No pensaba escribir sobre esto hoy. La verdad es que estoy saliendo de un gripe y no tengo ganas de líos. Pero a veces uno tiene que hacer lo que tiene que hacer y hoy es uno de esos días. Cuando se habla de la Iglesia, se tiende a señalar por una parte a los sacerdotes "rasos" digamos que atienden a la población y por otra a la jerarquía, esos señores mayores que viven en el Vaticano. Pero lo que no entienden algunos es que son las mismas personas. Todo cardenal de la Iglesia católica empezó siendo un sacerdote joven en una parroquia pequeña de algún pueblo, donde atendía a los enfermos y a los necesitados como uno más.
Con el tiempo y por sus méritos, algunos de ellos son ascendidos a la posición de obispo, que viene a ser un directivo que organiza las parroquias de su zona. Y unos pocos, ya cerca de la vejez, consiguen ascender a la categoría de cardenal, que ya es un alto cargo de la Iglesia y pasa mucho tiempo en el Vaticano, donde se dedica principalmente a hacer papeleo burocrático. Vienen a ser los ministros del estado Vaticano, donde el Papa es el Jefe del Estado. Lo que no se puede pretender por su edad ni por su condición es que hagan el mismo trabajo de campo que los curas. Sería como pedirle al jefe de cirugía del hospital que ponga vacunas. Para eso están los practicantes.
Por tanto, cuando se dice que la Iglesia tiene mala imagen a causa de los cardenales, que son señores viejecitos y poco simpáticos, que hablan un lenguaje encriptado fruto de cincuenta años al servicio del cristianismo; yo me pregunto si deberíamos poner jovenzuelos sin experiencia a hacer el trabajo de más responsabilidad y administrar todo el dinero que los fieles confían a la Iglesia para su labor social. En el estado vaticano no hay más gastos que en cualquier otro conglomerado burocrático de cualquier otro país moderno. Porque una cosa es la labor social y otra la administrativa. La riqueza de la Iglesia consiste en obras de arte que no se pueden vender, no en lujos de ninguna clase.
Las personas que hablan así, simplemente quieren atacar y atacar, sin medida,. Ahora toca meterse con la iglesia. Nadie se atreve con las mezquitas y los musulmanes. Pues que le vamos a hacer, pero reconozco a mí me enerva.
ResponderEliminarBesos
Ana
Sobretodo es que es descalificar basándose en vaguedades sin sentido. Como todo lo que están diciendo ahora de conspiraciones dentro de la Iglesia. Que traigan pruebas o se callen. Todo vale a la hora de criticar al Vaticano. Un beso.
ResponderEliminarHablamos de un país con más de mil millones de ciudadanos y cientos de miles de funcionarios (religiosos o laicos), repartidos por todas partes del mundo, gestionando iglesias, escuelas, hospitales y toda clase de obras sociales. Lo increíble es que puedan manejarlo. Y encima se pretende que sean simpáticos. Eso no es Hollywood.
ResponderEliminarEn lugar de hacer un símil con médicos y hospitales, deberías hacerlo con mercaderes. Mercaderes en el templo. Es más apropiado y se entendería mejor.
ResponderEliminarPero los sacerdotes de pueblo que llegan a viejitos sin ser ascendidos, ¿esos sí tienen edad para seguir atendiendo a sus parroquias y poner vacunas, o deberían jubilarse? No me queda nada claro.
Los sacerdotes viejecitos generalmente se jubilan en una residencia de sacerdotes, o si lo desean se quedan en su parroquia para ya no dan misa. Debido a la crisis de vocaciones es posible que queden algunos ejerciendo todavía pero no es lo deseable. Es por necesidad. En cuanto a los mercaderes, déjale la Biblia a la Iglesia, que es lo suyo.
Eliminar¡Muy valiente,sencillo pero sincero y clarificador! ¡Te felicito!
ResponderEliminarCordialmente
Asun
Gracias. Un beso.
ResponderEliminarYo lo único que tengo en contra de la iglesia es que la tenga que financiar, aunque sea en parte, el estado. Porque se supone que este es un estado laico, no? Si se autofinanciaran, no me sentiría con derecho a criticarles.
ResponderEliminarEl estado no financia la Iglesia en sí. Lo que ayuda a financiar el estado es la conservación de monumentos y obras de arte que pertenecen a la Iglesia, pero que sin la ayuda del estado se echarían a perder. También ayuda con la parte de educación y sanidad de la cual se ocupa la Iglesia católica, porque al fin y al cabo, si ella no lo hiciera todo ese gasto completo quedaría a cargo del estado en lugar de sólo una parte. Un beso.
EliminarNo puedo estar más en desacuerdo contigo. Bueno, quizá sí. con las entradas de tu otro blog.
ResponderEliminarEscribes muy bien, pero, en mi opinión, no piensas muy bien.
Esta es la grandeza de la vida, que gentes que opinan de maneras radicalmente opuestas, puedan convivir.
Mercedes B.
No sé si decirme que no pienso bien es una buena manera de convivir. Yo diría que es una falta de respeto.
EliminarBueno, tampoco son tan mayores todos los cardenales. Acuerdate de lo jovencillo que fue Juan Pablo II cuando le eligieron Papa.
ResponderEliminarCiertamente en la Iglesia, a mayor grado de responsabilidad mayor grado de servicio, y ahí está Benedicto XVI "un humilde trabajador de la viña del Señor".
Lo que pasa es que quien no conoce poco entiende.
Besos
Bueno, la mayoría son muy mayores. Como bien dices, no se debe opinar de lo que no se conoce. Un beso.
EliminarBasicamente estoy de acuerdo con tu planteamiento, pero lo vengo diciendo hace mucho tiempo. La jerarquía de la iglesia tiene que sentarse a reflexionar sobre muchos aspectos referentes a su administración. Como bien dices, no es diferente a cualquier burocracia de cualquier pais.
ResponderEliminarBesazo
Porque es una burocracia muy compleja y también hay muchos funcionarios laicos. Es natural que surja algún problema. Un beso.
EliminarTodo lo que he contado en este post son datos comprobables. Por tanto no se trata de opinar, sino de conocer la realidad.
ResponderEliminar