Estaba yo pensando en lo rápido que se hace uno a que todo vaya bien y lo que cuesta cambiar esa rutina. Por ejemplo, yo nunca he tenido colesterol, así que no era algo en lo que pensara habitualmente. En el último análisis me lo encontraron (un poco) y ahora el colesterol es una preocupación más. Sin embargo, ahora mi hija ha aprobado el carnet de conducir y el examen se ha convertido en una preocupación menos. Deberíamos tener presente todo lo que nos ocurre, pero la verdad es que sólo nos acordamos de lo que nos preocupa y descartamos aquello que no hace falta solucionar, y es una lástima.
Cuando arreglamos algo la verdad es que el alivio dura muy poco, porque enseguida te acostumbras a la nueva situación. Es como quien no tiene problemas económicos. No se pasan el día pensando: qué bien estoy. No necesito dinero. Simplemente no se lo plantean, no piensan en ello. Por eso, la gente que ha superado una enfermedad grave suele decir que, al fin, han aprendido a valorar todo lo bueno que les sucede. Lástima que no sea siempre así. No debería hacer falta una situación límite para que sepamos apreciar todo lo bueno que nos rodea. Pero el ser humano funciona así y me temo que todos tenemos el mismo problema.
Las preocupaciones y las contrariedades son el pan nuestro de cada día. Es posible que uno de los males de las nuevas generaciones es no saber aceptarlas o sobrellevarlas.
ResponderEliminarY lo del colesterol: una dieta sensata, no hay muchos más secretos.
No sé qué hemos hecho tan mal con nuestros hijos. Supongo que ponérselo demasiado fácil. Un beso.
EliminarEncantada. También lo he escuchado de esta forma..."Sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena"...;)
ResponderEliminarMe da que es una entrada cargada de sentido común, aunque no sea muy común este sentido. Como dice mi marido, las pequeñas cosas, las más sencillas, son la sal de la tierra.
Te cuento, he mirado un poquitín algunas de tus entradas y coincido con tu manera de ver la vida, así como con tus valores, muy cercanos a los nuestros. Encantada...;)
B7s
Me alegro de conocerte. Bienvenida a mi blog. No debemos perder de vista las pequeñas cosas. Un beso.
EliminarTienes razón en que cuando todo va bien, no lo valoramos y sin embargo, cualquier problemilla se nos hace un mundo.
ResponderEliminarTenemos que aprender, (a mi el tiempo me está enseñando) a que todo tiene su momento y no hay ningún contratiempo que dure para siempre y normalmente, en frío, vemos más fáciles las soluciones.
Besos, Susana.
Ojalá pudiera ver las cosas en frío. Un beso.
EliminarGracias a Dios, tenemos esos momentos límite a partir de los cuales la vida se vive diferente, de modo que todos los días dan ganas de dar gracias por cada cosa.
ResponderEliminarLo malo es cuando ni el momento límite te ayuda ya. Un beso.
EliminarAsí es, nos acostumbramos enseguida y siempre nos lamentamos cuando perdemos algo en lugar de dar gracias de lo que tenemos.
ResponderEliminarEs una lástima que no valoremos más lo que tenemos. Un beso.
EliminarMuchas veces no disfrutamos de lo que teneos por preocuparnos de lo que no tenemos.
ResponderEliminarBesazo
Me temo que tienes razón. Un beso.
EliminarDolega tiene muuucha razón.
ResponderEliminarSí. Pasa a menudo con Dolega.
EliminarAcostumbrarse a lo bueno es muy fácil. Quizás venga bien pasar calamidades para dar importancia a las cosas, pero a pesar de la crisis y e lo que estamos viviendo, hay gente que aún no ha aprendido la lección.
ResponderEliminarAna
Hay quien no aprende nunca. Un beso.
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