero eso es un tema aparte. La mayoría de la gente se suele guiar por el sentido común, afortunadamente, y eso supone huir de las estridencias y defender lo más parecido a lo que vivieron sus padres y sus abuelos. Aunque eso no significa que, llegadas las elecciones, a veces se dejen engañar por cantos de sirena, pero con el tiempo vuelven a lo que saben que funciona.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)