Creo que hay gente que piensa que a los cristianos nos gusta el martirio. Si no no se explica que no le den mayor importancia. Tal vez piensan que quien practica el cristianismo está dispuesto a apuntarse a un bombardeo, en el sentido de meterse en líos o buscarse problemas. Los pocos cristianos que quedan por oriente medio saben muy bien lo que es el peligro y vivir al límite, pero desde luego no lo hacen por afición sino porque no les queda más remedio. Con su ejemplo nos enseñan lo que es ser consecuente con tus ideas y deberíamos sentirnos avergonzados porque, no sólo no hacemos lo mismo, sino que ni siquiera les prestamos atención.
Hay quien piensa que es una causa perdida y no vale la pena intentar defenderlos pero eso es un argumento muy cobarde. Muchos nos conformamos con rezar por ellos a diario. Resulta una paradoja pensar que, mientras en muchos lugares del mundo los cristianos se juegan la vida por su fe y por servir a los más necesitados, nosotros nos escondemos en las iglesias y no abrimos la boca. La Europa de raíces cristianas mira a otro lado por miedo a que se cuestione su laicidad o por no ponerse en el punto de mira de los extremistas islámicos. Y mientras un genocidio está teniendo lugar que nunca aparecerá en los libros de historia.